Magüí Payán es una de las tantas zonas a las que no ha llegado el Estado ni el acuerdo de paz.
Para llegar a Magüí Payán, en Nariño, hay que recorrer el río Magüí durante ocho horas desde Tumaco o siete horas por trocha desde Barbacoas.
La capital del departamento, San Juan de Pasto, se encuentra a 380 kilómetros del municipio. Este es uno de los lugares más recónditos del país: uno de los corazones abandonados por todos de la Colombia más profunda.
Aquí, en Magüí Payán, entre el miércoles y el jueves fueron hallados cinco cadáveres, los cuerpos de personas asesinadas en un presunto enfrentamiento entre las disidencias de las Farc y guerrilleros del ELN, el cual produjo también desplazamientos masivos a lugares aledaños.
Para entender las dimensiones de profundidad, le mostramos en un mapa el lugar donde ocurrió la masacre.
Por el acceso limitado a la zona, todavía no se tienen datos precisos de los hechos ocurridos en la tarde el pasado lunes. Sin embargo, habitantes de la zona aseguran que la cifra de muertos podría ascender a los veinte.
En 2006, la línea de miseria promedio de la Costa Pacífica fue de 32,9 por ciento, y Magüí Payán alcanzó 64,7 por ciento, cifra que lo convierte en un territorio extremadamente vulnerable.
La población afrodescendiente en Nariño vive principalmente en Tumaco, Barbacoas, El Charco, La Tola, Magüí Payán, Mosquera, Olaya Herrera, Francisco Pizarro, Roberto Payán y Santa Bárbara.
Los 11.530 habitantes de Magüí viven de una economía agropecuaria, de la minería, de la pesca y de la explotación forestal. El principal producto cultivado es el plátano.