Día de la 'Raza': aún nos falta mucho por (des)aprender | ¡PACIFISTA!
Día de la ‘Raza’: aún nos falta mucho por (des)aprender Imagen: Cristian Arias
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Día de la ‘Raza’: aún nos falta mucho por (des)aprender

Colaborador ¡Pacifista! - octubre 12, 2020

OPINIÓN | Todavía persiste esta idea de relacionar lo negro con lo negativo y lo blanco con lo positivo; o el color de piel de una persona y su pertenencia a un grupo étnico con sus condiciones económicas y sociales, nivel de educación y capacidades.

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Por: David Fernando Murillo Mosquera*

 

Es imposible determinar una fecha exacta o un único hecho histórico que nos indique el surgimiento del racismo y de la teoría de la división de los seres humanos entre razas. Sin embargo, sí se puede estudiar cómo, a través del tiempo, una teoría improbable ante la ciencia (la existencia de razas entre los seres humanos) y un hecho comprobado (el racismo) impactan y generan consecuencias económicas y sociales para la humanidad.

Los conceptos de raza (en seres humanos) y racismo han sido construidos en diferentes momentos de la historia. El profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, Lothar Kaunth, lo evidencia a través de su investigación ‘Los procesos del racismo’ en donde hace un recuento desde Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), hasta la actualidad, evidenciando cómo durante la historia la palabra raza se ha constituido en un eje fundamental para las relaciones de poder, lo que demuestra que el racismo ha existido en la humanidad desde épocas pretéritas.

 

No obstante, el secuestro masivo y esclavización de africanos entre los siglos XV y XIX jugó un papel fundamental, pues este fue un sistema esclavista ligado directamente a la creencia de razas superiores e inferiores en seres humanos, donde las personas esclavizadas eran ‘negras’ mientras que los esclavistas y amos eran ‘blancos’. Lo que generó la relación racial de poder que hoy día fundamenta la concepción dominante sobre racismo.

 

En relación al autorreconocimiento como personas negras por parte de las y los africanos esclavizados, en la investigaciónNegro y afro: la invención de dos formas discursivas’ se evidencia que desde antes de la trata trasatlántica los adjetivos negro y negra eran usados por árabes y europeos para hacer alusión a las personas africanas con las que tenían relaciones comerciales. No obstante, y como bien explica el documento, no existe evidencia que demuestre que previo a esta época de la historia las personas africanas utilizaran estos adjetivos para autoidentificarse. El autorreconocimiento como personas negras comenzó a suceder luego de la trata de africanos a las Américas.

Estos hechos históricos cimentaron la teoría de la existencia de razas en los seres humanos. Esta teoría se basa en la existencia de razas que por naturaleza son superiores a otras en aspectos intelectuales, culturales, económicos y sociales. A esto se le suma el hecho de que, incluso desde antes de la trata trasatlántica, se ha relacionado el color negro con aspectos negativos: lo impuro, lo sucio, lo feo, lo pobre; mientras que el color blanco es relacionado con cosas positivas: lo puro, lo limpio, lo transparente, lo bonito, la riqueza.

 

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¿Qué tanto ha cambiado esta percepción en la actualidad? Los prejuicios colectivos étnico-raciales siguen vigentes hoy más que nunca. Las denuncias sobre discriminación racial se dan en diferentes ámbitos sociales y económicos. Todavía persiste esta idea de relacionar lo negro con lo negativo y lo blanco con lo positivo; o el color de piel de una persona y su pertenencia a un grupo étnico con sus condiciones económicas y sociales, nivel de educación y capacidades.

Hace poco estaba leyendo una investigación sobre discriminación racial en entornos escolares y educativos. En esta investigación el autor contrasta el logro educativo de los encuestados, su nivel de ingreso, si se encontraban empleados o no y cómo se autorreconocían. Las personas encuestadas se autoidentificaban como afrodescendientes, mulatos, mestizos o blancos. No me sorprendió el hecho de que uno de los resultados de la investigación demostrara que, en comparación con blancos, mestizos y mulatos, las personas afro tienen en promedio menor logro educativo y menos probabilidad de acceder al mercado laboral, pues lamentablemente esa es la realidad.

 

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Lo que sí me sorprendió fue el hecho de que las personas que se autorreconocen como blancas cuentan con mejores condiciones educativas y laborales que aquellos que se autoidentificaron como mestizos o mulatos. Lo que me hizo pensar que entre mejores sean las condiciones económicas de una persona es mayor la probabilidad de que esta se autorreconozca como blanca y no como mestiza o mulata, pues estas dos últimas categorías tienen una mayor carga histórica étnica y racial implícita.

Yo insisto en pensar en que no existen las razas en los seres humanos y tampoco existe una relación directamente entre el color de piel de una persona y su nivel de capacidades físicas e intelectuales, pero sí existen el racismo y los prejuicios étnicos y raciales. La lucha contra el racismo, así como toda lucha contra cualquier tipo de discriminación, no debe ser unilateral, no debe ser liderada únicamente por las víctimas. Al contrario, nos debe involucrar a todas y todos. Yo insisto en decirle no al racismo.

 

*David es investigador de la línea de Justicia Étnico-Racial en Dejusticia.