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Una exposición para la memoria: la Unión Patriótica en la Tadeo
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Una exposición para la memoria: la Unión Patriótica en la Tadeo

Colaborador ¡Pacifista! - agosto 25, 2017

La Universidad Jorge Tadeo Lozano tendrá abierta, hasta el próximo jueves, una muestra que conmemora los orígenes de la UP.

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Bernardo Jaramillo, asumió la presidencia de la Unión Patriótica en 1987. Fotos: Jorge Andrés Osorio.

Por: Jorge Andrés Osorio

Jorge Eliécer Gaitán dijo alguna vez: “el que sentencia una causa sin oír la parte opuesta, aunque sentencie lo justo es injusta esa sentencia”. Y eso fue lo que sucedió con la Unión Patriótica desde su creación en 1984, cuando no faltaron principios gaitanistas en su ideario.

Y la frase resume muy bien lo que pasó. Los miembros de la UP no fueron ni escuchados ni respetados, sino aniquilados. Los persiguieron y los desaparecieron de la vida política, pero no de la memoria y de la historia del conflicto armado en Colombia. Por eso, hasta el próximo jueves 31 de agosto se lleva a cabo una exposición en homenaje a las víctimas del “exterminio político”: Álbumes de memoria y narraciones visuales de la Unión Patriótica. La muestra se encuentra ubicada en el salón principal de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en el centro de la ciudad de Bogotá.

En el salón se recopilan fotos, relatos y memorias de grandes integrantes que decidieron hacer frente a una renovación política en Colombia en nombre de la UP. Fueron asesinados por grupos al margen de la ley y en varios casos se comprobó que hubo complicidad del Estado, todo esto producto de la intolerancia, la violencia y la satanización de la izquierda.

La exposición esta a la cabeza de Luisa Santamaría, hija de Gabriel Santamaría, diputado y dirigente de la UP en Antioquia, asesinado el 27 de octubre de 1989 en su despacho, y de Gloria Gaitán, hija del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, asesinado el 9 de abril de 1948 en Bogotá.

La UP nació como resultado de los acuerdos de paz entre Belisario Betancur y las Farc.

El partido político logró elegir 16 alcaldes, 256 concejales y 16 representantes al Congreso.

Más de 3.000 miembros fueros asesinados, entre ellos dos candidatos presidenciales.

En la exposición, los álbumes familiares y los relatos de las víctimas generan un sentimiento de entendimiento, de admiración y de respeto por todos aquellos que quisieron defender la democracia desde una izquierda que surgía y que buscaba hacer parte de las esferas de poder en Colombia.

En total son 26 álbumes que se pueden explorar y revisar de manera digital en cuatro computadores. Los álbumes en físico tienen el nombre y el cargo de cada una de las víctimas de la persecución: Jorge Elíecer Gaitán, Bernardo Jaramillo, Jaime Pardo Leal, Gabriel Santamaría, Diana Cardona, Manuel Cepeda Vargas, Omar de Jesús Correa, Ricardo Gutiérrez son algunos de los líderes recordados en la exposición.

El primero de los líderes asesinados fue Leonardo Posada Pedraza en Barrancabermeja, el 30 de agosto 1986.

Manuel Cepeda fue considerado el último Congresista de la UP.

De fondo se escucha música de protesta de diversas partes del país, al igual que relatos provenientes de víctimas, incluida Aída Avella, quien que sobrevivió a decenas de amenazas, a un atentado con una bazuca y quien actualmente encabeza el partido.

Retratos en blanco y negro, momentos de emblemáticos discursos y fotos de la cotidianidad de los dirigentes asesinados de la UP, enmarcan el lugar para darnos la posibilidad de acercarnos a esa realidad ignorada ahora que comenzamos a vivir tiempos de posconflicto.

La muestra recoge fotos cotidianas de los encuentros de los militantes.

En 2016 el presidente Santos declaró que: “la persecución de los miembros de la UP fue eso: una tragedia que conllevó su desaparición como organización política y causó un daño indecible a miles de familias y a nuestra democracia”.

El movimiento acogió a militantes de izquierda, guerrilleros, sindicalistas, profesores e intelectuales.

En el salón se pueden ver retratos en blanco y negro, momentos de emblemáticos discursos y fotos de la cotidianidad de los dirigentes asesinados de la UP. Todo para darnos la posibilidad de acercarnos a esa realidad ignorada ahora que comenzamos a vivir tiempos de posconflicto.