Con la llegada de Jean Arnault quedan listas las nóminas que tendrán la responsabilidad de empujar un cese bilateral y consolidar el proceso de negociación de cara a un acuerdo definitivo.
El próximo 17 de agosto, en el inicio del ciclo 40 del proceso de paz, habrá una cara nueva. El francés Jean Arnault será el delegado del secretario General de la Organización de las Naciones Unidas en la subcomisión que aborda el fin del conflicto o, en otras palabras, el silencio de los fusiles y el desmonte de la estructura militar de la guerrilla.
La noticia se conoció este jueves por medio de un comunicado de la ONU y empieza a calentar el ambiente para el reinicio de los diálogos, cuyo ciclo 39 terminó el domingo 2 de agosto sin acuerdos concretos, pero con avances en las discusiones sobre el tema de justicia y, en paralelo, sobre un eventual cese al fuego bilateral y definitivo.
Ese será justamente el tema en el que participará Arnoult. El francés llega a La Habana luego de la solicitud que el Gobierno y las Farc le hicieron el pasado 12 de julio, en el cierre del ciclo 38, al secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y al gobierno de Uruguay, que actualmente ocupa la presidencia de Unasur, para que un representante de cada uno de ellos se sumara a las conversaciones.
En ese momento, las Farc calificaron como “un relanzamiento vigoroso” la posibilidad de acordar una tregua definitiva entre las partes y el Gobierno, en cabeza del propio presidente, Juan Manuel Santos, explicó que el papel del delegado de la ONU y de uno más de Unasur sería el de conformar un sistema de verificación para un eventual acuerdo de no agresiones bélicas entre las partes.
Así las cosas, el papel de Arnault a partir del próximo lunes, así como el de José Bayardi, exministro de Defensa uruguayo, consistiría en acompañar una discusión que, de arrojar los resultados previstos, representaría el silenciamiento definitivo de los fusiles entre las Farc y la Fuerza Pública, incluso antes de un acuerdo total para el fin del conflicto.
¿Por qué Arnault?
El nuevo delegado de la ONU no es un aparecido en los temas de paz. Desde hace más de dos décadas ha acompañado las misiones de ese organismo multilateral en países como Afganistán y Pakistán.
En 1989 ingresó a Naciones Unidas como encargado de asuntos políticos en Namibia, un año más tarde viajó a Afganistán y luego, entre 1992 y 1997 participó como moderador y observador el proceso de paz de Guatemala.
A partir de 1997, luego de la firma de los acuerdos de paz en ese país centroamericano, Arnault fue nombrado representante especial y lideró la Misión de las Naciones Unidas para Guatemala que se encargó de la verificación de ese proceso.
Aunque el papel de la ONU en Guatemala finalizó en 2004, desde el año 2000 Arnault fue trasladado a misiones y actividades de asistencia de la misma organización en Burundi, Afganistán y Georgia.
El presidente Santos celebró el nombramiento y dijo que en Cuba se seguirá avanzando con “buena asesoría y buen acompañamiento” para ofrecer resultados en el corto plazo sobre los temas que se discuten en la mesa.
“Por supuesto, un cese al fuego bilateral exige una serie de procedimientos, verificaciones, concentraciones, que hay que estudiar y pactar con mucho cuidado”, afirmó el mandatario.
Con la llegada del nuevo delegado de la ONU parecen quedar listas las nóminas que encararán las negociaciones durante los próximos meses. Sobre ellas recae la responsabilidad de llegar a acuerdos en los plazos establecidos y solo de esa forma permitir la continuidad de un proceso que llega a un momento crítico.