El Ejecutivo sigue haciendo ajustes para que la guerrilla se reincorpore a la vida civil.
Solo 10 días le quedan al Gobierno para terminar de adecuar las 20 Zonas Veredales y los siete Puntos Transitorios donde se agruparán las Farc para dejar las armas y empezar su tránsito a la legalidad. Según la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el proceso se ha demorado por varios factores, entre los que se encuentran las negociaciones para el arriendo de los terrenos, las discusiones con las comunidades por la presencia de cultivos de uso ilícito en algunas áreas, y la ubicación de Zonas y Puntos —algunos, como el de Vigía del Fuerte (Antioquia), con difíciles condiciones de acceso—.
Pero el Ejecutivo también se demoró en definir quiénes y cómo debían articularse para construir las 27 zonas. El asunto recién se resolvió la semana pasada, cuando la Oficina del Alto Comisionado nombró a Carlos Córdoba como gerente de las Zonas Veredales y los Puntos Transitorios. Córdoba es administrador público y viene de ser el primer director de la Región Central (Rape), una entidad pública regional creada en 2014 por Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima y Bogotá para impulsar conjuntamente planes de desarrollo económico, conectividad y medio ambiente.
La nueva tarea de Córdoba es poner en marcha la logística que se requiere para albergar y sostener a los guerrilleros, así como construir las instalaciones donde se alojarán las sedes locales del Mecanismo Tripartito de Monitoreo y Verificación, que están al lado de Zonas y Puntos. Para ello, debe mantener contacto con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres —que tiene experiencia en la construcción rápida de zonas habitables y que apoyará el levantamiento de los campamentos— y con el Fondo para la Paz, que canaliza la plata para la operación.
El otro encargado de tareas de coordinación es Carlos Correa, alto consejero para las Regiones. Correa fue recientemente designado por el presidente Juan Manuel Santos como el enlace entre el gobierno central y los 26 alcaldes y los 14 gobernadores de los territorios donde quedarán Zonas y Puntos. Desde el viernes pasado, Correa realiza una videoconferencia semanal con los mandatarios regionales para contarles en qué va la construcción de las áreas y qué movimientos va a realizar el Gobierno para mantener el cese al fuego y garantizar la dejación de armas.
Según él, “los alcaldes, los gobernadores y las juntas de acción comunal tienen muchas preguntas sobre qué va a pasar con las vías y con los proyectos (consignados en el Acuerdo Final). Estamos haciendo contacto directo con ellos, para que tengan tranquilidad, y luego vamos a ir con talleres para priorizar las necesidades (en esas zonas) de la mano de las comunidades”.
La idea es ir avanzando en el diagnóstico de las áreas donde se concentrarán las Farc, con el fin de planificar cómo se implementará el Acuerdo, particularmente en lo que tiene que ver con los Planes de Desarrollo Territorial. El Ministerio del Posconflicto, encabezado por Rafael Pardo, trabaja en la elaboración de una matriz en la que quedarán consignadas las principales necesidades de cada zona.
El Gobierno también designó para cada departamento donde habrá campamentos un coordinador de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y un asesor de la Alta Consejería para las Regiones, que serán los enlaces regionales de ambas oficinas para el proceso de dejación de armas. La primera entidad, ademas, está encargada de realizar talleres de pedagogía en las 27 zonas para contarles a los habitantes de esas veredas qué va a pasar en sus territorios durante los 180 días que durará el desarme de las Farc.
El caso de La Guajira
El pasado sábado, los funcionarios del Gobierno encargados de Zonas y Puntos se desplazaron hasta la vereda Pondores, del corregimiento Conejo, de Fonseca (La Guajira), para conocer de primera mano una de las diez sedes locales del Mecanismo de Monitoreo que están en pie. En esa vereda se concentrarán unos 220 guerrilleros del frente 59 de las Farc, buena parte de ellos preagrupados a tan sólo un kilómetro de la sede del Mecanismo—que verificará el cese y la dejación en ese Punto Transitorio—.
En Pondores hay seis carpas blancas, entre las que se encuentran la del comedor, la del dormitorio de hombres (seis de la ONU, tres del Gobierno y tres de las Farc), la del dormitorio de mujeres —en el que están las oficinas—, y las dos en las que duermen los 11 integrantes de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz que le prestan seguridad al Mecanismo. La pequeña ciudadela se alimenta de dos plantas generadoras de energía, agua de río y un sistema de agua potable que mandó a instalar el Gobierno. Los baños y las duchas son portátiles.
Hasta el momento, los integrantes del Mecanismo han realizado 14 evacuaciones por motivos de salud en el punto de preagrupamiento cercano donde están las Farc. Cada dos o tres días se trasladan al punto para revisar que los combatientes estén cumpliendo con el protocolo del cese al fuego consignado en el Acuerdo.
Según el general Javier Flórez, comandante del Comando Estratégico de Transición, en 19 de las 27 áreas de concentración las Farc están tan cerca de Zonas y Puntos como en Pondores, por lo que el traslado de los guerrilleros deberá ser inmediato una vez estén listos los campamentos, que serán construidos con la ayuda de los combatientes. El Gobierno estima que a finales de esta semana estén en pie todas las sedes locales del Mecanismo, pese a que falta concretar los arriendos de al menos tres predios y terminar las labores de adecuación de vías que adelantan ingenieros militares en 20 áreas.