La empresa que dará los alimentos a las Zonas Veredales aún no está definida. El proceso se retrasará, al menos, un mes.
Desierta. Así fue declarada la convocatoria pública con la que el Gobierno, a través del Fondo para la Paz, buscaba contratar a un operador que suministrara los alimentos de los miles de guerrilleros de las Farc que en las próximas semanas se alojarán en 26 Zonas Veredales y Puntos Transitorios para empezar su tránsito a la legalidad.
Pese al tamaño del contrato, solo acudieron a la convocatoria la empresa Gastronomía y Casino S.A.S —registrada en Putumayo— y la unión temporal Alimentando la Paz —integrada por la Comercializadora Nutrimos S.A., de Bogotá, y la fundación Fundacol, de Barranquilla—. Ninguna cumplió los requisitos que exigía el Gobierno, por lo que aún no está contratado el suministro de comida para los guerrilleros durante los seis meses que durará la dejación de armas.
La convocatoria arrancó el pasado 9 de diciembre, cuando el Fondo para la Paz anunció que buscaba a un proponente que pudiera suministrar “víveres secos, frutas, verduras, productos cárnicos, avícolas, lácteos y abarrotes” en todas las Zonas y los Puntos. Se pretendía que un solo operador suministrara, transportara y garantizara la calidad de los víveres en todas las áreas, ubicadas en 14 departamentos.
Los alimentos solicitados quedaron consignados en un anexo de siete páginas, que incluye desde caldo de gallina, aceite, arroz, atún, avena, azúcar y café hasta papa francesa precocida, lasaña, lechona, tamales, crema de champiñones, jamoneta, malteada, varias clases de pan y de aderezos, arepa de huevo, “torta decorada”, chicha de arroz, empanadas hawaianas y helados. Las carnes van desde hueso carnudo, menudencias, callo, cabezas de pescado y alas de pollo hasta capón, cerdo, chivo, chuleta, costilla ahumada y “chorizo precocido (para) bandeja paisa”. También se pidió variedad de frutas y verduras.
El Gobierno les dio 10 días a los proponentes para entregar la cotización de todos los productos. Pero el volumen de alimentos y zonas les generó múltiples preguntas a las empresarios. Entre ellas, cómo se iba a garantizar la cadena de frío de carnes y verduras, qué pasaba si había “circunstancias de orden público y paros”, si habría anticipos para la compra de insumos y con qué frecuencia debían hacer las entregas. Una vez el Fondo respondió los interrogantes, fijó el 23 de diciembre como nuevo plazo de entrega de las cotizaciones. Ese día, de casi una decena de empresas y uniones inicialmente interesadas, solo se presentaron dos.
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La empresa que debe brindar la comida en las Zonas y Puntos Veredales aún no está definida. Foto: Captura de video
Se suponía que el contrato estaría firmado el 2 de enero, tres días después de que los guerrilleros, también hipotéticamente, debían llegar a Zonas y Puntos. Sin embargo, el 29 de diciembre el Fondo para la Paz concluyó que Gastronomía y Casino S.A.S no cumplía los requisitos jurídicos, financieros y técnicos requeridos, y que la unión temporal Alimentando la Paz sí los cumplía, pero que no había entregado una propuesta económica completa. Así las cosas, la convocatoria se declaró desierta.
Carlos Córdoba, gerente de las Zonas Veredales, le dijo a ¡Pacifista! que, como el Gobierno no pudo conseguir un contratista para el suministro de alimentos, “estamos diseñando una nueva licitación. Una opción es que podamos hacerlo de manera regional, porque entendemos que a nivel nacional puede ser complicado, y estamos mirando la posibilidad de permitir de manera más abierta el tema de consorcios”. Además, aseguró que “vamos a hacer una nueva convocatoria pública lo más pronto posible”.
Córdoba opinó que la época del año y la poca difusión que se le dio a la convocatoria pudieron haber influido en el fracaso del proceso. Por eso, dijo que el Gobierno va a realizar “un ejercicio de difusión con gobiernos territoriales” y a anunciar el nuevo concurso en periódicos de alta circulación. De momento, la alimentación de los guerrilleros en los Puntos de Preagrupamiento está a cargo de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, que según Córdoba “hace alianzas y compras de manera abierta de acuerdo a los requerimientos de los Puntos”.
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Así llegó un cargamento de sal para el frente 30 de las Farc. Foto: Captura de video-Nueva Colombia Noticias
Pero la tarea de la Agencia ha sido duramente cuestionada por las Farc. En un video que Nueva Colombia Noticias —el noticiero de la guerrilla— publicó el pasado 3 de octubre, guerrilleros del frente 30 denunciaron que la comida que envía la Agencia está llegando en “regular o mal estado” y que las fechas de vencimiento son muy cortas, por lo que decidieron no consumir los alimentos. Otra fuente de la guerrilla consultada por ¡Pacifista! declaró que “en toda Colombia no hemos recibido los abastecimientos, porque llegan descompuestos o con fechas de vencimiento de dos o cinco días”.
Esta misma semana, las Farc hicieron pública una carta que el comandante guerrillero “Iván Márquez”, integrante de la Comisión de Seguimiento a la Implementación del Acuerdo Final, les envió al Gobierno, al Comité Internacional de la Cruz Roja y al Mecanismo de Monitoreo y Verificación. En ella, fechada el 6 de diciembre pasado, “Márquez” cuestionó los inconvenientes con el suministro de víveres: “Se vienen presentando una serie de anomalías en este procedimiento, entre otras (…), productos perecederos que llegan en proceso de descomposición, porque los abastecedores no garantizan la cadena de frío”. También dijo que algunos alimentos habían afectado la salud de los guerrilleros.
Al respecto, Carlos Córdoba, gerente de las Zonas, reconoció que algunos productos han sufrido deterioros por las condiciones climáticas y de transporte, pero negó que estuvieran llegando vencidos. Sobre la refrigeración, aseguró que “una cadena de frío es imposible de garantizar en las condiciones actuales”, pero que los campamentos que se construirán en Zonas y Puntos “tendrán depósitos de comida que van a permitir un mejor manejo”.
El tema deberá resolverse lo más pronto posible, porque —de acuerdo con Córdoba— a finales de enero los guerrilleros estarán terminando de construir los campamentos.
Los otros líos de Zonas y Puntos
Además del retraso en la firma del contrato para el suministro de alimentos y en la construcción de los campamentos, el proceso de adecuación de Zonas y Puntos ha presentado otras dificultades. El 3 de enero, Rodrigo Londoño, máximo jefe de las Farc, contó que en la sede local del Mecanismo de Monitoreo y Verificación en la vereda La Elvira-Los Robles, del corregimiento El Ceral, de Buenos Aires (Cauca), se inundó y afectó “dormitorios, baños, cocina, planta eléctrica y ventiladores”.
Consultado sobre ese tema, Córdoba le dijo a este portal que “tuvimos un problema por un apozamiento de agua en una zona alta que se rompió e hizo que el agua fluyera e inundara una parte del campamento. Eso está en reparación, se está revisando”. Y agregó que “son las viciscitudes y los riesgos que se tienen al construir infraestructuras temporales en sitios como esos”.
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Así luce una oficina del Mecanismo de Monitoreo en el Cauca. Foto: Cortesía
Y hay otro problema de tipo político. En la vereda Pondores, del corregimiento Conejo, de Fonseca (La Guajira), está incompleto el componente internacional del Mecanismo de Monitoreo. Este jueves, la misión política de la ONU apartó de sus cargos a cuatro observadores que hacían parte de la sede local de Pondores, por haber participado en la celebración de fin de año que realizó el frente 59 de las Farc en un Punto de Preagrupamiento cercano.
Vía Twitter, Londoño declaró que las Farc están a la espera de los reemplazos que designará la ONU, mientras el Gobierno protestó ante el secretario general adjunto de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, Jeffrey Feltman, por el comportamiento de los observadores.