#Divergentes | Moisés Wasserman conversó con ¡Pacifista! sobre qué hacer para superar la crisis financiera que está atravesando la educación pública superior.
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A una semana exacta de haberse desarrollado la gran marcha por la educación del pasado 10 de octubre, los estudiantes de las 32 universidades públicas del país, así como el SENA, las demás Instituciones de Educación Superior (IES) estatales, estudiantes de universidades privadas, rectores, asociaciones de profesores y sindicatos como la CUT, FECODE, ASPU y la ONIC salieron a las calles una vez más. La razón es la misma que la de hace ocho días: más presupuesto para la educación pública superior. En diferentes ciudades del país las personas miembros de estas instituciones unirán de nuevo sus voces para que el gobierno le ponga lupa a la crisis financiera que desde hace 25 año los golpea.
Pese a que tras la movilización de la semana pasada el gobierno anunció un aumento de presupuesto para este año de 500 mil millones de pesos, la comunidad estudiantil y docente señala que no es suficiente. Incluso, aseguran, el anuncio resulta “tramposo” pues del total del medio billón solo 55 millones se repartirán entre las 61 IES públicas y, por el contrario, 101 millones se invertirán en el nuevo Ser Pilo Paga, “insistiendo en desviar recursos de la oferta pública educativa hacia el endeudamiento de las familias colombianas”, así lo dijo la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (ASPU) en un comunicado reciente a la opinión pública.
Actualmente la deuda histórica para las universidades públicas asciende a los $18,2 billones y el déficit de funcionamiento se calcula en $3,2 billones. Para las instituciones técnicas y tecnológicas se estima un faltante de funcionamiento de $1,3 billones. Por ello, la suma que añadió el gobierno, según los líderes estudiantiles, no cubre los gastos de funcionamiento para 2019 y tampoco alcanza para pagar salarios y formalizar a trabajadores, profesores y funcionarios en este año.
Igualmente denuncian que en las universidades se vienen cayendo a pedazos las viejas edificaciones como el edificio de bellas artes en la Universidad Nacional, que está abandonado desde hace un buen tiempo pues durante muchos años no se le ha inyectado recursos, y los estudiantes siguen corriendo el riesgo de sufrir accidentes en medio de sus recintos. Tras el anuncio del paro indefinido que más de 80.000 estudiantes hicieron un día después de la marcha del pasado miércoles, Divergentes dialogó con el exrector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, sobre qué hacer para superar la crisis financiera que está atravesando la educación pública superior.
¡Pacifista!: En el marco de toda esta movilización estudiantil, ¿qué se puede hacer para superar la crisis financiera de la educación pública superior en el país?
Moisés Wasserman: Ojalá que lo se hiciera fuera de base y resolvieran el problema a término largo. Que se generara un nuevo modelo de financiamiento que resolviera la situación de la universidad pública a largo plazo. Pienso que sería infortunado que todo esto terminara en resolver el problema del año y que el año entrante estuviéramos otra vez en lo mismo. Ojalá que esos movimientos lo que hagan sea convocar a la sociedad para realmente estudiar el problema de fondo.
Usted habla de un nuevo modelo de financiamiento, ¿cuál sería el modelo ideal para que esto no siga pasando año tras año?
Tiene que ser un modelo que contemple la posibilidad de crecimiento de la universidad en la posibilidad de actualización de su infraestructura, de sus laboratorios, de su tecnología que es algo que cambia todos los días, y que contemple el crecimiento de la planta profesoral tanto en cantidad como en calidad. Yo creo que hay que tomar muy bien en cuenta el crecimiento previsto de la población de estudiantes. Se supone que para el 2030 llegaremos al 80 % de cobertura y ahora estamos escasamente en el 50 %. Eso implicaría, si fuera mañana, crear 400 mil nuevos cupos universitarios. Tiene que ser realmente un modelo complejo, rico y que contemple la realidad de las universidades públicas e Instituciones de Educación Superior (IES) en toda su extensión.
¿Cree que ese modelo estaría ligado a no darle tanto presupuesto a Icetex y programas como Ser Pilo Paga con el fin de balancear esta inversión con la de las universidades públicas?
No. No creo que la discusión deba enmarcarse en a qué no darle. Creo que la investigación debe enmarcarse en qué es lo que se necesita, cuáles son los medios con los cuales cuenta el país, ya que Colombia no solo cuenta con universidades públicas pues hay que reconocer que la mitad de los estudiantes están en universidades privadas y es un capital importante que es bien aprovechado. Entonces si queremos realmente llegar a esa población de estudiantes, a esa cobertura del 80 %, yo creo que tenemos que pensar en todos los medios posibles. No en dónde se quita sino en qué tantos puntos hay que intervenir para aumentar el esfuerzo.
¿Qué considera que es lo más urgente que necesitan las universidades públicas en este momento?
En este momento, como todos los años hacia finales de año, la urgencia es que puedan terminar con el presupuesto equilibrado. Esa es la urgencia. Y ojalá esto no se quedara en una solución de urgencia porque la infraestructura es algo que se ha venido deteriorando durante muchísimos años y tiene que ser abordado. Seguramente que será un proceso mucho más lento porque será supremamente costoso pero habrá que hacerlo porque es indispensable. Sin embargo, paralelo a eso hay que mantener un sistema que permita el crecimiento en calidad y cantidad de estudiantes atendidos.
¿Cómo le pareció la cifra de 500 mil millones de pesos que anunció el gobierno como adición al presupuesto de la educación para este 2018? Muchos están diciendo que resulta hasta una burla pues no les alcanza…
Hay que ver cómo está distribuida la cifra, pero igual 500 mil millones de pesos no dice mucho. Si son 500 mil millones para cubrir el déficit de este año, pues eso será lo que haga, cubrir el déficit solo para 2018, no mucho más de eso. Si es como parece ser, que de esos 500 mil millones apenas 50 mil están dedicados a cubrir el déficit, pues no es suficiente. No va a cubrirlo.
En el caso de que efectivamente estos 500 mil millones no alcancen para cubrir el hueco fiscal que tiene la educación pública superior para 2018, ¿qué alternativas les quedan?
Las universidades usan medios distintos y todos ellos me parecen que llevan a algún tipo de deterioro. Algunas piden préstamos, otras transfieren recursos propios que hubieran dedicado a inversión e infraestructura o investigación a pago de salarios. Eso a la larga deteriora o contribuye a un aumento en el deterioro de la posición de la universidad.
¿Cree que otra de las razones por las que este tipo de crisis son recurrentes es porque, tal vez, los rectores de las universidades no saben repartir bien el presupuesto que se les da a inicio de año?
No, eso no es cierto. La crisis llega simplemente porque el presupuesto de funcionamiento inicia el año con un déficit previsto. Pese a que nuestra legislación exige presupuestos equilibrados y los rectores de hecho así los presentan, el costo de la nómina hace bastantes años que está superando el presupuesto de funcionamiento. Esto quiere decir que necesariamente a final de año se llega a un momento en el cual hay que buscar recursos de otros lados para cubrir nómina. La simple estructura de presupuesto y nómina ya predice de antemano que hay un déficit.
¿Cómo ha visto la respuesta del gobierno?
Positivo en el sentido en el que reconocen que existe el problema pero obviamente es complicado en el sentido en el que mantienen una dificultad de carácter económico para resolverlo. Creo que a la larga no habrá más remedio que sentarse a estudiar y buscar soluciones.
¿Conoce hasta cuándo van a estar en paro las universidades públicas?
No. Sin embargo creo que son cosas que las mismas asambleas van decidiendo con las dinámicas de evolución del tiempo y de las circunstancias. Creo que ni siquiera los líderes del movimiento saben.
¿En qué cree que termine todo este movimiento estudiantil? ¿Hay esperanza?
Sí, yo espero que esto sea un fuerte llamado de atención a la sociedad, al gobierno y que termine en unas mesas muy serias de análisis de la situación y en busca de soluciones reales y no paños de agua tibia.