Por mensajes radiales, codificados en radio Hf -después descodificados en computadores- se enteró ´Timochenko´ de algunos asesinatos entre 1987 y 2002, entre ellos, el de Álvaro Gómez Hurtado. La versión de su verdad llegó a la JEP.
Reconocer la verdad para encontrar el perdón, esa fue la consigna de Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, en la diligencia de aporte a la verdad, liderada por la magistrada Nadiezhda Natazha Henríquez de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), para esclarecer el asesinato del excandidato presidencial Álvaro Gómez Hurtado y otras seis personas: José del Cristo Huertas, conductor de Gómez Hurtado, asesinado en noviembre de 1995, los exguerrilleros Hernando Pizarro León Gómez, asesinado en febrero de 1995 y José Fedor Rey, asesinado en julio de 2002; el académico Jesús Antonio Bejarano, asesinado en septiembre de 1999; el general retirado Fernando Landazábal, asesinado en mayo de 1998; y el congresista Pablo Emilio Guarín, asesinado en noviembre de 1987.
“Simplemente uno lo referenció”, admitió Rodrigo Londoño en la audiencia. Para aquel entonces él era comandante del Bloque Magdalena Medio. Según él, el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado lo ejecutó el Bloque Oriental de las FARC-EP. Se hizo como un secreto a voces dentro de las Farc y con un propósito: “la consigna era de no decirlo, no contarlo, no informarlo y dejar que eso más bien generara contradicciones al nivel de la clase dirigente. Y listo, no fue más”. Londoño dijo que no sabe mucho más porque preguntar hechos que no le incumbían a él era considerado una falta de respeto entre los integrantes del secretariado de las Farc, (donde él pasó a formar parte en 1986). Lo único que añadió sobre el hecho fue: “Jorge Briceño (alias el ‘Mono Jojoy’) informó al secretariado que un comando de la red urbana” había asesinado a Gómez Hurtado en Bogotá.
¿Por qué lo mataron?
Con base en el propósito que admitió ‘Timochenko’, el objetivo de desconcertar y “generar contradicciones” se logró con creces. Durante 25 años, el asesinato de Gómez Hurtado fue un enigma sin resolver. El crimen giró alrededor de dos hipótesis: primero, se culpó al escolta privado Héctor Paul Flórez, quien cumplió 18 años y ocho meses de cárcel; segundo, que el crimen lo había ejecutado el Cartel del norte del Valle en cabeza de Luis Hernando Gómez, alias ‘Rasguño’, quien se había atribuido el hecho. Fue solo hasta el 3 de octubre de 2020 cuando, en una carta abierta, Rodrigo Londoño, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Juan Emilio Cabrera, Pablo Catatumbo, Julián Gallo, Pastor Alape y Rodrigo Granada, reconocieron la responsabilidad de las Farc en esos homicidios.
Ratificamos nuestro compromiso indeclinable con la paz de Colombia, con las víctimas y sus familiares. pic.twitter.com/tADX5xjitt
— Rodrigo Londoño (@TimoComunes) October 3, 2020
“En el secretariado nunca se habló de realizar acciones de este tipo”, dijo ´Timochenko´ este miércoles sobre la planeación del asesinato de Hurtado. También argumentó que no había quién diera una versión del extinto Bloque Oriental, tampoco existen documentos ni grabaciones de los comunicados oficiales que por lo general hacía el comandante en jefe de las Farc. Una verdad sin más pruebas que la palabra de los exguerrilleros
Una de las frases que también han invocado otros exjefes de las Farc, para explicar el magnicidio, tiene que ver con una deuda histórica contra el político conservador. “La acción era cobrar cuentas de una actitud política del señor Gómez Hurtado. Incluso en todos estos seis casos que planteamos, prácticamente de por medio está eso: cobrar una cuenta”, reconoció en la audiencia ‘Timochenko’. A Gómez Hurtado nunca le perdonaron que fuera uno de los incitadores de la Operación Marquetalia, la intervención militar de 1964 en el sur del Tolima que se convirtió el mito fundacional de las Farc.
La acción de un “lobo solitario”
Lo que fue Marquetalia en sus inicios, con el tiempo se convirtió en Casa Verde, el refugio del Secretariado en Uribe (Meta), y desde donde hacía planeación estratégica, negociaciones de paz y toda su operación. En 1990, llegó la operación Casa Verde del gobierno Gaviria y las Farc empiezan un proceso de reorganización. Por esa época, según Timochenko, el Secretariado nunca se reunió para orquestar asesinatos, por eso insiste en la teoría de que el de Gómez fue una cuenta personal que quería saldar solo uno de los miembros del grupo.
Para reforzar su teoría, dice que el único plan que se discutió fue el de atentar contra la vida del expresidente Juan Manuel Santos, cuando se iniciaban los primeros diálogos de paz “En la conducción de Alfonso Cano, él nos informó que un comando estaba listo para atentar contra la vida, en ese momento del presidente”, y precisó que “cada Bloque tenía su plan, a no ser que se hiciera un plan en conjunto”, por eso él se enteró de estos asesinatos por emisoras de radio. Además, ‘Timochenko’ desmintió que la fuerza pública hubiera participado en alguno de estos homicidios.
“Dejen de buscar más culpables”, le escribió ´Timochenko´ al político conservador y negociador cercano con la guerrilla, Álvaro Leyva, en una carta pública de octubre de 2020. En ella se adjudicaban el homicidio de Gómez Hurtado a las Farc como “únicos responsables”.
“Es una paz incómoda, pero es una paz sin armas” Julieta Lemaitre, Magistrada de la JEP
Las otras víctimas
José del Cristo Huertas, conductor de Gómez Hurtado, también fue asesinado y pasó casi desapercibido para los medios. Un hombre al que no se le reconoció importancia dentro de las Farc y al que ‘Timochenko’ reconoció y reivindicó como una víctima.
Hernando Pizarro León, filósofo, exguerrillero de las Farc y cofundador del grupo de disidentes Ricardo Franco, estructura urbana que fue responsable de la masacre Tacueyó, entre noviembre de 1985 y enero de 1986 en el corregimiento de Tacueyó, municipio de Toribio Cauca; un hecho que, asegura ´Timochenko´, dañó la organización y le valió a él tener enemigos dentro de las Farc. Fue asesinado por un “ajuste de cuentas”, dice ´Timochenko´, 10 años después del hecho cometido en Tacueyó.
José Fedor Rey, conocido por el alias de ‘Javier Delgado’, cofundador del comando Ricardo Franco, también participó en la masacre de Tacueyó. Una de las grandes discrepancias que tenía Fedor Rey y que expresó en 1982, en la séptima conferencia de las Farc -donde participan hasta 120 delegados-, era que la actividad urbana de las Farc debía activarse, por eso este grupo fue una estructura urbana.
Del asesinato del profesor Jesús Antonio Bejarano, ´Timochenko´ también se enteró por medio del radio Hf. Joselo Lozada, conocido por el alias de ‘Jerónimo’, dio la noticia del homicidio, un hecho que se presentó en la facultad de Economía de la Universidad Nacional. Su asesinato se produjo, según ´Timochenko´, por haber sido un negociador de paz en Caracas durante el gobierno de Andrés Pastrana.
El general retirado Fernando Landazábal fue, según ´Timochenko´, “participe de la guerra sucia en Colombia”, una frase que no gustó mucho entre sus familiares, especialmente por Gustavo Landazábal, hijo del general y quien a su vez argumentó: “Ustedes lo asesinaron miserablemente”, según él, porque cuestionaba la ideología de las Farc, a lo cual ´Timochenko´ respondió que “pedía perdón si se había expresado de manera incorrecta”. Por otro lado, Olga Landazábal también cuestionó la actitud de ´Timochenko´ al no “aportar absolutamente nada” a la verdad.
Del excongresista Pablo Emilio Guarín no se habló mucho. Guarín fue colaborador del frente 4 de las Farc y terminó siendo un reconocido político (representante a la Cámara) anticomunista por diferencias y ataques contra sus cercanos, también fue jefe de grupos paramilitares.
Por último, ´Timochenko´ les dejo un mensaje a los colombianos al final de la audiencia: “El camino no ha sido sencillo, distintas circunstancias durante el largo proceso de implementación del acuerdo fueron extendiendo en el tiempo la decisión de expresar públicamente nuestra responsabilidad en las muertes de Pablo Emilio Guarín, José del Cristo Huertas, Álvaro Gómez Hurtado, Jesús Antonio Bejarano, General Fernando Landazábal, Fernando Pizarro y José Fedor Rey. Hubo mucho que recorrer, entender y escuchar para comprender que este era el momento adecuado de los reconocimientos”.
Las palabras de Rodrigo Londoño se suman a otras que emitió esta misma semana en una carta al expresidente Juan Manuel Santos, donde le pide que se reúna con el presidente Iván Duque para salvar la paz. Una postura que tiene que ver con el retroceso en seguridad y garantías para excombatientes, pero que también se puede atribuir al inminente rumbo hacia la justicia que les espera a los exjefes de la extinta guerrilla.