Nariño se alista para la paz (Parte II): la clase media pastusa tiene la decisión en sus manos | ¡PACIFISTA!
Nariño se alista para la paz (Parte II): la clase media pastusa tiene la decisión en sus manos
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Nariño se alista para la paz (Parte II): la clase media pastusa tiene la decisión en sus manos

Staff ¡Pacifista! - julio 11, 2016

Si las clases medias se convierten en protagonistas es más probable que la construcción de paz integre a la ciudadanía.

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Le pedimos a Andrei Gómez, miembro de Rodeemos el Diálogo y profesor de la Universidad de Los Andes, que se fuera a Nariño y nos contara cómo se prepara la sociedad civil y las instituciones en el sur del país para la refrendación y la implementación de los acuerdos entre el Gobierno y las Farc. Esto fue lo que encontró:

Por Andrei Gómez-Suárez*

El aeropuerto Antonio Nariño se construyó en una meseta en el municipio de Chachagüi. La topografía dramática que lo circunda asusta a muchos viajeros. Según la versión popular, el aeropuerto es la graduación de los pilotos colombianos para después empezar a realizar vuelos internacionales. Entre Chachagüi y Pasto hay más o menos 32.5 kilómetros. Hoy, todavía, los nariñenses están esperando que la doble calzada reemplace a la carretera estrecha de doble carril que existe hoy en día.

La Ciudad Sorpresa, como se conoce a Pasto, aparece de sopetón bajo las faldas del volcán Galeras, el volcán con la base más amplia del mundo, según cuentan en Nariño. La panorámica de la ciudad es como estar viendo de frente un ecualizador. Muchas de las casas de dos pisos que caracterizaban el barrio Morasurco y la Avenida de los Estudiantes, sector de clase media alta y entrada norte de la ciudad, han sido reemplazadas por edificios de más de 10 pisos.

El crecimiento del sector de la construcción es evidente. Algunos habitantes sugieren que el boom se debe al lavado de dineros provenientes del narcotráfico. Otros dicen que los nariñenses, antes acostumbrados a guardar sus riquezas, han empezado a invertir sus ahorros en finca raíz.

A la par con la construcción ha aumentado la oferta gastronómica. Existen restaurantes de todo tipo en diferentes sectores de la ciudad. Esta oferta busca responder a la demanda de muchos extranjeros que han llegado a Pasto junto con el interés de la cooperación internacional. Hoy Nariño es el departamento con el mayor número de agencias de cooperación extranjera .

Pasto al atardecer. Foto: Wikipedia.

El Comité Internacional de la Cruz Roja y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son la punta del iceberg de un gran grupo de organizaciones que han llegado debido a la intensificación del conflicto armado. Según una funcionaria de la Alcaldía de Pasto, en Nariño se encuentran 340.000 de los 7 millones de desplazados de Colombia. Muchas de estas víctimas se desplazaron debido a masacres que aún siguen en la impunidad y que la mayoría de los nariñenses desconocen. De acuerdo con un funcionario de la Unidad de Víctimas, ese es el caso de la Masacre de El Palmar, perpetrada en diciembre de 2007 por un grupo paramilitar pos-desmovilización.

El reconocimiento del impacto de la violencia por parte de las clases medias se expresa en su decisión de no acercarse a las zonas de conflicto y en salir a caminar cada vez menos por las calles de la ciudad. “A Pasto ha llegado mucha gente que uno ni idea”, me comentan en reuniones familiares. La necesidad de protegerse del conflicto armado ha resultado inevitablemente en indiferencia frente a la suerte de un departamento que, cada vez más, parece relegado a los libros de historia porque los ciudadanos prefieren reducir su circulación a zonas seguras bastante limitadas.

La necesidad de protegerse del conflicto armado ha resultado en indiferencia frente a la suerte del departamento

Sin embargo, el proceso de paz y la campaña de refrendación que se viene parecen ser una oportunidad para que las clases medias recuperen un papel protagónico en la conformación de una ciudadanía activa. Un conversatorio sobre el proceso de paz organizado por sectores de clase media, antiguos militantes de la Unión Patriótica y Rodeemos el Diálogo, logró convocar a un variado sector de ciudadanos. La participación de diferentes generaciones y personas con diversas posturas políticas demostró que la pedagogía de los acuerdos de La Habana puede cumplir un papel aglutinador para empezar a promover una nueva cultura política.

El desconocimiento de los acuerdos es asombroso y la eficacia de mensajes llenos de desinformación también. La desconfianza en las Farc y el descrédito del Gobierno contribuyen a que la opinión pública asuma la postura cómoda de criticar la negociación promovida por otros sectores. No obstante, una vez escuchan posturas que evidencian las oportunidades del momento transicional de la guerra a la paz, y la importancia de la sociedad civil, adoptan una postura abierta e inquieta frente a lo acordado y una actitud propositiva frente a la construcción de paz.

La apropiación de los acuerdos de paz no puede depender de los equipos negociadores y el Gobierno, ni mucho menos de la sociedad civil. El alcalde de Pasto, Pedro Vicente Obando ha entendido que la administración local debe jugar un papel fundamental en la pedagogía de paz. Junto a la Minga Nariñense por la Paz, el alcalde decidió organizar espontáneamente la difusión pública de la firma del acuerdo sobre el punto del fin del conflicto firmado el pasado 23 de junio.

A las 11 de la mañana en la plaza de Nariño se prendieron las pantallas gigantes que estaban instaladas para celebrar el cumpleaños de Pasto y se transmitió la ceremonia pública en La Habana. A la plaza llegaron estudiantes de colegios, transeúntes, funcionarios de la alcaldía, movimientos políticos y sociales como el Partido Comunista, la Unión Patriótica, la Juventud Rebelde y Marcha Patriótica, entre otros.

Es difícil predecir si durante la campaña del plebiscito se sembrarán semillas para reconfigurar la cultura política de los pastusos

El saludo de Obando fue enfático. La administración municipal estará comprometida con la pedagogía de los acuerdos. El mensaje de la Minga dejó claro que la implementación de los acuerdos debe responder a las exigencias de los afrocolombianos, los indígenas y los campesinos del departamento. La Comisión de Paz de la Gobernación de Nariño celebró los acuerdos y recalcó la importancia de la reconciliación. Finalmente, Rodeemos el Diálogo invitó a hacer una oposición constructiva al proceso de paz.

Es difícil predecir si durante la campaña del plebiscito se sembrarán algunas semillas para reconfigurar la cultura política de los habitantes de Pasto. Durante mi estadía la mayoría de las personas con las que hablé consideran que en la ciudad habrá un triunfo contundente del Sí. ¿Cuántos de esos votos provendrán de la clase media? Aún está por verse, porque ellos fueron los grandes ausentes en la celebración de la firma del acuerdo en la plaza de Nariño.

El triunfo del Sí no necesariamente representa un cambio en la cultura política, y menos si se logra a través de las maquinarias de los partidos tradicionales, sin embargo, si las clases medias se convierten en protagonistas, es mucho más probable que sean agentes claves en la construcción de paz y transformen así su papel en la democracia.

*Profesor y Consultor en Justicia Transicional y miembro de Rodeemos el Diálogo @AndGomezSuarez