EDITORIAL | Civiles o policías, los cuerpos de las mujeres no son botín de guerra | ¡PACIFISTA!
EDITORIAL | Civiles o policías, los cuerpos de las mujeres no son botín de guerra Portada: Mandarina
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EDITORIAL | Civiles o policías, los cuerpos de las mujeres no son botín de guerra

Staff ¡Pacifista! - mayo 21, 2021

La violencia sexual no tiene justificación en ningún contexto. En medio del estallido social que vive Colombia, cerca de 30 personas, la mayoría mujeres, han sido víctimas de este tipo de agresiones. Les creemos y pedimos justicia.

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Tomar la decisión de contar públicamente una historia de violencia sexual es tan difícil como se pueda imaginar. Aunque cada vez son más las voces que respaldan a quienes denuncian que afrontaron una agresión sexual, seguimos siendo una sociedad machista y patriarcal que no ha aprendido del todo a escuchar y a creer en estos relatos.

Por eso, hoy el llamado sigue siendo el mismo: cuando una mujer decide denunciar públicamente que fue víctima de violencia sexual, le creemos. No cuestionamos el lugar donde estaba, la ropa que usaba ni lo que hacía. Tampoco su oficio o profesión. Le creemos y rechazamos vehementemente este tipo de agresiones. Es lo mínimo que podemos hacer.

Terminamos esta semana, tras casi un mes de continuas movilizaciones en toda Colombia, con la noticia de que otra mujer fue violentada sexualmente en el marco del Paro Nacional. Esta vez se trata de una patrullera de la Policía Nacional, quien el pasado 29 de abril, mientras cumplía su turno al oriente de Cali, fue agredida por un grupo de hombres que arremetió contra el CAI en el que ella estaba trabajando.

Al menos 27 personas han afrontado violencias basadas en género, la mayoría sexual, a manos de integrantes de la Policía Nacional, según el último reporte de Temblores ONG. Al tratarse de violencia de género, el subregistro suele ser alto y seguramente hay más casos que el país aún no conoce. Pero más allá de las cifras, se trata de una conducta sistemática que rechazamos. Y con la misma fuerza debemos hacerlo frente al caso de la agente de la Policía en Cali.

Las mujeres no somos botín de guerra y nuestros cuerpos no deben ser violentados en ningún contexto. En medio de la jornada de protestas es injustificable, siempre lo es, que la violencia sexual sea ejercida como un arma de confrontación. No importa quién sea la víctima.

PACIFISTA! intentó comunicarse con la patrullera a través de la Policía Nacional, para conocerla y escuchar lo que quisiera decir, en tanto estuviera dispuesta a hacerlo y no fuera revictimizada. Por ahora, sabemos que está siendo apoyada por un equipo psicológico de la institución y, por si acaso lo repetimos, es su decisión volver a hablar públicamente sobre lo sucedido.

Pedirle que relate una vez más las agresiones que afrontó es revictimizarla; lo sabemos bien. También lo es rechazar con menor vehemencia estos hechos, o no hacerlo en absoluto guardando un silencio hipócrita, bajo el pretexto de que es una integrante de la Policía Nacional. En la misma línea, poner en tela de juicio su testimonio por su oficio, el medio de comunicación o canal por el que el país conoció esta noticia, e incluso, su legítima decisión de no querer hablar más de estos hechos es, a todas luces, una práctica machista, revictimizante y sumamente violenta.

Cualquiera que lo haga debe cuestionarse ese doble rasero, porque insistimos e insistiremos las veces que sea necesario: la violencia sexual no tiene justificación y les creemos a quienes toman la valiente decisión de contar su historia.

Desde PACIFISTA! nos solidarizamos con ella y con todas las personas que han afrontado violencia de género en medio del estallido social que vive Colombia. Rechazamos, además, cualquier intento de instrumentalización de este y otros casos, pues las víctimas de tales agresiones no deben ser usadas para obtener rédito de ningún tipo. Exigimos justicia para cada una.

Este es un canal abierto para escucharles si desean hablar públicamente. Por ahora, seguiremos denunciando estas agresiones, porque el rechazo y cuestionamiento debe caer siempre sobre los agresores, sean policías o civiles, jamás sobre las víctimas.