Yo creo en la paz de La Habana (23 razones para compartir o modificar) | ¡PACIFISTA!
Yo creo en la paz de La Habana (23 razones para compartir o modificar)
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Yo creo en la paz de La Habana (23 razones para compartir o modificar)

Staff ¡Pacifista! - mayo 23, 2016

OPINIÓN Cuando se firme el acuerdo final de paz, saldré a celebrar.

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Columnista: Andréi Gómez Suárez

Cuando se firme el acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo y el acuerdo final de paz, saldré a celebrar con millones de colombianos y amigos de Colombia.

Tenemos muchos motivos para festejar. Estas son 23 razones para que las compartan, las modifiquen y encuentren nuevos argumentos para que todos nos unamos en la celebración nacional más importante: nuestra clasificación al grupo de países que han superado una parte importante de la guerra.

Yo creo en la paz de La Habana porque:

1 Colombia está en mora de una reforma rural integral, que recupere las tierras despojadas a los campesinos y las adquiridas con dineros mal habidos para ofrecerlas a las comunidades o familias campesinas que quieran trabajarlas.

2 Los campesinos necesitan una jurisdicción agraria para que terceros actores no impongan la ley por la fuerza de las armas.

3 Las Farc, el Estado y terceros civiles tienen la obligación de contribuir a la reparación integral de las víctimas.

4 El odio y la venganza que alimentaban el conflicto armado entre el Gobierno y las Farc han sido reemplazadas por la solidaridad de los equipos negociadores con el dolor de las víctimas y el reconocimiento mutuo de la humanidad del otro.

5 Las Farc se han comprometido a dejar las armas y están participando en un plan de desminado en conjunto con el Estado y con apoyo internacional.

6 Generales de la Fuerza Pública y comandantes de las Farc han mostrado que es posible dialogar para reducir la intensidad de la guerra. Los últimos meses hemos vivido los niveles más bajos de violencia en el marco del conflicto armado en los últimos 51 años.

7 Miles de colombianos y cientos de extranjeros han contribuido a construir un acuerdo respetuoso del Derecho internacional de los derechos humanos.

8 Las Farc han reconocido responsabilidades y pedido perdón a las víctimas, no por cumplir con sus compromisos, sino como producto de conversaciones prolongadas y respetuosas del sentir de las comunidades como demuestra el caso de Bojayá en diciembre de 2015.

9 El ejemplo del Gobierno y las Farc ha permitido que más y más colombianos hayan empezado a cultivar el diálogo y a reinventar una nueva identidad nacional construida desde el reconocimiento de la diversidad.

10 Las Farc y el Gobierno han invitado al Centro Democrático y a otros sectores que han estado al margen de la negociación a unirse con aquellos colombianos que se están preparando para la construcción de paz en el pos-acuerdo.

11 La Jurisdicción Especial para Paz (JEP) investigará, juzgará y castigará a los máximos responsables de los crímenes más graves, sin importar si son guerrilleros, agentes del Estado o civiles, tal como lo exige la comunidad internacional. La Corte Penal Internacional estará atenta a que la JEP cumpla su función imparcial y decididamente.

12 Las penas alternativas para todos los máximos responsables de los crímenes más graves dependerán de la satisfacción al derecho a la verdad y la reparación de las víctimas, evitando la impunidad.

13 La desmovilización de niños y jóvenes en las filas de las Farc permitirá que las nuevas generaciones se empiecen a preparar para participar en la construcción de paz, en vez de quedar atrapados en la lógica de la guerra. El apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja, la Organización Internacional para las Migraciones y la UNICEF permitirá la solidez técnica y la viabilidad financiera.

14 La construcción de infraestructura permitirá viajar a muchos rincones de Colombia,  allí se descubrirá el valor de la diversidad y se recuperará la generosidad, a través del reconocimiento propio en los ojos de otros compatriotas.

15 El desmonte de la violencia política permitirá que un día los dirigentes nacionales y regionales puedan caminar en las calles sin escoltas y dedicarse a administrar lo público honestamente, respondiendo a las necesidades de los ciudadanos.

16 La Policía se dedicará a asegurar y promover la convivencia entre todos los colombianos, su papel en la resolución pacífica de conflictos será esencial en la consolidación de la reconciliación.

17 El Ejército se enfocará en cuidar nuestras fronteras y proteger a todos los colombianos desde una perspectiva centrada en la seguridad humana y definida por el gobierno nacional. Así se reconstruirá la confianza en todas las instituciones del Estado.

18 El conflicto armado entre el Gobierno y las Farc quedará atrás y la memoria histórica  nos ayudará a que las nuevas generaciones reconozcan un pasado que nunca más debe repetirse.

19 Se creará una Comisión de la Verdad imparcial, independiente y autónoma que dará cuenta del impacto del conflicto armado en todas las regiones de Colombia y sus pobladores.

20 La verificación internacional de Naciones Unidas va a asegurar que las Farc pongan sus armas fuera de uso y a impedir que los excombatientes sean asesinados por grupos criminales.

21 Se va a estudiar el fenómeno del paramilitarismo para desmontar las estructuras que han heredado su poder y eliminar para siempre las prácticas violentas sistemáticas contra sectores democráticos.

22 Se fortalecerá la participación democrática de todos los sectores, a través de un estatuto de la oposición y la creación de circunscripciones especiales de paz.

23 La paz territorial les quitará a políticos corruptos la administración de los recursos públicos y permitirá que los nuevos funcionarios que provengan de las comunidades los administren enmarcados en la rendición de cuentas.

Vale la pena una reflexión final: estas razones no están desconectadas de las emociones. Todo lo contrario, están íntimamente asociadas. La construcción de paz no se logra a través de la lógica y la técnica sino del desarrollo de la inteligencia emocional. Ésta emerge y da frutos entrelazada con la confianza en un futuro construido corresponsablemente con el otro. Por eso, los invito desde ya a celebrar juntos la firma de la paz entre el Gobierno y las Farc.