Divergentes explica las victorias del movimiento LGBT y los retos que aún quedan por superar para la movilización de esa comunidad. Por: Julio C. Londoño A.
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Desde que la homosexualidad fue eliminada del código penal colombiano en 1980, los movimientos LGBT han ganado en visibilidad y derechos de una forma lenta pero sostenida. Antes de eso, ser un hombre gay o una mujer lesbiana podía acarrear una noche en el calabozo. Y si se trataba de una mujer trans, había que lidiar con el miedo al linchamiento público de la prensa amarillista.
Por eso, el primer grupo homosexual del que se tiene registro es casi un mito urbano. Los Felipitos era un club social de hombres de clase alta de la capital del país que se presume existió en la década de los cuarenta. No hay fechas claras. Pero paralelamente fueron surgiendo lugares ilícitos y marginales de socialización en Bogotá como en Medellín.
Los pioneros
El malestar de la represión lo hizo sentir León Benhur Zuleta, creador de El Otro (la primera publicación gay del país) y pionero a finales de los setenta del Movimiento de Liberación Homosexual. Junto al movimiento, aparecieron El Grupo de Encuentro para la Liberación de los Güeis (Gelg) y el Grupo de Estudios de la Cuestión Homosexual (Greco).
La movilización era tan tímida aún, que el 28 de junio de 1982 se realizó la primera marcha de orgullo gay en Colombia, en cabeza de Zuleta y su pupilo Manuel Velandia, y contó con apenas 32 asistentes. Cien policías los custodiaron en el corto trayecto entre la Plaza de Toros la Santamaría y el Parque de las Nieves en Bogotá. Años después, en 1993, León Zuleta sería asesinado en su apartamento en Medellín en circunstancias nunca esclarecidas. Manuel Velandia, por su parte, se exilió en 2007 a España por amenazas de grupos paramilitares en contra de su activismo en el tema de VIH.
Movimientos jurídicos
Los movimientos por la liberación sexual a nivel global sufrieron un estancamiento y un cambio radical por la epidemia del VIH de los años ochenta. En Colombia, los primeros casos fueron identificados en 1983 y, al igual que en el resto del mundo, los estigmas recayeron sobre las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas.
En la década siguiente, los cimientos del actual movimiento LGBT fueron consagrados en la Constitución de 1991: libre desarrollo de la personalidad, dignidad humana, igualdad, y la declaración de una república pluriétnica y multicultural.
Desde entonces, las victorias en el terreno legal se han dado más por la vía judicial de la Corte Constitucional que por el poder legislativo del Congreso. La primera sentencia de la alta corte a favor de las personas LGBT fue la T-594 de 1993, mediante la cual afirmó el derecho a la identidad de personas transgénero y permitió el cambio de nombre en el documento de identidad.
En la primera década de este siglo, la agenda LGBT se centró en la consecución de derechos patrimoniales, la seguridad social, las pensiones de sobrevivencia y las visitas conyugales en cárceles de las parejas del mismo sexo.
Generación de activistas
En medio del fracaso de los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc, surgió el proyecto Planeta Paz, que reunió a sectores sociales desde los afro, los campesinos y los indígenas, hasta los jóvenes, las mujeres, los sindicalistas y LGBT. Esta fue la plataforma para una serie de organizaciones que se dedicaron a defender y conseguir la garantía de los derechos fundamentales de personas LGBT, entre las que hoy se destacan Colombia Diversa, Caribe Afirmativo y Santamaría Fundación.
En cuanto a la movilización trans, el hecho detonante fue el asesinato en 2009 de Wanda Fox, una líder trans, en la localidad de Los Mártires en Bogotá. Días antes, Wanda había denunciado las violencias y persecuciones que enfrentaban las mujeres transgénero, tanto por actores ilegales como por la fuerza pública. Su muerte sería el inicio de una organización más formal del movimiento transgénero colombiano. Actualmente, organizaciones como la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (Gaat), la Red Comunitaria Trans, el colectivo Hombres en Desorden, Trans Disidentes y Transcity se destacan en la escena.
Nuevos cambios
En julio de 2011, la Corte Constitucional se declaró sin facultades para decidir sobre el matrimonio igualitario, pero estableció un periodo de dos años para que el Congreso legislara. En caso de no hacerlo, al cumplirse este plazo, las parejas del mismo sexo podían acudir ante un notario o juez para “solemnizar su vínculo”.
El 24 de julio de 2013, cumplido el término del fallo y sin una ley expedida por el Congreso, se celebró el primer matrimonio civil entre dos hombres: Gonzalo Ruiz y Carlos Rivera. La Procuraduría General de la Nación, en cabeza de Alejandro Ordóñez, radicó una acción de tutela contra la decisión de la juez que permitió el contrato marital. El 28 de abril de 2016, tras recoger este y otros casos, la Corte Constitucional dictó el fallo que legalizó el matrimonio igualitario a nivel nacional.
En cuanto a la adopción, en 2012 la Corte Constitucional ratificó el derecho de las personas LGBT a adoptar de manera individual. En 2014, la Corte dictó sentencia favorable sobre el caso de dos madres lesbianas, Verónica Botero y Ana Elisa Léiderman, lo que permitió a las familias homoparentales adoptar solo si el menor era hijo biológico de alguno de los padres. Un año después, la Corte amparó el interés superior de los niñas y niños a conformar un hogar, por lo que amplió el universo de familias a las parejas del mismo sexo.
En 2015, el Ministerio de Justicia emitió el Decreto 1227 que permitió a las personas transgénero cambiar el componente sexo en el documento de identidad acorde con su identidad de género. Este decreto sería demandado igualmente por el procurador Ordoñez, pero el Consejo de Estado dio fallo favorable a los derechos de la población trans.
Mirando hacia adelante
En la última década, América Latina se ha convertido en la región en el mundo con mayores registros de asesinatos a personas transgénero. Según la organización Transgender Europe, Colombia es el tercer país con del continente con más episodios transfóbicos, después de México y Brasil.
En 2017, un informe de Colombia Diversa, Caribe Afirmativo y Santamaría Fundación denunció los casos de amenazas y asesinatos a líderes y a organizaciones LGBT en el territorio colombiano, en el marco de la violencia política que han desatado los grupos armados posdemovilización que se oponen a los acuerdos de paz.
Socialmente, y a la par con los diálogos entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, la agenda LGBT ha ampliado sus frentes a temas como las víctimas LGBT del conflicto armado, los derechos humanos, las situaciones que enfrentan estos sectores en cárceles, la condición de calle, el trabajo sexual, el abuso policial, el consumo de sustancias y el VIH.
Sin embargo, debido al ambiente político regional en que se han conjugado los sectores religiosos más radicales del cristianismo, el discurso de la “ideología de género” y algunos partidos de derecha, el movimiento LGBT enfrenta actualmente la posibilidad de un retroceso en los derechos alcanzados.
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