El debate se abre con las distintas manifestaciones estudiantiles que se van a hacer hoy en todo el país por "el desmonte del Esmad".
Empezó un nuevo año para los estudiantes. Luego de meses de protestas, de episodios violentos y de unirse con otros sectores sociales, el movimiento estudiantil volvió de “vacaciones” y hoy está en las calles de nuevo. A pesar de que ya se firmaron unos acuerdos con el presidente Iván Duque, desde diciembre se anunció que el paro no se había terminado.
Las manifestaciones de hoy –habían sido convocadas para el jueves anterior pero fueron aplazadas por el atentado del ELN contra la Escuela General Santander de la Policía– serán contra el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). La consigna es marchar para exigir el “desmonte” de esta institución.
Los estudiantes condenan el uso de la fuerza policial en las manifestaciones que se realizaron el año pasado y aún recuerdan a Esteban Mosquera, estudiante de música que perdió su ojo izquierdo tras el impacto de un proyectil “no letal” que disparó un agente del Esmad durante las marchas en Popayán.
Además, 2019 también será el año en el que el Esmad cumpla 20 años de existencia. Nació en 1999, cuando nuestro presidente era el conservador Andrés Pastrana Arango. Dos décadas después, el Esmad cuenta con 3.580 agentes en todo el territorio nacional. Hace parte de la Policía Nacional, y esta es su misión:
“(…) Encargado del control de disturbios, multitudes, bloqueos acompañamiento a desalojos de espacios públicos o privados, que se presenten en zona urbana o rural del territorio nacional, con la eventual materialización de hechos terroristas y delincuenciales, para restablecer el ejercicio de los derechos y libertades públicas”. (Aquí pueden ver las “funciones” del Esmad).
El movimiento estudiantil y algunos sectores sociales y políticos quieren el desmonte total del Esmad, a través incluso de vías legales. Mientras tanto, otro sector de la sociedad opina que una Colombia sin Esmad sería quizás un poco más peligrosa.
Aquí vamos a responder algunas preguntas sobre el Esmad y su hipotético desmonte.
¿Quién manda al Esmad?
El Esmad hace parte de la Policía Nacional, como ya mencionamos. Esto significa que su cadena de mando corresponde al de la Fuerza Pública colombiana. Al final la cadena llega hasta Guillermo Botero e Iván Duque. El ministro de Defensa puede darle órdenes al Ejército y a la Policía (incluyendo al Esmad), y el presidente tiene la figura de comandante supremo de todas las fuerzas armadas del país.
La forma de proceder de el Esmad, entonces, corresponde al enfoque que el gobierno le da a la protesta social. Es decir: cómo y qué tanto interviene el Esmad (y si interviene o no) depende de lo que se diga desde arriba. En las marchas estudiantiles hemos visto momentos con hasta 30 agentes del Esmad en maniobras de contención. Por otro lado, por ejemplo, en el reciente plantón en la Fiscalía –que pedía la renuncia de Néstor Humberto Martínez–el Esmad no intervino, a pesar de que estaba cerca y de que se produjeron algunos disturbios leves durante la protesta.
¿Qué tan duro es el Esmad colombiano versus el ‘Esmad’ de otros países?
Cuando intervienen, los agentes del Esmad usan sus escudos, distintos gases lacrimógenos, balas de salva, bolillos, tanquetas, armamento “no letal” y pólvora. Estos son los métodos de control que se aplican en Colombia ante lo que las autoridades deben definir como unas condiciones peligrosas de orden público.
John Marulanda es consultor internacional de seguridad y defensa, y asesora a varios países de la región en estos temas. Nos dijo que desde su punto de vista “una Colombia sin Esmad en este momento es como una Colombia sin narcotráfico: un país ideal al que estamos lejos de llegar. Todos los estados del mundo, y los socialistas también, tienen su fuerza legal y legítima de acuerdo a su constitución. Esto para reprimir a los violentos que violan los Derechos Humanos de los demás ciudadanos”.
En nuestro país, nos explicó Marulanda, el Esmad existe por el mandato constitucional de la preservación del orden público. “Desmontar el Esmad en Colombia –sigue Marulanda– sería abrirle la puerta a los violentos que terminan causando daños a bienes públicos y privados y a otras personas. Y lo harían en protestas que son perfectamente legales y amparadas por la Constitución. Por otro lado, fíjese en la represión de Nicaragua. Allá la hace la policía con francotiradores. Tiran a matar, y lo hacen con organismos paramilitares. También la represión es más dura en Venezuela, en China… hasta en Francia”.
El experto advierte que esto también depende de cómo se desarrollan las marchas. En Francia, por ejemplo, el movimiento de los Chalecos amarillos incendia vehículos y bloquea calles con objetos en el camino de sus protestas. Esto, para Marulanda, hace que la respuesta del ‘Esmad’ francés tenga que ser más fuerte.
Marulanda afirma que conoce el entrenamiento del Esmad en Colombia. Dice que este está enfocado para enseñar a los agentes a usar la menor fuerza posible. “Le doy plena credibilidad al Esmad –dice– advirtiendo que han existido desmanes por parte de agentes. Advierto que hay agentes que se salen del entrenamiento, de las normas y que no soportan la presión. Somos humanos”.
En ¡Pacifista!, en los últimos meses, hemos recibido múltiples denuncias de violaciones de Derechos Humanos por parte de agentes del Esmad en las distintas manifestaciones y protestas que se han llevado a cabo desde octubre pasado.
¿Sí se puede “desmontar” el Esmad?
Recordemos que el Esmad cumple una función de preservar el orden público interno. Esto es un mandato de la Constitución. Por lo tanto, el camino legal para desmontar definitivamente al Esmad, como lo quieren algunos sectores, tiene que empezar en el Congreso. Incluso en algún momento podría ser necesaria una reforma constitucional para que esto pueda suceder.
Andrés Rodríguez trabaja en la UTL de Sergio Marín, representante a la Cámara por la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común opina que “sí es posible una Colombia sin Esmad. Sí siempre y cuando los sectores del Estado, la sociedad civil y las organizaciones sociales logren dimensionar el Acuerdo de Paz. En este hay dos elementos podrían verse relacionados con el Esmad: el primero es replantearse la doctrina de seguridad nacional. Esto pasa por evaluar el enfoque de las fuerzas armadas y policiales en sus diferentes niveles en el país y hacerlo menos represivo. El segundo elemento es la implementación de un enfoque de seguridad humana alrededor de la Fuerza Pública”.
Rodríguez, desde las oficinas de su partido en el Congreso, dice que le apuestan a un desmonte definitivo del Esmad. Los argumentos en que se sustentan están en que el Esmad “nació sustentado en el tratamiento de la protesta social. Creemos que detrás del Esmad existe una estrategia para controlar y neutralizar la protesta social”. Rodríguez también piensa que se debe realizar una investigación oficial sobre este tema. Esta investigación, dice, debe rastrear cualquier vulneración a los Derechos Humanos de parte del Esmad desde su nacimiento.
Al respecto de una posible ley que acabe con el Esmad, John Marulanda tiene otra opinión. “Es muy difícil que en las condiciones actuales del país se apruebe una ley para desintegrar o desmontar al Esmad”.
Por ahora veremos qué sucede en las manifestaciones de hoy.