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El epicentro de la lucha contra el fracking está en el Magdalena Medio
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El epicentro de la lucha contra el fracking está en el Magdalena Medio

Santiago Valenzuela A - septiembre 6, 2018

Hablamos con líderes sociales de la región del Magdalena Medio sobre las acciones que han emprendido en los últimos meses para frenar el fracking. 

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Hablamos con líderes sociales de la región del Magdalena Medio sobre las acciones que han emprendido en los últimos meses para frenar el fracking. 

La posibilidad de que el gobierno de Iván Duque acepte el fracking como técnica para extraer petróleo tiene preocupadas a las organizaciones sociales que están asentadas en regiones petroleras, como Santander. En los últimos meses, la agenda de los movimientos palmiculturoes, pescadores y ambientalistas ha girado en torno a este método no convencional de extracción: no solamente han protestado, también han llegado a las comunidades donde hay proyectos extractivos para explicar las consecuencias ambientales que podría traer.

En este contexto –de por sí tenso por los proyectos de fracking que compañías como Exxon Mobile están tratando de sacar adelante – han sucedido varias cosas. Una de las últimas alertas fue el asesinato de Fabiola Fajardo, integrante de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Colorada, en el municipio El Carmen de Chucurí (Santander) y, según el senador Gustavo Bolívar, lideresa contra el fracking en la región. A Fabiola la mataron el 22 de agosto en la zona rural de El Carmen y su asesinato ha despertado nuevos temores en las organizaciones ambientales.

El primero en pronunciarse después del asesinato fue el gobernador de Santander, Didier Tavera. Según él, el asesinato no estaría relacionado con el activismo de la líder: “La primera información que tiene nuestra Policía es que los móviles del asesinato de esta tesorera e integrante de una Junta de Acción Comunal y del otro cuerpo que se encontró allí, es que obedece a otras circunstancias distintas a su actividad como líder social”.

De acuerdo con fuentes de la Policía de Santander, el caso podría enmarcarse en lo que ellos llaman un “crimen pasional”. En caso de que, como dicen, un hombre la haya asesinado, el caso podría configurarse como un feminicidio, algo que dependerá de las investigaciones.  Indagamos con líderes cercanos a Fajardo y nos comentaron que, si bien ella asistía a los conversatorios contra el fracking y era defensora del medio ambiente, no había recibido amenazas recientemente.

Mientras avanza la investigación por el asesinato, las organizaciones ambientales están pidiendo garantías para ejercer el derecho a la protesta contra el fracking. Oscar Sampayo, académico e integrante de la Corporación Yariguies, nos comentó que son varios líderes como Fabiola los que están “en procesos de resistencia contra la minería y la extracción de hidrocarburos. Para nosotros como corporación es complejo lo que está pasando. En este momento hemos denunciado los problemas ambientales que aquejan al Magdalena Medio debido a la industria de los hidrocarburos. Algunos dueños de empresas que hacen parte de estas industrias tienen líos con la justicia y claro, eso nos preocupa”.

Como un recuerdo fresco en la memoria de los líderes permanece la presión de los paramilitares en Santander en la década pasada. De acuerdo con la sentencia contra Salvatore Mancuso en el marco de Justicia y Paz, el Bloque Catatumbo, además de controlar varios negocios de venta de gas, recibió recursos por funcionarios de Ecopetrol.  El panorama actual no es alentador.  En el transcurso de 2018, según la Fiscalía, se han presentado 28 denuncias formales por amenazas contra líderes sociales en Santander. El caso de Fabiola Fajardo, como nos dijeron fuentes de la región, sería solamente la punta del iceberg y, lo que preocupa en el fondo, es que grupos al margen de la ley busquen silenciarlos.

“El ambiente está raro”, dice Sampayo. “En municipios como Barrancabermeja, Cimitarra y Puerto Wilches se han presentado varios intentos de secuestros. Sentimos que volvieron los secuestros y lo mismo el robo de gasolina”. Uno de los temores de las organizaciones sociales es que, como ha sucedido en Norte de Santander, las disidencias de las Farc, así como el ELN y el Clan del Golfo, expandan su control territorial y se desate una nueva guerra en las zonas petroleras.

Eber Yoni Estrada, de la Federación Integral de Pescadores, nos dijo que las manifestaciones siguen presentándose y que, particularmente a ellos, como pescadores, les preocupa la contaminación de las fuentes hídricas por cuenta de actividades extractivas, un problema que con el fracking, podría aumentar: “Hemos venido realizando programas de exploración hidrológica en nuestros humedales y en nuestros sistemas hídricos en general. El fracking no nos da ningunas garantías y necesitamos cuidar nuestras reservas hídricas. Hay mucha zozobra en municipios como Puerto Wilches porque no hay ningún tipo de claridad sobre lo que va a pasar con las fuentes hídricas y tampoco con nuestras especies en la ciénaga, en el sector sur del municipio. Hasta el momento, le soy sincero, las cosas han estado tranquilas y lo que esperamos es que se respeten nuestras intervenciones y que se garantice nuestro derecho a opinar”.

En todo este proceso,  dice James Murillo, director de la organización ambiental Cabildo Verde, se ha presentado desinformación sobre el fracking: “El hecho de que ahora hablen de técnicas no convencionales en lugar de hablar de fracking genera una confusión impresionante y da cuenta la poca ética en la industria petrolera. Como organización estamos sensibilizando a la población sobre las afectaciones ambientales. Tenemos una base social muy amplia, en el municipio de Sabana de Torres estamos trabajando con 60 juntas de acción comunal”.

Cuando a Murillo le preguntamos sobre Fabiola Fajardo, nos dijo que, si bien no se han esclarecido las causas de su asesinato, lo cierto es que “en Colombia cada vez son más los líderes anti-fracking. El activismo ambiental tiene una posición común frente al tema y, por ahora, hemos podido movilizarnos.  Lo importante es que hemos mantenido la solidaridad de las organizaciones sociales frente al tema del fracking, eso ayuda a tener garantías para la protesta”.

Otro punto a favor de las organizaciones sociales es que están siendo respaldadas por las universidades. Así nos lo explicó Darly Mendoza, activista ambiental en Santander: “En estos momentos hay muchas voces contra el fracking, en las universidades, en el congreso, en el campo”.  Y aunque la situación ha estado tranquila, dice que ha escuchado “casos en donde a las personas del campo les dicen no se metan en eso, que dejen trabajar. Muchas personas en el Magdalena Medio no saben si quiera qué es el fracking y piensan que no les afectan. Por eso es que federaciones como la de pescadores están haciendo mucha pedagogía”.

Por ahora, las organizaciones sociales están buscando frenar el fracking a través de tres estrategias: pedagogía con la comunidad,  incentivar consultas populares en los municipios donde se desarrollarán estos proyectos y, de la mano con congresistas, sacar adelante una ley que prohíba el fracking de manera definitiva.

¿Qué está en juego?

En Puerto Wilches, Santander, podría ejecutarse la primera exploración de petróleo con fracking. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) es la que deberá autorizar que empresas como Exxon Mobil realicen este tipo de exploraciones. Si la ANLA lo aprueba, Exxon Mobil sería la primera compañía en perforar con la técnica, en la que se utilizan pistolas de perforación de rocas a más de dos kilómetros de profundidad. Estas pistolas inyectan con alta presión agua y arena y liberan alrededor de 800 químicos tóxicos para que sea posible el fluido de hidrocarburos dentro de los tubos. Cuando estos fluidos ascienden es cuando se pueden contaminar las fuentes hídricas. Además, para explotar estos pozos se necesitan más de 10 millones de litros de agua, lo que genera dudas sobre la oferta de agua en la región de Santander.

Por estas y otras razones, la Asociación de Palmicultores del Magdalena Medio, Asopalcentral, se ha manifestado en contra del fracking, pues consideran que esta técnica podría afectar el trabajo que realizan más de 1.000 familias en el Magdalena Medio.  En Puerto Wilches, la Asociación ha hecho públicas sus inquietudes frente a la Alcaldía, el Concejo y la misma ANLA. Vale la pena señalar que es justamente es en esta región donde se desarrollarían tres proyectos con fracking: el ya señalado de de Exxon Mobil, y además un proyecto piloto de Ecopetrol y otro de la empresa estadounidense Conoco Philips.

Desde el pasado 23 de marzo, la ANLA está evaluando la solicitud que hizo Ecopetrol para explorar con fracking en Puerto Wilches. Según un derecho de petición que respondió la ANLA el pasado 2 de agosto, en el país “no se han emitido actos administrativos mediante los cuales se hubiese otorgado licencia ambiental para el desarrollo de actividades de exploración y/o desarrollo en yacimientos no convencionales a través de la técnica del fracturamiento hidráulico o ‘fracking”. A pesar de la respuesta de la ANLA, las organizaciones sociales están vigilantes frente a las acciones del gobierno, el cual estudia la posibilidad de usar dicha técnica, como ya lo hizo público la ministra de Minas, Maria Fernanda Suárez.