En Madrid, Cundinamarca, sigue brillando la luz de Brayan Niño, joven que habría sido asesinado por el Esmad | ¡PACIFISTA!
En Madrid, Cundinamarca, sigue brillando la luz de Brayan Niño, joven que habría sido asesinado por el Esmad Portada: Mandarina
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En Madrid, Cundinamarca, sigue brillando la luz de Brayan Niño, joven que habría sido asesinado por el Esmad

Laura A. Torres Martínez - mayo 5, 2021

El 1 de mayo, el joven de 24 años fue impactado por un proyectil lanzado, al parecer, por una tanqueta del Esmad en el municipio que lo vio crecer. Tras su muerte, cientos de madrileños y madrileñas se reunieron para recordar su nombre y exigir explicaciones a las autoridades. PACIFISTA! estuvo allí, acompañando una jornada de memoria para él y las víctimas de violencia policial.

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Al hablar, Felipe Alonso Niño tiene los ojos un poco encharcados. Debe tomar una pausa. Respira, se baja el tapabocas y bebe un sorbo de agua de la botella de plástico que carga en las manos. Luego retoma y su voz vuelve a tener firmeza. Está recostado sobre uno de los muros de la plazoleta principal de Madrid, Cundinamarca, en donde en pocos minutos va a empezar la velatón en honor a su primo: Brayan Fernando Niño Araque, quien fue asesinado el pasado 1 de mayo, al parecer, por el Esmad. Lo habría impactado una cápsula de gas en su rostro.

Brayan tenía 24 años, era padre de un niño de dos años y un hincha de corazón del Atlético Nacional. Trabajaba en una flora junto a un amigo también apasionado por el club de fútbol de Medellín. “El Niño”, repiten sus compañeros hinchas en medio de velas y arengas en esa plazoleta.

La noche del 1 de mayo, Día de las y los Trabajadores, las calles de Colombia volvieron a llenarse de gente. Cientos de miles de personas en todo el país salieron por cuarto día consecutivo a manifestarse en contra del gobierno de Iván Duque.

En un país en el que un poco más de 4 de cada 10 personas viven en la pobreza, según las más recientes cifras del DANE, es más que justificable el agotamiento de la ciudadanía. “O nos mata el covid o nos mata el hambre”, se repetía en cada jornada de protestas.

La ‘Bella flor de la sabana’, el nombre que recibe Madrid por ser un municipio floricultor ubicado a unos 20 kilómetros de Bogotá, no fue la excepción. Ese día la gente también se movilizó y Brayan era uno de ellos.

“Yo salí de trabajar como a las siete y media y me fui para el Sosiego”, cuenta Felipe. Se refiere a un barrio al lado de una de las salidas occidentales del pueblo, contiguo a la carretera principal de Madrid. 300 metros más adelante hay una glorieta que se conecta con la variante del municipio, rumbo a Facatativá.

En el barrio había un grupo de manifestantes que, según su relato, estaba en una protesta pacífica. “Como a las ocho y media me fui para la casa. -continúa el joven- A las ocho y cuarenta empezaron a pasar varios policías hasta allá. Y como a las nueve y media, más o menos, fue que me enteré de que había muerto una persona, pero no sabía que era Brayan”.

Minutos antes de las nueve de la noche de ese día, el Alcalde de Madrid, Andrés Tovar, envió un mensaje a través de sus redes sociales. “Lamentablemente a esta hora se está registrando un ataque contra la estación de Policía del barrio Sosiego por parte de un grupo de manifestantes”, dijo.

“En este momento están agrediendo a los policías y el Esmad no ha podido llegar. Les pedimos a todas las personas que se están manifestando que se vayan. (…) Hay más de 150 personas que fueron a la estación de Policía y el Esmad ya viene para acá para poder salvaguardar.

»Por favor, las personas que están en el Sosiego quédense en casa y los que puedan estar ahí, saquen una bandera blanca o algo para que no nos vayan a matar a ninguno de nuestros uniformados”, afirmó en medio de una transmisión en vivo que apenas duró un par de minutos.

“¿Cuáles fueron las circunstancias del asesinato de su hermano?”, le preguntó Ariel Ávila a Marlin Niño, hermana menor de Brayan, quien habló con el periodista una vez concluyó la jornada de velatón.

De acuerdo con su relato, sobre las nueve de la noche de ese 1 de mayo, había un grupo grande de manifestantes en el barrio Sosiego en Madrid. Estaban en un círculo grande, al que ella no se pudo unir, cantando arengas y bailando. Marlin hace parte del Comité de Paro del municipio y, al hablar con Ávila, insistió en que las manifestaciones de Madrid suelen ser creativas y culturales.

Al parecer, al lugar llegaron dos tanquetas del Esmad, junto a un grupo de policías motorizados. “Ellos empiezan a prender a tiros al aire para todos lados (…). Dispersan a toda la gente que estaba reunida allí en este círculo”, narró. Agregó que una de las tanquetas se dirigió a la esquina en donde se encontraban Brayan y otras tres personas.

“La tanqueta siguió derecho y empezó a retroceder de manera muy lenta. Y ahí fue cuando empezó a apuntar. Cuando estaba a 20 metros de donde estaba mi hermano, lastimosamente, fue cuando la tanqueta le propinó, no sé si se puede llamar así, un disparo en el ojo”, siguió relatando.

Juan Andrés Castro es un activista madrileño que ese día también salió a marchar. Coincidió con Brayan, a quien conoció ese mismo día mientras protestaban en Madrid.

“Nosotros, con los compañeros que estaban con Brayan, nos metimos a la esquina para reprimir a la tanqueta. La tanqueta se paró al frente de la cuadra y disparó. Cuando la tanqueta disparó sonó muy duro y todos nos agachamos. Entonces ahí fue que escuché que algo cayó. Y era él, era él”, dice. Juan Andrés está de pie en el centro de la plazoleta de Madrid, al lado del montón de velas encendidas en el suelo y que juntas forman un mensaje: ‘Brayan vive’.

Con sus manos explica que al joven le habría caído el proyectil en el rostro, afectando gran parte de su cara. En medio de la conmoción, las personas se abalanzaron encima de él, intentando auxiliarlo; un hecho que inicialmente molestó a Juan Andrés, porque no todos tenían el cuidado que ese momento requería.

Cuando Brayan cayó al suelo todavía tenía signos vitales, de acuerdo con él. “Sin mente nos botamos a darle a la tanqueta, hasta puños le dimos. No nos importaba que nos disparara más” cuenta. El sentimiento de rabia e impotencia era tal, que esa fue la reacción inmediata que Juan Andrés y sus compañeros tuvieron. Luego, según relata, “llegaron policías en motocicletas a disparar”.

A Brayan lo subieron a una moto para llevarlo al Hospital de Madrid, a 10 minutos del lugar en donde se encontraba. Marlin le dijo a Áriel Ávila que, mientras las personas intentaban ayudarlo, el Esmad seguía atacando y lanzando gases lacrimógenos. Fue en ese momento en el que uno de los proyectiles golpeó la motocicleta y su hermano volvió a quedar en el suelo.

“Más o menos 10, 15 minutos después, los chicos dicen que él seguía respirando. Llega otra moto y, afortunadamente, llevan a mi hermano en esa moto. (…) En ese momento que lo dejan en la sala de urgencias, el muchacho que lo dejó no alcanzó a dar 20 pasos de aquella sala, cuando lo devuelven y le dicen que mi hermano no tenía signos vitales”, dijo Marlin en el programa.

Cuando la familia de Brayan se enteró de que él podría ser la víctima mortal de la que se hablaba en las redes sociales esa noche, se fue a urgencias para confirmar la noticia. “Salimos para el hospital para ver si sí era cierto”, dice Felipe tras una pausa. Toma agua.

Luego agrega que pudieron ver algunas grabaciones de las cámaras de seguridad del barrio, que detallan, con un poco de dificultad, el momento en el que a su primo lo suben a la moto y no puede salir de la zona.

Al abuso policial se responde con movilización

Ahora Felipe está sentado en un muro pequeño a pocos metros de la velatón. En un par de minutos va a encontrarse con su familia y a medida que oscurece en la plazoleta de Madrid, más gente va llegando al lugar.

Al lado izquierdo se encuentra un grupo de hinchas de Nacional y al otro, más compañeros y amigos de Brayan. Al frente, sus familiares, que se abrazan y lloran la pérdida de un padre, un hijo, un hermano, un primo. Hay carteles y velas en todo el parque, que está lleno de más personas. Un mensaje es común: Brayan no murió, a Brayan lo mataron.

“¿Quién pudo dormir con helicópteros sobrevolando toda la noche sobre nuestra cabeza?” pregunta Felipe a través del micrófono, dirigiéndose a la gente reunida en honor a su primo y que le pidió a la familia dar unas palabras. “¡Nadie!” responde todo el mundo en una sola voz.

Escuche las palabras completas de Felipe:

 

“¿Quién pudo dormir con los disparos? ¿Quién pudo dormir con el lacrimógeno dentro de sus casas? ¿Quién pudo dormir teniendo un compañero asesinado por parte del Estado? -se pregunta- Nadie, nadie durmió, nadie pegó el ojo en toda la noche. La zozobra se convirtió en insomnio. Dieron la orden de asesinar y asesinaron al padre de un bebé que se despertó buscando los buenos días de su papá”, continúa.

“Ocho y cuarenta de la noche, inicia la represión. Once de la noche, sigue la represión. Dos y treinta de la mañana continúa la represión al pueblo madrileño. Señor alcalde Andrés Tovar, señor gobernador Nicolás García: ustedes pudieron evitar el derrame de sangre.

»No queremos sus disculpas. No nos sirven sus lamentos. Es usted y todos los entes, los encargados de esclarecer quién dio la orden, por qué no pararon, quién o quiénes asesinaron a Brayan Fernando Niño Araque”, es parte del discurso de Felipe que la gente escucha atenta, respondiendo a cada palabra que él pronuncia con firmeza.

Esa misma noche, mientras madrileñas y madrileños acudieron a la plazoleta de Madrid a honrar su memoria y exigir respuestas, el Alcalde de Madrid volvió a pronunciarse a través de sus redes sociales. También ha intentado acercarse a la familia de Brayan, pero por el momento, no están en disposición de hablar con él.

“He solicitado, de manera inmediata, a los organismos competentes iniciar las investigaciones para esclarecer los hechos que llevaron a la muerte de Brayan”, dijo en medio de su comunicado público. Afirmó que la noche del 1 de mayo pidió a los líderes de la movilización hacer algo para evitar, en sus palabras, “cualquier situación que atentara contra los madrileños. (…) Dimos todas las garantías, pero lamentablemente, un grupo que estaba allí se encargó de generar el caos y las lamentables noticias que tenemos el día de hoy”.

Pancartas en honor a Brayan Fernando Niño, en la velatón del 2 de mayo de 2021 en su memoria. Foto: Laura A. Torres

Brayan era un hombre apasionado y sencillo, recuerdan Marlin, su hermana, y sus amigos hinchas de Nacional. “Una vez en el trabajo, él me decía que se sentía atado por no poder seguir al equipo”, dice uno de sus compañeros en medio de un grupo que, de color blanco y verde, acompaña a la familia y a cientos de madrileños reunidos ese 2 de mayo en el centro de Madrid.

Tal era su afición, que “llegó un momento en el que me dijo que se iba a seguir a equipo. Donde quisiera que jugara, él estaba allá. Luego volvió”, continúa su amigo, quien carga una vela recién apagada entre las manos. “Era muy juicioso. Le gustaba la pasión y no se metía con nadie… Brayan Niño, ‘el Niño’ vive”, termina.

Son las mismas palabras que se repiten varias veces durante la velatón: “Brayan vive, la lucha sigue”. Las cientos de personas reunidas levantan las manos con sus velas y guardan silencio. Entonan el himno de Colombia y el de su municipio, Madrid.

“Estamos llorando a una persona que no merecía que le pasara esto, a la cual se le tiene que dar justicia. Se tiene que encontrar a quien dio la orden. Y, así como él, en muchas partes del país están llorando a muchas otras personas”, dice Juan Andrés. Su mensaje nos recuerda que en los últimos cinco días, de acuerdo con Temblores ONG, al menos 31 personas han sido víctimas de violencia homicida a manos de la Policía Nacional.

Otras tantas están luchando por su vida, como Elvis ‘Junior’ Vivas, que tras ocho horas de cirugía en el hospital de Facatativá, está en un delicado estado de salud. Por él también se encienden velas en la plazoleta de Madrid, luego de que una mujer levanta su voz y pide a la multitud recordar su nombre. También, después de que un hombre, con un niño en brazos y una vela, llama a Juan Andrés y le solicita que, delante de todas las personas reunidas, no olviden a Junior.

Transcurren casi dos horas desde que mujeres, hombres, jóvenes, ancianos y hasta niños y niñas llegan al parque, para honrar a Brayan y a quienes se encuentran luchando por su vida en los hospitales. El grupo sale de la plazoleta para unirse a manifestantes que caminan por las demás calles del centro del pueblo.

Luego se unen a quienes llegan desde Funza y Mosquera, dos municipios aledaños, que viajaron hasta Madrid para demostrar que a la represión y violencia policial responderán con más fuerza y movilización.

Aunque duela y haya que hacer pausas, como Felipe al hablar, hay que seguir protestando. Él lo dice muy bien al recordar a su primo: “murió en las calles y seguiremos en las calles, porque por nuestros muertos, ni un minuto de silencio”.

A Laura pueden encontrarla acá.

 

Esta publicación hace parte de nuestro especial:

ESPECIAL II: Investigamos otras cuatro denuncias de abuso policial y judicial en el Paro​

 

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