Les preguntamos a seis líderes de víctimas cómo recibieron el anuncio del Gobierno y las Farc para ponerle fin al conflicto.
- Imagen de la celebración en Bogotá por la firma del acuerdo parcial sobre el fin del conflicto. Foto: Santiago Mesa
Entre todos los arquitectos de la paz entre el Gobierno y las Farc, las víctimas han sido protagonistas. Son ellas las que han acudido con más decisión a la mesa para pedirles a las partes que no se levanten y quienes han puesto al servicio de los diálogos toda su experiencia y creatividad para resolver los obstáculos presentes y prever los futuros.
Este jueves, después de que las partes dieran a conocer el acuerdo parcial sobre el fin del conflicto, les preguntamos qué opinan de lo pactado y cómo recibieron la noticia de que el Gobierno y las Farc dejarán de librar la guerra. Esto fue lo que nos respondieron seis de los líderes de los sobrevivientes.
Odorico Guerra, Mesa Nacional de Víctimas
“Estamos contentos, porque el cese bilateral marca un hito en la historia del conflicto armado en este país. También estamos a la expectativa de que los grandes discursos y promesas que están haciendo el Gobierno y las Farc se hagan realidad en los territorios, porque las víctimas tenemos el anhelo de que ese sueño de paz se cristalice.
Aun así, pienso que es muy prematuro hablar de paz. Se está preparando el fin del conflicto con las Farc, pero las bandas criminales están ahí y el ELN está muy activo, sobretodo en la región del Catatumbo. No se puede declarar el fin de la guerra cuando solo uno de los grupo está pactando el cese bilateral del fuego.
De otro lado, nos preocupan las víctimas y los pobladores de los lugares donde vaya a ser la concentración. Usted no puede decirle a un grupo de personas o habitantes de un municipio: ‘Les vamos a traer las Farc aquí, oficialmente’, porque así como hay aliados del proceso, también hay enemigos. Esperemos que las medidas que tome el Gobierno sean las adecuadas para proteger a la gente y que se ponga en marcha una estrategia de pedagogía de paz en los territorios”.
José de la Cruz, Comité de Víctimas de Bojayá
“Recibimos este acuerdo en comunidad, en una pantalla grande dentro de la capilla del antiguo Bojayá, con las autoridades afro e indígenas. La gente lo recibió con gran esperanza, porque esto quiere decir que por parte de esos dos actores tan importantes del conflicto —el Estado y las Farc— ya no debemos preocuparnos de que realicen acciones contra nuestras vidas.
- En diciembre de 2015, miembros de la delegación de paz de las Farc se trasladaron a Bojayá (Chocó) para reconocer su responsabilidad por una masacre ejecutada en 2002. Foto: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
Sobre las zonas de concentración, la comunidad ha manifestado preocupación por lo que pueda pasar en el territorio, pero creemos que todos los colombianos debemos aportar a la construcción de la paz y si nos toca poner una parte de nuestro terreno para que las Farc hagan el tránsito a la vida civil estamos dispuestos a hacerlo. Eso sí, con todas las garantías de protección.
También somos conscientes de que hace falta realizar un trabajo muy fuerte para que la guerra se acabe. Eso incluye que el Gobierno pueda lograr un acuerdo con el ELN y controlar el fenómeno paramilitar. Además, es importante cerrar las brechas de desigualdad para que se acabe este conflicto. No es justo que unas poblaciones estemos abandonadas, mientras otras estén rodeadas de riquezas”.
Gloria Gómez, Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos
“Este no es el fin del conflicto, así lo diga el presidente en una frase. Lo que se está haciendo es finalizar un proceso de negociación para entrar a un proceso de construcción de paz, que es más difícil, porque implica llevar a la práctica los acuerdos y garantizar la justicia social y la no repetición.
- Según distintas entidades oficiales, en Colombia hay entre 22 mil y 45 mil desaparecidos. Foto: Comité Internacional de la Cruz Roja
Nos preocupa que no se hayan tomado medidas robustas para garantizar la seguridad de los sectores sociales y de las víctimas que acudimos a La Habana como parte de las cinco delegaciones, porque hemos sido perseguidas y algunos nos han tachado de “enemigas”.
Creemos que no debemos perder de vista que la construcción de la paz empieza cuando se firme el acuerdo final y que requiere la participación de todos”.
Juan Carlos Villamizar, Foro Internacional de Víctimas
“Decir que este es el fin de la guerra es demasiado optimista e, inclusive, tendencioso. Hoy se ha firmado el fin de la guerra con las Farc, no el fin de la guerra en Colombia. Entiendo la euforia que hay, pero no nos confundamos. Lo que se le ha informado a la opinión pública es una hoja de ruta para finalizar el conflicto con las Farc.
Nosotros tenemos un problema de neoparamilitarismo muy fuerte y un proceso de paz con el ELN en cuidados intensivos, así que lo que nos espera son retos. Lo que pasa es que hoy se ha acabado el conflicto con la principal fuerza revolucionaria de este país. Eso algo histórico, no le quiero quitar fuerza, ni relevancia, pero es bueno que lo entendamos en sus justas proporciones.
- En 2014, más 500 mil migrantes y exiliados colombianos crearon el Foro Internacional de Víctimas para participar en las discusiones sobre el proceso de paz. Foto: Foro Internacional de Víctimas
En cuanto al acuerdo, creo que el Gobierno y las Farc fueron muy escrupulosos a la hora de detallar el procedimiento y la agenda del cese bilateral y del desarme. No dejaron nada a la especulación, respondieron a todos los asuntos que generaban pánico y creo que es lo que el país estaba esperando.
Respecto a las garantías de seguridad y a la lucha contra las organizaciones criminales, las partes se pusieron de acuerdo en un tema muy delicado: cómo hacer que las Farc hagan un tránsito a la vida política sin que eso les cueste la vida”.
Maritze Trigos, Asociación Familiares Víctimas de Trujillo
“La paz exige un cambio estructural, no se trata solo de ilusionarnos con las firmas que haya en Cuba. Sin embargo, creo que es un gran paso haber llegado a estos acuerdos, porque responden a la situación de violencia que se vive en Colombia.
De todas formas, no podemos dejar de lado el hecho de que aún hoy las víctimas siguen siendo atropelladas. En Trujillo (Valle del Cauca) firmamos un acuerdo de solución amistosa con el Gobierno y ya empezaron los incumplimientos. Por eso, estamos organizado una mesa ecuménica nacional para armar veedurías que presionen el cumplimiento de los acuerdos a todo nivel.
- Entre 1989 y 1994, una alianza entre narcotraficantes y agentes estatales desapareció y asesinó a 245 personas en los municipios vallecaucanos de Trujillo, Riofrío y Bolívar. Foto: Miguel Martínez
En esa mesa también estamos planteando que la implementación debe estar atravesada por la ética, para contrarrestar la corrupción, la mentira, la acumulación, y el irrespeto a la diferencia y a la protesta. Necesitamos ética para construir una verdadera democracia y poner en práctica los acuerdos de paz”.
Camilo Umaña, hijo del asesinado abogado Eduardo Umaña e integrante de la tercera delegación de víctimas que viajó a Cuba
“Recibí el anuncio con muchísima esperanza y creo que es un avance importante que se debe consolidar.
Valoro el tema del desmonte del paramilitarismo, que se abordó en el subpunto de garantías, pero considero que se tomaron medidas abstractas que se deben aterrizar. El tema no puede reducirse a la seguridad dura y es necesario identificar factores de riesgo para proteger a los defensores de derechos humanos. Además, es importante promover el papel de la sociedad civil como una pieza fundamental para la construcción de la paz”.