Supuestamente los uniformados lo hicieron al quemar más de 800 kilos de la mata en la capital de Caquetá. Pero, ¿es esto posible?
De Caquetá no suelen llegan noticias a las ciudades principales. Pero esta semana llegó una extrañamente llamativa: que el Ejército, supuestamente, ‘trabó’ a una porción de considerable de la población de Florencia, la capital departamental, al quemar algo más de 800 kilos de “marihuana tipo creepy” en un batallón del centro de la ciudad.
La historia, aunque macondiana, sonaba probable: hasta donde sabemos en el sur de Colombia sí existen grandes cultivos de marihuana, en Florencia sí hay una brigada en pleno centro de la ciudad y, según el químico farmacéutico Joan Alexis Sepúlveda, consultado por nosotros, “si usted expone a una población entera a una gran concentración de humo de cannabis, la gente va a sentir el efecto psicoactivo”.
Pero más allá de que fuera probable, en ¡Pacifista! quisimos preguntarnos si tal noticia, difundida viralmente por las redes y reportada por numerosos medios de comunicación, era cierta.
La primera respuesta, aunque suene extraño, es sí y no: según reconoció el propio comandante de la brigada, general César Augusto Parra León, sus hombres sí incineraron 842 kilos de marihuana la noche del pasado 15 de octubre en las instalaciones del batallón de Juanambú, en el centro de Florencia.
Ahora, de ahí a decir que el ejército “trabó” a media Florencia (unas 100 mil personas) hay bastante trecho. Según Sepúlveda es probable que quienes tienen una baja tolerancia el THC y se encontraran muy cerca de la quema pudieron haber sentido los efectos de la marihuana con solo inhalar el humo que salía del batallón. Algo así como la ‘traba pajarito’, que dicen sentir muchos no consumidores cuando son expuestos al humo de la marihuana durante un largo rato y terminan sintiendo los efectos involuntariamente.
¡Pacifista! pudo contactar a varias personas que residen en Florencia y se enteraron de la quema de marihuana solo por las noticias. De acuerdo a los primeros reportes de la prensa local, el olor a marihuana que emanaba del batallón se sintió únicamente en los barrios La Bocana, San Francisco y La vega, los más cercanos al lugar.
Según una periodista del portal caquetaldia.com, más que a la traba, las quejas de la ciudadanía esa noche se debían al intenso y característico olor a marihuana que interrumpió la celebración de la feria ganadera y agroindustrial de Florencia.
No obstante, con o sin traba, lo que sucedió en la brigada esa noche estuvo mal. “Las sustancias decomisadas son consideradas residuos peligrosos y por ende tienen que seguir un proceso de desnaturalización específico”, explica Sepúlveda, “Este proceso debe hacerse con unos hornos que alcanzan temperaturas muy altas y no dejan escapar residuos”.
¿Entonces por qué los 842 kilos de creepy que el Ejército incautó en el municipio de Solita, en el sur del Caquetá, terminaron apestando varios barrios de la capital?
Le hicimos esta pregunta al general César Augusto Parra León, quien se abstuvo de darnos una respuesta. Sepúlveda, por su parte, tiene una hipótesis: “Lo que pasa es que estos hornos tienen un precio bien alto. Yo no creo que en Caquetá ni siquiera haya uno, entonces lo que toca es transportar toda la sustancia hasta otro departamento, pedir permisos para poder desnaturalizarlo y hacer todo un trámite. Al final resulta más fácil quemarlo así como si nada”.
Al final, nuestra conclusión: mal por el Ejército, bien por la gente que estaba ese día en Florencia, cerca al batallón y le gusta el olor a marihuana. Decir que se ‘trabaron’ sigue sonando a exageración.