#OPINIÓN | Medidas como las que adoptarán en la Unión Europea pueden afectar el funcionamiento de Internet como una red libre y abierta.
Por: Emmanuel Vargas Penagos*
Las disqueras y los grandes medios de comunicación en la Unión Europea se frotan las manos por creer que una nueva ley salvará sus bolsillos, pero puede haber un costo de censura más grave que el que hubo en 2011 en Colombia con la Ley Lleras.
La reforma que aprobó el Parlamento el 26 de marzo tiene dos artículos controversiales, defendidos a capa y espada por el parlamentario alemán Axel Voss. La parte más preocupante es el artículo 17, que obliga que las empresas de Internet hagan “los mayores esfuerzos” para obtener licencia de todas las “obras protegidas por derechos de autor” (que cubre desde tweets de despecho uribista hasta películas documentales) que sean subidas a sus plataformas.
Esto implica que las obras que no tengan licencia deben ser retiradas de las plataformas. La presión política de personas como el Relator de la ONU sobre libertad de expresión y opinión hizo que la versión final de la ley no diga que las empresas tengan que tener filtros previos para hacer esto. Pero según lo cuenta la Electronic Frontier Foundation (EFF), ong gringa que defiende los derechos humanos en Internet, la práctica muestra que no hay otra forma para lograrlo.
El resultado obvio será que la gente que quiera subir canciones o videos de otras personas no pueda hacerlo. Esto tal vez suena razonable. Pero el problema, como lo cuenta la EFF va más allá. Un ejemplo es el contenido incidental, como los videos de bebés o de gatos en los que, por pura coincidencia, suena una canción de Shakira o Anuel AA; o un fotógrafo o noticiero que cubre un ataque terrorista y justo atrás hay un afiche de El Paseo 8. Este tipo de contenidos activarían filtros y tendrían que esperar a que los burócratas de la compañía se den cuenta que no hay una intención de violar derechos de autor.
Algo que alarma mucho a los usuarios de Internet europeos es que esto podría dificultar el uso de memes. Aunque la ley trae excepciones para “parodia, pastiche o comentario”, esto no es suficiente. Como lo explica el profesor de la Universidad de Amsterdam, Joao Quintais, las máquinas de la empresa de Internet tendrán que mirar si los contenidos son o no una parodia, pastiche o comentario. El problema es que, como lo dice Quintais, “los robots no tienen sentido del humor” y no pueden hacer un análisis del contexto del chiste que están viendo. (¿Qué dirán los autores de memetecas?).
Hay salvedades de esta parte de la ley para algunas empresas pequeñas, pero estas son criticadas por ser muy simplistas. Esto se puede ver con más profundidad en este análisis de la EFF o en este artículo publicado en The Guardian.
La segunda parte controversial de esta ley es el artículo 15, que ordena que las empresas de Internet que compartan “publicaciones de prensa” tengan que buscar licencia de las editoriales autoras de esos contenidos. Un ejemplo de las plataformas que serían afectadas por esta medida es Google News, un servicio que rastrea noticias de los principales medios, los resume y los da a conocer a sus usuarios.
Los medios de comunicación europeos, liderados principalmente por los de Alemania, hicieron una campaña agresiva para que este artículo fuera aprobado. Financiar el trabajo de estas empresas es un reto gigante y, según ellos, quienes ganan dinero por compartir sus contenidos tienen que pagar. Google, por su parte, ha amenazado con retirar Google News de la Unión Europea, tal y como lo hizo en España cuando ese país aprobó una ley similar. Google dice con cierta razón que esto podría incluso terminar en un detrimento de los medios que perderían una poderosa fuente de tráfico.
La EFF también dice que hay un peligro grande de censura: este artículo también permite que las empresas de medios prohíban que sus contenidos sean compartidos, algo que puede terminar en que estas empresas limiten otras publicaciones en las que, por ejemplo, critican o analizan lo que ellos hacen.
Esta parte de la ley no aplica cuando la empresa que comparte el contenido solo muestra “retazos” del contenido o simplemente copia el enlace a este. El problema es que este término es muy ambiguo.
Y este es otro de los grandes problemas. Este tipo de normas de la Unión Europea (directiva) tienen que ser implementadas por los países miembros en leyes internas. Estos países tienen mucha libertad en definir términos y procedimientos. Como resultado, las empresas que pueden cumplir con los requisitos de cada uno de los 27 países son muy pocas y son principalmente las más grandes. Esto llevará a peleas legales que seguramente serán resueltas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero estos casos suelen tardar años en resolverse.
Los argumentos que suelen usarse para vender este tipo de leyes están bien resumidos en una columna de opinión publicada en The Guardian por el cantante de ABBA, Björn Ulvaeus: hay que beneficiar a los artistas o creadores y no es justo que las empresas de Internet ganen plata a partir del contenido de otros. Esto puede sonar bien si se mira por encima, pero el problema es que medidas como las que adoptarán en la Unión Europea pueden afectar el funcionamiento de Internet como una red libre y abierta.
Aunque falta una votación en el Concejo Europeo (entidad que agrupa a jefes de Estado de la Unión Europea, el Presidente de la Comisión Europea y un Presidente de ese Concejo), es poco probable que la ley se caiga. Después de esto, las empresas y algunos medios de comunicación venderán esto como la vanguardia y van a querer promover leyes similares en todo el mundo. No habría que sorprenderse si en un futuro cercano nos llegue esta Ley Lleras con esteroides.