Consultamos a expertos que aseguran que la arquitectura reparadora es más importante que la conmemorativa.
El Acuerdo sobre el quinto punto de la agenda de diálogos, la reparación de las víctimas y la creación de un nuevo modelo de justicia transicional, firmado el pasado 15 de diciembre, consta de 75 puntos que se comprometen a resarcir las vidas de las víctimas de la guerra.
En el tercera parte del acuerdo, “La reparación colectiva en el fin del conflicto”, se encuentra el punto de “Planes de reparación colectiva con enfoque territorial”. Esta sección del documento promete a reconocer los daños causados en las comunidades y a contribuir a transformar sus condiciones de vida a través de varios elementos, entre esos las “Medidas materiales y simbólicas dirigidas a atender el daño”.
Según el Acuerdo, este punto se trata de “medidas dirigidas a las víctimas directas, individuales y colectivas, tales como acciones de dignificación, de memoria, homenajes y conmemoraciones, obras de infraestructura y arquitectura conmemorativa”. Sin embargo, quisimos saber a fondo y desde la visión de un profesional a qué se refería el documento con este tipo de arquitectura y edificaciones y qué diferencias hay con la arquitectura reparadora.
Buscamos la opinión de cuatro arquitectos reconocidos en el país para que nos explicarán, en sus palabras, a que se está comprometiendo el documento.
Taller Síntesis Arquitectura S.A.S de Medellín
Estos cuatro jóvenes de Medellín fueron finalistas del concurso arquitectónico para la construcción del Museo Nacional de la Memoria, en agosto de 2015. El diseño con el que participaron partía de la experiencia del ser humano y se enfocaba en una construcción que personificaba el desarraigo y la ausencia del territorio.
Esto fue lo que nos dijeron sobre qué es la arquitectura de reparación:
“La arquitectura conmemorativa es un tema un poco más tradicional, las pirámides o los arcos del triunfo conmemoran un evento (batalla, muerte, religión). La arquitectura de la reparación, en cambio, es un tema mucho más reciente y que en nuestro medio aún está en construcción.
La arquitectura de la reparación es la que busca darle un espacio físico a lo que ya no está, un cuerpo a la ausencia que deja la víctima que desapareció, la comunidad que perdió sus costumbres por las presiones o, en los casos más duros, los desaparecidos que no sé sabe si están muertos o vivos. El hecho físico de un edificio que los honra les da nuevamente un espacio en el mundo y permite, en compañía de muchos otros actores (psicólogos, educadores, trabajadores sociales), que las heridas sanen y que las víctimas y la comunidad puedan reanudar su camino”.
Cómo se hace:
“En Colombia, en donde la violencia no es una sola y en cada pueblo cambian los actores, motivos y paisajes, la única manera de hacer esta arquitectura es de la mano de la comunidad, dejando atrás prejuicios y entendiendo los hechos particulares de cada lugar y grupo humano. Eso no significa que la comunidad sea quien diseñe, para eso estamos los arquitectos, pero la obra de arquitectura debe contener la mayor cantidad de las historias que los pobladores sufrieron”.
Felipe Mesa de Plan:b Arquitectos de Medellín
Mesa es arquitecto del Departamento de Proyectos Arquitectónicos, UPC, de Barcelona, España, y el fundador de Plan:b Arquitectos. Ha sido profesor de muchas facultades en Colombia, entre ellas las de la Universidad Pontificia Bolivariana, la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes.
¿Qué es la arquitectura de reparación y cómo se hace?
“Una comunidad puede representar su futuro y regenerar impactos negativos del pasado al percibir que se respeta su memoria (individual y colectiva) volviéndola parte del presente cultural de una sociedad. Eso han venido haciendo por siglos los monumentos, que son la parte visible de las instituciones humanas. En este caso, hablamos de una nueva generación de monumentos que responden al espíritu de nuestra época. No son espacios otorgados al poder civil, religioso ni militar; son espacios para el espíritu humano, para la dignidad.
Más importante que la arquitectura son los rituales (hábitos) y procesos de resiliencia que se deben generar en torno a la forma de pensar el espacio que habitamos. Toda la arquitectura que vamos a hacer en Colombia debe estar fundada en ese nuevo espíritu y por eso debemos orientar el esfuerzo a construir espacios capaces de reunir los territorios, los ecosistemas y los grupos sociales. Una arquitectura de amor y esperanza”.
García Estefan S.A.S de Montería
Esta firma de arquitectos es conocida por sus construcciones ecológicas y dirigidas a poblaciones especiales. En agosto también fueron galardonados por su propuesta de diseño arquitectónico para el Museo Nacional de la Memoria; los planos describían un complejo para las víctimas en busca de duelo y conmemoración de sus vidas.
Juan Pablo Estefan, fundador y líder de la firma, dijo la siguiente:
“Para mí, la arquitectura de reparación o conmemorativa, está en ese umbral difuso que a veces se nos plantea entre la escultura y la arquitectura. Debería haber un programa y unas funciones para que esa creación conmemorativa sea considerada como arquitectura, en la cual se brinden esas condiciones para el resguardo de la memoria, la presentación de homenajes o la acogida de actos simbólicos de reparación. Si esto no sucede, nos encontraríamos más frente a la creación escultórica conmemorativa, con una función importante en términos de memoria, pero no necesariamente utilitaria y como espacio arquitectónico para la reparación de las víctimas.
Ahora bien, dicha arquitectura de la reparación y conmemoración, considero, se construye a partir de la reflexión profunda acerca de los aspectos simbólicos que pueden representarse en la edificación misma; el manejo de la luz, de las texturas… Finalmente, considero que un concepto fundamentado en un simbolismo acorde con el daño y con las características de las víctimas, puede soportar fácilmente cualquier proyecto que pretenda presentarse como arquitectura de reparación, sea cual sea su programa arquitectónico”.