9 consejos para contribuir a que el mundo no se acabe | ¡PACIFISTA!
9 consejos para contribuir a que el mundo no se acabe Ilustración: Juan Ruiz @jucaruiz
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9 consejos para contribuir a que el mundo no se acabe

María Rodríguez - febrero 6, 2019

Seamos honestos, el mundo se está acabando más rápido de lo que queremos. El proceso podría ser más lento si sigue estos nueve pasos.

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Recientemente, el Panel Intergubernamental de cambio climático de las Naciones Unidas (IPCC), pidió a los países del mundo un esfuerzo heroico para que la temperatura anual no suba más de 1.5 grados celsius. Sin embargo, el Acuerdo de París estableció que la temperatura máxima era de 2 grados. ¿De verdad hacen la diferencia 0.5 grados celsius?

La organización Carbon Brief fue la primera en hacer un estudio sobre la diferencia que 0.5 grados harían en el mundo. Ese medio grado extra podría hacer que los niveles del mar se elevaran 10 centímetros más para el año 2100 y países o ciudades que están bajo el nivel del mar podrían desaparecer. Por ejemplo, San Andrés sería alguna de las islas que dejaría de existir.

De hecho, algunas de las diferencias climáticas más extremas sucederían en el trópico, es decir que Colombia estaría incluida en esta porción. Escasez de agua, arrecifes de coral blanqueándose y cultivos en riesgo de quemarse. Si logramos reducir ese medio grado, en apenas cuatro años y medio podríamos empezar a ver las diferencias en el medio ambiente.

“La siguiente discusión en Colombia va a ser el medio ambiente –vaticinó Humberto de la Calle en las oficinas de ¡Pacifista! en 2017– nos va a tomar unos años entenderla. Hay dos realidades: lo que significa la industria extractiva para nuestra economía y la devastación del medio ambiente, a lo que se ha respondido con las consultas”, contó.

De la Calle dejó claro que una de sus mayores preocupaciones era “la minería y la minería ilegal, y a esto hay que añadirle el Estado colombiano incompetente que es incapaz de manejar un territorio. Hay que cambiar el modelo económico más hacia el sector servicios y la diversificación”.

En Colombia, los sectores que más gases de efecto invernadero registran son los de agricultura y energía, 38 % y 37 %, respectivamente. Pero la huella de carbono no es comparable entre industrias, pues no necesariamente hay buenos resultados en la industria si hay más emisiones.

En el gobierno, el Ministerio de Medio Ambiente lanzó una plataforma llamada Calculadora de Carbono 2050. Esta plantea diferentes escenarios para reducir las emisiones de gases, por ejemplo reducir la dependencia de combustibles fósiles o fomentar el uso de energías renovables. Sin embargo, existen otras herramientas para medir esta huella. Si quiere saber cuánta es su huella de carbono actual y compararla con la de otros países, puede usar esta calculadora.

En conclusión, para ayudar a que este cambio climático inminente sea menos desastroso, es necesario empezar a reducir la huella de carbono. Es decir, hace menos abundantes las emisiones de gases efecto invernadero o CO2 que llegan a la atmósfera.

Si siente que todo esto es abrumador, desde ¡Pacifista! contactamos al especialista en carbono de The Nature Conservacy, Diego Navarrete, para recoger 9 consejos útiles que todo colombiano puede seguir.

1. Consuma otro tipo de proteínas diferentes a la carne

La carne de vaca y sus productos derivados aportan apenas un 18 % de las calorías y el 37 % de la proteína que su cuerpo necesita, sin embargo la ganadería usa el 83 % de las tierras destinadas al agro y produce el 60 % de las emisiones de la industria.

Navarrete explica que los sectores que más generan emisiones son aquellos que van ligados al uso del suelo. Por esto, la industria de ganadería y producción de leche necesitan, de manera urgente, “cambiar sus actividades para hacerlas de manera sostenible”. Por tanto, reducir la ingesta de productos lácteos o de carnes es una manera de reducir, poco a poco, la huella que la industria produce.

Recuerde, somos un país agroindustrial, verduras es lo que tenemos. Ilustración: Juan Ruiz @jucaruiz

 

Es importante reconocer que la industria colombiana, en su gran mayoría, no ha acogido maneras de tener mejor prácticas para la ganadería. Por ejemplo, cuenta Navarrete, están los sistemas silvopastoriles. En estos, se siembran árboles en potreros (de los que las vacas se alimentan) y esto tiene dos efectos: se mejora la conectividad entre sistemas naturales y también mejora la dieta de las vacas. Los árboles tienen más fibra y hace que las emisiones de las vacas no estén tan cargadas de metano, uno de los principales gases que causa el efecto invernadero.

El experto en carbono explica que hay lugares donde simplemente no debería haber ganadería como son Meta y Caquetá, en otros lugares es necesario “promover sistemas productivos sostenibles y hacer esto con mejores prácticas”.

2. Vuelva a las plazas de mercado

Regresemos en el tiempo a cuando las compras de la semana se hacían en el mercado dominguero, todo fresco y local. Ahora, retomemos este ritual colombiano y volvamos a Paloquemao, Corabastos, mercado de Las Nieves o la Plaza Samper Mendoza. Cada localidad de Bogotá tiene su propia plaza de mercado, anímese a encontrar la más cercana a usted. 

La razón es simple: si el producto viene de afuera, necesita ser transportado por mayor tiempo y producirá mayores emisiones de carbono. Además, los empaques de los productos son hechos en plástico, cartón o icopor, algunos de estos materiales tardan mucho en degradarse.

En resumen, apueste por lo criollo, consuma los alimentos de temporada (porque se usan menos químicos para cultivarlos) y tenga la costumbre de averiguar de dónde viene lo que come.

3. Tener iPhone X no lo hace mejor

Los equipos como celulares, computadores o electrodomésticos de cocina tienen cobre y además son productos que han sido resultado de la explotación en alguna medida, es decir que vienen de materiales como el petróleo o el carbón, y esto los hace nocivos para el medio ambiente.

Son necesarios para nuestro día a día, pero no los esté cambiando cada vez que sale algún equipo nuevo, “esto influye e impacta”, explica Diego. Vuélvase vintage y amigable con el planeta al mismo tiempo, con el plus de ahorrarse unos cuantos millones.

4. Estar “a la moda” nos va a tener ardiendo en llamas

Indudablemente, “estamos en un mundo donde el consumo es muy fuerte y se cree que cada año se deben cambiar las cosas en aras de siempre tener algo nuevo. Todo el tiempo se descartan cosas que pueden tener un uso mayor”, nota Navarrete.

Las dinámicas de mercado, han hecho que la frecuencia de cambio sea alta, y así mismo, que los productos no duren mucho. Sin embargo, no hace falta que se compre la camiseta que está de moda o los tenis que lanzaron ayer. Use menos y mejores cosas que le duren más tiempo, es decir, no compre el ‘fast fashion’ o el llamado ‘must-have’.

Recuerde esta cifra: En el mundo estamos botando anualmente 15 millones de toneladas de ropa que ya no usamos.

Además, la mayoría de las prendas son hechas de algodón, a menos de que sea algodón “orgánico”, hay una altísima probabilidad de que pesticidas (cancerígenos incluidos) hagan parte de los cultivos. Por último, tenga en cuenta que esa industria del ‘fast fashion’, está altamente permeada por trabajo infantil.

Burn baby, burn. Ilustración: Juan Ruiz @jucaruiz

5. Pase los trancones en compañía

En el periodo de un año, un bogotano promedio habrá pasado 21 días en un trancón, así que comparta esos 21 días con alguien más, convídelo a su carro o pida que lo inviten a usted. Si no le gusta mucho hablar, puede caminar, usar bicicleta o transporte público. En pocas palabras, el carro particular no se debería usar a menos de que tres personas o más vayan en él.

Cada día, una persona en Bogotá pasa 125 minutos llegando de un lado a otro, esas son 62 horas mensuales y casi 744 horas anuales. Si las calles llevaran más personas por vehículo, la movilidad mejoraría progresivamente.

6. Consuma productos certificados como sostenibles

“Hay muchas organizaciones que se dedican a certificar que la producción sea sostenible y dan un sello por esto. Por ejemplo, Rainforest Alliance, certifica a los productores de café que lo hacen de una manera sostenible; Fairtrade, certifica un comercio justo entre productores y consumidores; Alimento Ecológico, certifica alimentos que no tienen nada, o muy pocos químicos, entre otros sellos. Puede ver más acá.

Ilustración: Juan Ruiz @jucaruiz

7. Contagie a los demás con estas ideas

Solo cuando se entiende que sus acciones pueden contribuir, es cuando se empieza a ponerle más atención a las actividades pequeñas. “Es necesario incorporarlas al diario vivir, todas las prácticas deben estar articuladas para que se contribuya más a la reducción”, cuenta Navarrete.

El experto explica que todo nace desde la casa, “la red social más cercana a uno”. Es importante saber que en este momento es imposible no tener una huella de carbono, pero sí se puede disminuir en todas las esferas de la vida.

Si los círculos más cercanos se contagian, ya logró un montón.

8. Haga parte de la acción colectiva

Si se unen colombianos que luchen por las mismas causas, llevar estos temas a la arena política será más fácil. De esta manera, crear política pública para hacer obligatoria la disminución de huella de carbono será más fácil.

Por ejemplo, el maltrato animal solía estar muy alejado de los debates políticos, hasta que la indignación de este fenómeno logró que plataformas como ALTO, entrarán al Congreso para hacer lobbying en pro de los animales.

“Se puede, por ejemplo, construir avenidas, pero al mismo tiempo hay que sembrar árboles. Si uno logra masificar las ideas de producción sostenible y amistad con el medio ambiente, se pueden difundir mejor y lograr mejores prácticas”, nos explica Diego.

Ilustración: Juan Ruiz @jucaruiz

9. El negro no siempre queda mejor

El pigmento de las bolsas de plástico negras no es biodegradable y no son bolsas reciclables, a diferencia de las blancas o las transparentes. Además, el negro no permite ver lo que hay dentro de la bolsa, los residuos se mezclan y la tarea de reciclaje se torna casi imposible.

Las bolsas son fabricadas a través de petróleo y son más caras de reciclar que de hacer, podría ser una de las razones por las cuales la industria no ha fomentado el reciclaje. Además, contaminan durante su fabricación y durante su incineración, y su degradación tarda entre 150 y 1000 años. Inclusive, hay bolsas que se han encontrado en lugares remotos del Círculo Antártico. El programa medio ambiental de las Naciones Unidas, estima que ocho millones de toneladas de plástico terminan en el océano cada año.

Por esto, use bolsas de tela cuando vaya a mercar, recicle las bolsas de plástico que le den y si va a comprar bolsas intente que sean de color blanco o transparentes.

Los procesos toman tiempo y aún tenemos muchos años para disfrutar de los recursos naturales. Contribuyendo al medio ambiente, podríamos extender la vida útil que tiene el humano y dejar un planeta más limpio para generaciones venideras.