El presidente lanzó un plan de recompensas para capturar a los supuestos responsables del asesinato de líderes sociales. Sin embargo, no está muy claro en qué evidencia se está basando para ejecutar la estrategia.
Desde Chocó, un departamento en donde la implementación del Acuerdo de Paz ha sido frágil, el presidente Iván Duque lanzó una campaña de seguridad para “hacer visibles a los matalíderes” en Colombia. Se trata, palabras más palabras menos, de un sistema de recompensas para capturar a los responsables de los asesinatos de más de 170 líderes sociales en el transcurso los últimos dos años. Duque lanza este plan una semana después de que el Consejo de Seguridad de la ONU le llamara la atención al Estado colombiano por el incremento en los asesinatos de líderes y defensores de derechos humanos durante el último año.
Con el ministro de Defensa y dos generales del Ejército a su lado, Duque presentó la campaña de recompensas para capturar a los “matalíderes”. Esta es una de las primeras acciones concretas del gobierno Duque para enfrentar los asesinatos recurrentes a líderes sociales en el territorio. El Plan de Acción Oportuna (PAO) para proteger a los líderes, lanzado en noviembre, está en etapa de “implementación” y, en pocas palabras, se ha quedado en un entramado burocrático. Por el contrario, con la estrategia de recompensas Duque espera resultados a corto plazo. “La sociedad va a ser fundamental en este trabajo articulado, para saber dónde están esos criminales, para que ellos sepan que todo un país los está persiguiendo, porque no queremos más líderes asesinados”, dijo.
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Hasta ahí, el plan parece interesante porque pone en primer plano la vida de los líderes sociales. Además, el gobierno está reconociendo algo que el partido Centro Democrático no ha hecho: en Colombia están asesinado masivamente a los líderes sociales. Quienes luchan por la restitución de tierras, por la implementación del Acuerdo de Paz, por la sustitución de cultivos –entre otras causas– están en riesgo. Que el presidente ponga un foco –así sea pequeño – para protegerlos, es un avance. Sin embargo, la campaña tiene un error que, si el gobierno no corrige, la destinará al fracaso.
Según Iván Duque y su ministro de Defensa, Guillermo Botero, este “cartel matalíderes” tiene en sus rangos más altos a los comandantes del ELN, después a Otoniel, del Clan del Golfo y en tercer lugar a los altos mandos de “Los Pelusos”. Así estableció el sistema de recompensas:
“Se van a ofrecer 4.000 millones de pesos por criminales como alias ‘Gabino’, como alias ‘Pablito’ o como alias ‘Antonio García’, criminales del grupo ELN. Y se van a ofrecer 3.000 millones de pesos por un criminal como ‘Otoniel’, una de las cabezas o quizá la cabeza más visible del Clan del Golfo. Y vamos a ofrecer 2.000 millones de pesos por alias ‘Gentil Duarte’ y alias ‘Pacora’, que corresponde al grupo terrorista de Los Pelusos”.
Cayó el primero de los delincuentes del cartel matalíderes presentado ayer con el Pdte @IvanDuque. Alias ‘el mente’, capturado por @PoliciaColombia en Cartagena. Es acusado del homicidio del líder Jorge Luis García en octubre 2017. Se pagará #Recompensa #ColombiaSegura pic.twitter.com/uPYV4dVQ4W
— Guillermo Botero (@GuillermoBotero) 1 de febrero de 2019
En su discurso, Duque mencionó varias veces a la guerrilla del ELN, ubicándola como la principal responsable de los asesinatos de líderes sociales. Dejó de lado la responsabilidad de otros grupos que emiten amenazas constantes contra líderes , como las “Águilas Negras”, que en teoría tendrían soporte en grupos de extrema derecha dentro del mismo Estado. Además, ligar al Comando Central del ElN (Coce) con los asesinatos de líderes, el cual hasta hace pocas semanas estaba negociando con el gobierno un Acuerdo de Paz, puede ser resultar apresurado y ser leído más como intención política que no se basa en la evidencia.
Veamos los estudios.
La investigación más reciente y quizás más completa sobre los asesinatos a líderes sociales en Colombia, titulada “¿Cuáles son los patrones? Asesinatos de líderes sociales en el post-Acuerdo”, arroja varios resultados interesantes. Desde diciembre de 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz, han sido asesinados 257 líderes sociales, asegura el documento. En el 46 % de los casos se desconoce la autoría, según la misma información proporcionada por el Cuerpo Élite de la Policía. Solo en el 41% de los casos se ha logrado establecer una presunta autoría. El 17% de los asesinatos, es decir 44 casos, se atribuyen a grupos paramilitares. Le siguen las disidencias de la Farc, con el 7% (19 casos), agentes de la fuerza pública 5% (11 casos), la guerrilla del ELN 3% (ocho casos) y 0,7% al EPL, con dos casos.
Duque lo anunció: en los medios de comunicación nacionales saldrá un video con los rostros de “Otoniel”, “Pablito” “Gabino”, etc., para que la ciudadanía los denuncie y el sistema de recompensas tenga algún efecto. Aunque existe un consenso en que estas personas deben ser capturadas, es poco riguroso señalarlas como las máximas responsables de los asesinatos a líderes sociales. Y tiene un efecto colateral: politiza los asesinatos de líderes, buscando que la sociedad civil crea que la guerrilla del ELN está detrás de toda esta violencia, cuando los mismos datos del gobierno demuestran que no es así, que incluso la fuerza pública tiene más casos.
Insistimos: en el 46% de los asesinatos se desconoce la autoría. ¿Cómo hablar de un “cartel matalíderes” sin si quiera tener certeza sobre los presuntos responsables?
Y parece que será inevitable. Quizás desde esta misma tarde comencemos a ver la propaganda en RCN y Caracol Televisión, con un mensaje que reiterativamente irá calando: el ELN está detrás de toda la violencia. Es una explicación fácil que no aporta mucho de fondo a solucionar el problema de líderes sociales
Iván Duque anunció esta campaña en Chocó, donde el Clan del Golfo y el ELN han saboteado la implementación del Acuerdo de Paz, y donde la misma comunidad está pidiendo un Acuerdo Humanitario, una salida negociada al conflicto, para no vivir más entre minas antipersonal y enfrentamientos armados constantes.
Si al gobierno de verdad le interesa proteger a los líderes, un primer paso sería asegurar la implementación del Acuerdo; la seguridad de los excombatientes, la Reforma Rural Integral. Tal vez un sistema de recompensas se quede corto a a hora de solucionar todos estos problemas.