Juan Camilo Restrepo: de benefactor del uribismo y defensor de las Convivir a Alto Comisionado para la Paz | ¡PACIFISTA!
Juan Camilo Restrepo: de benefactor del uribismo y defensor de las Convivir a Alto Comisionado para la Paz Portada: Mandarina
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Juan Camilo Restrepo: de benefactor del uribismo y defensor de las Convivir a Alto Comisionado para la Paz

Staff ¡Pacifista! - mayo 24, 2021

Cuando Restrepo fue presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), ese gremio aportó decenas de millones a las campañas de algunos integrantes del partido Centro Democrático que se oponen al Acuerdo de Paz firmado por el Estado y las Farc. Además, hace unos años el nuevo consejero salió en defensa de las Convivir, cooperativas que fueron fachadas del paramilitarismo en Urabá.

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El presidente Iván Duque designó este lunes a Juan Camilo Restrepo Gómez como Alto Comisionado para la Paz, luego de que Miguel Ceballos, quien venía liderando los diálogos con el Comité del Paro, renunció a su cargo. Ceballos, en una entrevista en El Tiempo, se mostró incómodo con Álvaro Uribe, jefe del Centro Democrático, por acercamientos aislados entre el exmandatario y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Su último día en la Casa de Nariño será el 25 de mayo.

Duque anunció a Restrepo como alto comisionado de paz a través de Twitter: “Tendrá el encargo de fortalecer la búsqueda de la Paz con Legalidad en Colombia”. Su nombre por sí solo para muchos colombianos no dice nada, de hecho lo confundieron con el Juan Camilo Restrepo más conocido, Restrepo Salazar. El hecho es que la hoja de vida del nuevo alto comisionado sí dice mucho sobre el talante del funcionario.

El portal Verdad Abierta reveló en 2016 que cuando Restrepo fue director de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), ese gremio aportó 33 millones de pesos a la campaña del No.

El 2 de octubre de ese mismo año se votó el plebiscito que buscaba refrendar el Acuerdo de Paz firmado entre el Estado y la guerrilla de las Farc. El No se impuso por una pequeña diferencia de votos. El para ese entonces director gremial dijo que ese aporte, en metálico, se dio para “fortalecer la democracia”.

Pero no fue el único aporte que hizo Augura para el uribismo mientras Restrepo fue su presidente. En el portal oficial Cuentas Claras revisamos las donaciones a varios candidatos del Centro Democrático y encontramos que varios fueron beneficiados por esa organización gremial, en las elecciones legislativas de 2018:

Paola Holguín, férrea opositora al Acuerdo de Paz, recibió 30 millones y llegó al Senado; a la campaña del senador huilense Ernesto Macías donaron 15 millones; María Fernanda Cabal, quien ha intentado reformar la Ley de Restitución de Tierras, recibió 20 millones. En la campaña a la Cámara de representantes, el dinero de Augura benefició a Amador Caycedo Mena, exalcalde de Chigorodó (Antioquia), a quien le dieron 10 millones, pero se quemó.

No está de más decir que varios asociados de Augura han tenido que devolver tierras despojadas tras ser derrotados en procesos judiciales. Aún con esos antecedentes, en la entrevista que Restrepo le concedió a Verdad Abierta dijo: “los gremios y sus presidentes no pueden ser voceros desde el punto de vista ideológico ni político en las contiendas de la democracia Colombia”.

Los oscuros nexos del banano

En el marco de Justicia y Paz, proceso mediante el cual se desmovilizaron las AUC, salieron a flote verdades que no han sido investigadas a cabalidad por la justicia. Jefes paramilitares como Raúl Emilio Hasbún, “Pedro Bonito”, y Ever Velosa, “HH”, señalaron que gran parte de la financiación de ese grupo ilegal en Urabá provenía de aportes voluntarios de empresarios bananeros, palmeros y ganaderos. Incluso, algunos como Rosalba Zapata y Felipe Echeverri están siendo investigados. Pero la justicia avanza a paso tan lento que no hay ningún empresario condenado por esos hechos, a pesar de que en 2017 la Fiscalía declaró la financiación de grupos paramilitares por parte de los bananeros como crimen de lesa humanidad.

Augura, además,  ha sido cuestionada presuntamente por haber financiado grupos paramilitares en Urabá, entre mediados de los 90 y 2004. Ese gremio participó activamente en la financiación de la Convivir Papagayo, operativa que tuvo ropaje legal, pero que fue fundada y controlada por los paramilitares.

Actas en poder de PACIFISTA! dan cuenta de que decenas de asociados de Augura aceptaron descontar tres centavos de dólar por cada caja de banano exportada para financias los Servicios Especiales de Vigilancia y Seguridad Privada de Urabá, nombre que adquirió la Papagayo. Gabriel Harry Hinestroza, líder histórico de Augura, le aseguró a El Espectador que fueron 325 fincas las que hacían esos aportes. Raúl Hasbún, dijo que ese era el monto que industriales aportaban al grupo armado ilegal.

En la entrevista de Verdad Abierta, Restrepo salió en defensa de las Convivir ante una pregunta en la que le dijeron que fueron fachadas del paramilitarismo. “Es que eso no es una ‘fachada’, es que así se daba la plata para la Convivir. Ahora relacionar eso con que eso era una ‘fachada’ para los paramilitares eso es una generalidad y una estigmatización que no compartimos. Ni más faltaba que mediante esos análisis de contexto quieran circunscribir unos aportes de carácter legal para actividades ilícitas”, enfatizó.

Las evidencias que ha recopilado la justicia, sin embargo, contrarian al nuevo comisionado de paz. Por ejemplo, el fundador de la Convivir Papagayo, Arnulfo Peñuela Marín, fue condenado por sus nexos con el paramilitarismo. Misma suerte corrieron varios representantes legales de las 14 que operaron en Urabá. Otro ejemplo, es que Jesús Ignacio Roldán, ‘Monoleche’, temido excomandante paramilitar fue tesorero de una de esas organizaciones. Otros comandantes paramilitares tuvieron su propia convivir aprobada por la Gobernación de Antioquia, la Brigada 17 del Ejército, la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada y la financiación de empresarios bananeros y ganaderos.

A pesar de esas evidencias, el nuevo comisionado de paz Juan Camilo Restrepo le dijo en 2017 a El Colombiano que “el sector bananero colombiano no financió grupos paramilitares”. Hasta ahora, esa afirmación encuentra sustento en la lenta labor de la Fiscalía para investigar los aportes de los industriales a las convivir de los paramilitares.

Restrepo se viene de desempeñarse como viceministro de Agricultura, y pasa a un cargo desde el cual debe propender por la construcción y consolidación de la paz (toda) en Colombia. Sin embargo, los aportes que hizo el gremio que él dirigió beneficiaron a opositores del Acuerdo de Paz firmado entre el Estado y las Farc en 2016, y sus intervenciones públicas hasta ahora no hacen mucho por aportar una verdad necesaria para las víctimas del conflicto: por ejemplo, el impulso bananero a los grupos paramilitares.

Aunque el presidente Duque describió a su nuevo alto comisionado como “fundamental en el proceso de diálogo con los diferentes sectores sociales en la búsqueda de acuerdos, soluciones y consensos”, una característica fundamental del cargo, no queda claro por qué, en medio de una de las crisis sociales y de orden público más duras de la historia del país, y avisado de la vacante hace casi un mes, Duque se decide por un nombre cuestionable que trae pocos quilates y palmarés para interlocutar con armados como el ELN o poner freno a la ola de violencia de su mandato, al punto que el mismo presidente confirmó que Miguel Ceballos, y no Restrepo, seguirá acompañando las negociaciones del Paro Nacional.

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