Viviendo con el enemigo: la película que muestra cómo en la guerra perdemos todos | ¡PACIFISTA!
Viviendo con el enemigo: la película que muestra cómo en la guerra perdemos todos Imagen: Cine Colombia
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Viviendo con el enemigo: la película que muestra cómo en la guerra perdemos todos

Isabela Sandoval Vela - abril 25, 2019

"Viviendo con el enemigo" narra la historia de un soldado británico y su esposa, que se ven obligados a vivir con un alemán al que creen nazi.

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Se suele decir que la historia la cuentan los vencedores. Por eso, tal vez, nos puede parecer extraño si nos dicen que los soldados británicos, quienes siempre han aparecido como los héroes de la Segunda Guerra Mundial, se establecieron de manera arbitraria en las mejores propiedades de ciudades alemanas, como Hamburgo, sacando a sus habitantes tras haber ganado la guerra, sin distinción de si eran nazis o no.

Nos puede sorprender también la obviedad de que no todos los alemanes apoyaban o estaban de acuerdo con el régimen nazi. Aun así, la oposición fue borrada de la historia casi por completo, y se suele hablar de “los alemanes” como los malos de la guerra. Como si en una guerra hubiera buenos y malos…

Los matices inherentes a los conflictos políticos que suelen sobrepasarnos son explorados en la película “Viviendo con el enemigo” (The Aftermath), dirigida por James Kent. En ella, un soldado británico, Lewis Morgan (Jason Clarke), establecido en Hamburgo, trae a su esposa desde Londres a vivir con él, cinco meses después de la victoria de los aliados en 1945. Juntos se mudan a una mansión perteneciente a un viudo alemán y su hija de catorce años.

A pesar de haber terminado la guerra, el caos sigue rigiendo en Hamburgo. Grupos disidentes del nazismo se organizan bajo el código 88, siendo la H la octava letra del abecedario y el 88 el símbolo para la expresión Heil Hitler. Los seguidores del nazismo atacan a los soldados británicos que se han adueñado de la ciudad y los alemanes son sacados de sus casas sin tener dónde vivir ni qué comer.

Dentro de este panorama, Lewis Morgan decide dejar que el dueño de la casa, Stefan Lubert (Alexander Skarsgard), y su hija Freda sigan viviendo con él y su esposa, en la buhardilla. La esposa de Lubert había muerto en uno de los bombardeos a Hamburgo, al igual que el hijo de once años de Lewis. Las tensiones dentro de la casa son tangibles principalmente gracias a los prejuicios de Rachel, la esposa de Lewis (Keira Knightley), que cree estar viviendo con un nazi.

Lubert, sin embargo, afirma no haber estado nunca de acuerdo con los nazis, nunca haber sido seguidor de Hitler y no haber hecho parte del partido nacionalsocialista. La regla de los aliados era que todos los alemanes debían probar que no tuvieron participación en el régimen de Hitler, por lo que eran sometidos a investigación y a entrevistas exhaustivas. Aquellos que pasaban obtenían un permiso para trabajar y viajar.

La película, que se estrenará en cines de todo el país hoy 25 de abril, ofrece una reflexión acerca de los matices que puede tener un conflicto; cómo los vencedores pueden ser también criticados y, sobre todo, lo peligroso que es homogeneizar a las personas bajo una ideología política.

Después de la guerra, Rachel y Lewis se ven obligados a “vivir con el enemigo”, en una situación que se puede asemejar al postconflicto en nuestro país, donde sin importar quiénes vencieron y quiénes perdieron, todos los que sobrevivieron deben quedarse para reconstruir juntos.

La pertinencia de la película en un contexto como el nuestro invita a reflexionar acerca de una historia que hasta el momento se había mostrado tan en blanco y negro. Y la única idea que pervive después de los enredos de engaños, amor y violencia que viven los protagonistas es que nadie realmente gana en una guerra.