A la paz en los Montes de María le urge la reforma rural integral | ¡PACIFISTA!
A la paz en los Montes de María le urge la reforma rural integral
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A la paz en los Montes de María le urge la reforma rural integral

Colaborador ¡Pacifista! - septiembre 30, 2019

¿De qué hablan y para qué se preparan los líderes sociales y las comunidades en esta región del país?

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Este artículo hace parte nuestro especial #LaPazEnLosMontesDeMaría, un trabajo en conjunto entre ¡Pacifista! y Diario de Paz.

Por: Koleia Bungard*
Fotos: Lina Flórez

Estuve en una reunión de líderes sociales en los Montes de María y al final del día me faltaba el aire. Me preguntaba cómo, de vuelta en mi escritorio, iba a poder escribir todo aquello que había visto, oído y entendido en tan pocas horas sobre la paz en Colombia.

El Espacio Regional de Construcción de Paz es un escenario en donde se dan cita múltiples actores del territorio montemariano. Este espacio agrupa alrededor de 300 organizaciones de base, congregadas en torno a 25 procesos sociales diversos: movimientos campesinos, afro, indígenas, de mujeres, así como instituciones nacionales e internacionales que acompañan el proceso.

Ir a los Montes de María y asistir a esta reunión me mostró que mientras desde la comodidad de nuestras casas se nos desmorona con tanta frecuencia la idea de “construir la paz”, en partes de Colombia como esta subregión del Caribe, construir la paz no da espera, es un hecho y una prioridad.

Sesión del Espacio Regional en Los Palmitos, Sucre, el 6 de julio de 2019.

 

Una agenda colectiva para la paz

El primer sábado de cada mes, a las ocho de la mañana y en un municipio distinto, se reúnen entre cincuenta y setenta personas alrededor de una agenda común. Con el propósito de participar en una activa red ciudadana, representantes de movimientos y comunidades que han sufrido el impacto de la guerra se encuentran para tratar varios temas y avanzar en acciones conjuntas por la paz en sus territorios.

Estos encuentros –facilitados por el líder social Ricardo Esquivia y apoyados por el maestro estadounidense John Paul Lederach–, conectan voces y visiones diversas. El espacio surgió hace siete años con el apoyo inicial de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Fundación Semana. Fue liderado por la asociación Sembrandopaz. Como se enuncia en uno de los folletos de presentación del proceso, aquí se busca “crear y consolidar una red de confianza en Montes de María a través del diálogo con actores estratégicos, probables e improbables, para juntos crear y potenciar una propuesta de paz para y desde la región”. En este sentido, sus participantes esperan “convertir a Montes de María en un ejemplo nacional de construcción de paz sostenible, sustentable, inclusiva y representativa de la región”.

Esta vez, julio de 2019, la cita es en una institución educativa del municipio de Los Palmitos, Sucre. Entre otros puntos, los asistentes harán un análisis del contexto actual en materia de seguridad de los líderes sociales, harán un recorrido por la historia de participación e incidencia económica y sociopolítica de Los Palmitos (en donde surgió la Asociación de Usuarios Campesinos -ANUC- en los años sesenta) y, antes del almuerzo, definirán la fecha y el lugar del Tercer Festival por la Reconciliación de los Montes de María.

La jornada comienza con una rápida presentación de los asistentes. Además de líderes sociales y representantes de movimientos sociales, en el recinto hay funcionarios de instituciones como la JEP, la Comisión de la Verdad, el Centro Nacional de Memoria Histórica, el Instituto Kroc, integrantes de organizaciones de víctimas, del Ágora ciudadana, de cabildos indígenas, de mesas de reconciliación, del comité de impulso de la zona de reserva campesina y parte del equipo de Sembrandopaz. Aquí, todas las voces son bienvenidas en un diálogo ciudadano por la transformación del territorio en donde, por supuesto, es permitido y se respeta el pensar diferente.

La confianza es la base de la seguridad

Como contamos en la primera entrega de esta serie, tras el impacto que dejaron décadas de violencia en la región, los habitantes (muchos de ellos anteriormente enemigos) están reconectándose y trabajando conjuntamente por generar confianza y, aun cuando existen diferencias, trabajar por un bien común.

El ambiente, sin embargo, resulta preocupante dada la vulnerabilidad en que se encuentran hoy los líderes sociales colombianos. Al respecto, durante su intervención, una representante de la Defensoría del Pueblo manifestó que “en los Montes de María hay una situación de riesgo que, en principio, asociamos a la presencia de las Autodefensas Gaitanistas del Chocó. Particularmente, en el año 2018 la Defensoría emitió varias advertencias o alertas tempranas para algunos municipios de la región: una para El Carmen de Bolívar, una para María La Baja y una para San Onofre”.

Según ella, hay varios factores que ponen en riesgo la organización social en los Montes de María como, por ejemplo, las disputas por tierras –en donde ejércitos privados buscan limitar el acceso o desconocer las servidumbres históricas que han tenido lugar en el territorio–, o el interés de algunos grupos ilegales por controlar los corredores de movilidad y el uso de fuentes de agua.

De su intervención me llamó la atención que, entre los líderes sociales en riesgo, se incluyera a los docentes. “Para nosotros –dice la Defensoría–, el personal docente también está en alto riesgo porque en muchos escenarios encontramos que son ellos los que están haciendo apuestas para la prevención del consumo de drogas o para evitar que los muchachos entren a grupos armados o a conformar ejércitos privados, y esto conlleva que algunos de ellos sean amenazados”.

¿Qué hacer en estos casos? La Defensoría crea hipótesis de riesgo, y dice: para evitar que esta hipótesis se materialice, necesitamos que se sigan las recomendaciones de las alertas tempranas. Se cree que una vez que se ha cautivado a las personas a través del miedo, entonces merman las denuncias, aumenta la desconfianza hacia la institucionalidad, se desarticula el tejido social y las mismas comunidades dejan de brindarles protección a sus líderes.

Además de atender las recomendaciones de la Defensoría, Ricardo Esquivia explica que las comunidades deben comprender que hay dos salidas para enfrentar estas dificultades: una es la respuesta que ofrece el Estado, que tiene que ver casi siempre con acciones militares o armadas.

La otra, dice Ricardo, “es la respuesta que damos como comunidad, es decir, cómo logramos que no se apague la esperanza. Porque la verdadera protección que tiene una comunidad se la da la comunidad misma. Y parte de la fuerza está en la esperanza y en tenernos confianza”. Para él, es necesario fortalecer una red de afectos que les permita acercarse y no dejar que el miedo los paralice.

Crear comunidades sustentables

Al lado de la protección de los líderes sociales, otro tema que inquieta a los participantes del Espacio Regional es cómo crear comunidades sustentables. ¿Qué tiene que ver la construcción de paz con la tierra, el agua y las semillas? ¿Por qué la paz va de la mano de la sustentabilidad de las comunidades?

Como anfitriones del encuentro en Los Palmitos, tres líderes sociales compartieron un contexto que resalta las históricas luchas que los campesinos han dado allí por el derecho a la tierra (primer punto del Acuerdo de Paz), atravesadas por la presencia de múltiples actores o movimientos políticos de diversas tendencias.

En este relato se cuentan episodios de recuperación de la tierra para los campesinos y los aprendizajes que dejaron varios “fracasos productivos”, como los cultivos de tabaco, ñame criollo y algodón. La historia pasa, además, por el impacto del conflicto armado que diezmó a la ANUC en 1998, y el origen del proyecto Agenda Rural de los Palmitos, una instancia de interlocución entre los procesos organizativos y la institucionalidad. “Recogemos las banderas que trabajaron nuestros padres, apropiándonos del proceso y transformándolo a la realidad de hoy”, dicen los líderes.

Como Los Palmitos, en el tema de seguridad alimentaria y sustentabilidad todas las comunidades tienen retos particulares. En este municipio los problemas tienen que ver la degradación de los suelos, la deforestación en el territorio, los efectos del cambio climático y un inquietante déficit hídrico que podría afectar tanto cultivos como ganado si no se toman acciones al respecto.

Sin embargo, como comunidad ejemplar en el territorio, tanto el contexto como las acciones a seguir quedaron consignados en un Plan de Seguridad y Soberanía Alimentaria que ya es política pública y que aborda cinco ejes: acceso a la tierra, mejoramiento del suelo, aprovisionamiento de agua, reconversión de una producción tradicional a una agroecológica, y comercialización de productos y generación de ingresos. Las acciones de estos líderes buscan, sobre todo, incluir a la misma comunidad en las decisiones que se tomen sobre un mejor futuro para su territorio.

¿Por quiénes votan las comunidades?

En el Espacio Regional de Construcción de Paz también participan líderes emblemáticos de los Montes de María como Jorge Montes y Dionisio Alarcón, representantes del Proceso Pacífico de Integración y Reconciliación de la Alta Montaña. Ellos hacen parte de un movimiento que busca alcanzar por lo menos una curul en el Concejo municipal de El Carmen de Bolívar, un reto ciudadano considerando los históricos cacicazgos políticos que han impedido que “el pueblo” esté en el poder.

El tema de las candidaturas que representan a las comunidades en las próximas elecciones locales despierta una reflexión sobre la importancia de conocer los planes de gobierno de los candidatos para saber cómo se mueve el poder y analizar escenarios en donde los ciudadanos electos respondan de verdad a las necesidades que priorizan las comunidades.

“Estamos en pura calentura política –dice uno de los asistentes– y aquí lo electoral mueve raíces, incluso pone a pelear familias. Eso crea inestabilidad y corroe la confianza que hay. ¿Qué hacemos?”, se pregunta.

De los 15 municipios de los Montes de María, hay diez que han convertido los Planes de Desarrollo Territorial (PDET) en acuerdo municipal. Como el derecho a la tierra y el desarrollo rural son prioridades estratégicas y compartidas por los miembros del Espacio Regional, incluir activamente a las comunidades antes marginalizadas en la toma de decisiones va de la mano con la incidencia en políticas públicas que materialicen esa visión comunitaria.

El mes siguiente la cita es en el municipio de Colosó, donde, además de los líderes sociales, estarán algunos ex combatientes de los frentes 35 y 37 de la ex guerrilla de las Farc, ahora en proceso de reincorporación a la vida civil. Promover “re-encuentros entre iguales y diálogos entre diferentes” hace parte del llamado a la reconciliación, uno de los enfoques estratégicos del Espacio Regional.

Así, mes a mes, mientras el huracán de las noticias sobre la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia parece desmoronar cualquier asomo de esperanza, desde todos los rincones de los Montes de María, los ciudadanos siguen fortaleciendo una coalición de visiones e inteligencias colectivas comprometidas con un objetivo común: blindar su territorio para que la violencia no los vuelva a dividir, para que la paz sea al fin una construcción continua y social.

*Koleia Bungard es periodista y editora de Diario de Paz Colombia