De Farc a Comunes, soplan vientos de cambio para 2022 | ¡PACIFISTA!
De Farc a Comunes, soplan vientos de cambio para 2022 Portada: Mandarina.
Leer

De Farc a Comunes, soplan vientos de cambio para 2022

Diego Prieto - marzo 24, 2021

El partido Comunes hoy carga con el estigma de la guerra que por muchos años concibieron bajo el nombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ¿Qué tanto de ese pasado hoy los persigue?

Compartir

Hace un tiempo, académicos, políticos y muchos ciudadanos ‘del común’ les venían pidiendo a los congresistas del partido Comunes, antes partido Farc, que hacia el futuro próximo se planteen entregar sus curules en el Congreso de la República a mandos medios de la antigua guerrilla de las Farc, o ciudadanos del común, argumentando que esa acción democrática le quitaría parte de la estigmatización a la implementación política del proceso de paz y haría que el partido Comunes encuentre un camino de credibilidad.

 

 

Todo esto, después de que la JEP dio a conocer -el pasado 28 enero- en El caso 01, conocido como Toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad, la acusación a ocho exintegrantes del antiguo Secretariado de las Farc, entre ellos, los actuales congresistas Julián Gallo y Pablo Catatumbo.

Carlos Alfonso Velázquez, profesor, coronel retirado del Ejército y estudioso del conflicto y la política colombiana, está de acuerdo en que “dejar las curules es la mejor opción para los exguerrilleros”, que para la próxima elección, en 2022, también tienen derecho a 10 curules (5 en Senado y 5 en la Cámara). Según Velázquez, estas deberán ser ocupadas por excombatientes cuyo delito haya sido exclusivamente político, es decir, Gallo y Catatumbo, mientras avanza el proceso en la JEP, tendrían que apartarse y dejar que otros participen en el debate político. 

Griselda Lobo, senadora del partido Comunes, recordó el compromiso político que los excombatientes asumieron al reconocer las responsabilidades de los hechos del conflicto. Sin embargo, expresó que “el concepto de la justicia restaurativa y reparadora es totalmente diferente a la justicia penal, y hacia allá habrá sanciones, pero esas sanciones no dicen en ningún momento que, por ejemplo, los militantes del partido hoy Comunes pierdan sus derechos. Y la participación política es un derecho que tenemos como ciudadanos, pero aparte de eso, es un derecho adquirido en la firma del acuerdo final de paz”. 

En 2022, el partido Comunes tendrá la última participación democrática -que comenzó en marzo de 2018- acordada en el acuerdo de paz. Después de estas elecciones, Comunes dependerá de los votos que consiga en las urnas. 

El punto 2 del Acuerdo para la Terminación del Conflicto, en el que se discute la incorporación de las antiguas Farc a los escenarios democráticos, no determina quién sí y quién no debe ocupar los cargos en el Senado y la Cámara. Eso sí, prioriza la mayor participación ciudadana, una apertura democrática que enriquezca el debate y rompa el vínculo entre la política y las armas. En ese proceso, se promulga que los medios de comunicación abran espacios a las minorías y se promueve un punto que hoy no garantiza el Gobierno: que los excombatientes tengan garantías de seguridad y que no sean objeto de violencia.

Según Indepaz, doce firmantes del acuerdo de paz, excombatientes de las Farc, han sido asesinados o desaparecidos en lo que va corrido de 2021.  

El senador Julian Gallo reclama: “Hemos tenido que enfrentar cuatro años muy difíciles. Han sido asesinados 270 compañeros, todavía tenemos más de 300 compañeros en las cárceles (…) Hay un proceso muy intenso de señalamiento y estigmatización desde la bancada del partido de gobierno y del propio Gobierno”.

En septiembre de 2019 Congreso Visible hizo un balance del papel político, del entonces partido Farc:

 

 

Una decisión que llegó tarde 

“Quien puso las ´líneas duras´ fue Iván Márquez bajo el argumento de que si dejaban de lado el núcleo de las Farc estaban avergonzandose de su pasado”, dijo el profesor Velázquez, ya que fue Márquez quien se opuso a que el Partido Farc se rebautizara. 

Márquez creía que ese acto político de cambiarse el nombre deslegitimaba el proceso histórico que los exguerrilleros habían ejecutado durante 50 años. Suprimir esa figura era como asumir en cierta medida una derrota. 

Tan fuertes fueron sus razones que, en agosto de 2019, volvió a las armas y se refugió en la selva para separarse definitivamente de lo que sucediera en el marco de la implementación del acuerdo, que le ofrecía una participación política que no le bastó para continuar. Además, se sabe que el nombre FARC será retomado por los armados, dejando aún más inviable el proyecto político tocayo. Según Julián Gallo, “existen por lo menos dos grupos al margen de la ley que tienen esa misma denominación (Farc)” 

En parte por eso, el nombre FARC es insostenible hoy en el Congreso de la República. Según Gallo, exmilitante de las Farc, “estos cuatro años nos mostraron que la carga negativa por razones del conflicto que está asociada a ese nombre (Farc) constituía una dificultad para llegarle a la gente con una idea nueva, más fresca del proyecto político que nosotros enarbolamos”.

Por eso, en enero de 2021, ´Timochenko´ le anunció al país el cambio de nombre de Partido Farc a Comunes (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común). 

Griselda Lobo coincide: “Indudablemente la guerra pesa; pesa sobre el nombre; pesa sobre un estigma fuerte que hay. Esperamos que con el nuevo nombre cambie, que Comunes nos permita acercarnos”.

Aunque parece tardío el cambio de nombre, Gallo aseguró: “nuestro proyecto político no es un proyecto político inmediatista (…) Hemos ido avanzando en la medida en que este proceso lo ha permitido”. 

Comunes, además tiene nuevo logo. Sobre él, Lobo explicó que “es toda una decisión democrática que se llevó a cabo cuando realizamos nuestra Segunda Asamblea Extraordinaria. La gran mayoría de los militantes votó porque se hiciera un nuevo logo, pero conservando los rasgos de la ´rosita´”

 

 

Una sombra difícil de perder

Para que la legitimidad -que tanto le ha costado al Proceso de Paz- la asuma la opinión pública y algunos sectores políticos, se deben esclarecer, según el profesor Velázquez, los hechos en ambas partes: “Del lado del establecimiento también se debe rendir cuentas (…) seguramente cuando se conozcan, por ejemplo, la acusación que vendrá por ´falsos positivos´ con altos generales, la opinión pública podría empezar a verlos como: “sí, se equivocaron”, pero al fin y al cabo estaban fuera de la ley y ¿los que estaban dentro de la ley?

Esto, sobre todo, a la luz de que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reveló, en el auto 033 de 2021, que 6.402 personas fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales, muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate entre 2002 y 2008.

Leer más:

¡Son muchos más! La JEP registra más de 4.000 casos de ‘falsos positivos’ que no tenía la Fiscalía

Nosotros todos somos del común, tenemos problemas comunes a los que, entre todos, le vamos a buscar, como sociedad, soluciones comunes” Criselda Lobo. 

Por lo pronto, la senadora Lobo, de cara a las elecciones de 2022, aseguró el compromiso de Comunes con algunos sectores políticos: Estamos abiertos, por ejemplo, de participar en el Pacto Histórico. Estamos con toda la disposición.  Aparte de eso, les sumamos 10 curules, curules que están a disposición de la nueva proyección que hay de 55 / 86 (55 curules en Senado y 86 en la Cámara de Representantes)”.

¿Por qué Comunes? Lobo responde desde el mismo origen histórico de la palabra: “es identidad. Comunes tiene un recorrido histórico muy importante, porque viene de los comuneros, viene de la época de José Antonio Galán, de esa lucha aguerrida que hicieron nuestros antepasados por liberarse del yugo español”. A pesar de las voces que les piden un partido político más civil y lejano a las figuras del secretariado, la senadora no se atrevió a dar nombres de posibles designados para las curules a las que tienen derecho en el 2022. En todo caso, ya se respiran vientos de cambio.

 

Continuar leyendo: 

La lucha de las excombatientes de las Farc por reivindicar el trabajo de cuidado