Se abrió el debate en Colombia sobre los posibles impuestos que tendrán que pagar las modelos webcam y negocios similares. Una vez más está la duda de ¿y por qué las iglesias no tributan?
Por: Juan Sebastián Jiménez.
La Ley de Financiamiento aprobada por el Congreso y que pasa ahora a sanción presidencial no solo es regresiva e ineficaz (con ella se recaudan apenas 7 de los 14 billones de pesos que se esperaba obtener) sino también pacata y doblemoralista: grava a las webcam y en cambio mantiene las exenciones a las iglesias.
En virtud de esta ley, aprobada a las patadas el 19 de diciembre (por lo que hasta Vargas Lleras ha dicho que la va a demandar), las modelos webcam van a tener que pagar un impuesto con el que se espera recaudar 50 mil millones de pesos, según el autor de la propuesta, el senador Jonatan Tamayo Pérez, mejor conocido como Manguito, quien fue elegido por los Decentes pero es más bien un uribista camuflado.
Lo malo no es que se le ponga un impuesto a las webcam. Colombia es, después de Rumania, el país con la mayor cantidad de estos servicios, negocios que generan, de acuerdo con Tamayo, 480 millones de dólares al año.
El problema son los argumentos dados por Manguito -el mismo que propuso revivir la tarjeta profesional para periodistas- para justificar esta medida.
El trovador, ahora congresista, dijo que la idea es desincentivar esta actividad que, según él, “es un negocio desafortunado” que daña la imagen de “nuestros jóvenes, de nuestras mujeres que exhiben su cuerpo para que los extranjeros paguen para ver esos videos” y, en cambio, utilizar esos recursos para fomentar fuentes de trabajo “dignas”.
No solo es cuestionable que Tamayo, quien alguna vez se presentó como “defensor de la familia”, pretenda ahora fungir de defensor de “nuestras mujeres” y que asuma que solo los extranjeros utilizan estos servicios, en virtud de un risible nacionalismo.
También lo es que se refiera a la profesión de modelo webcam como indigna asumiendo, entre otras, que se trata exclusivamente de exhibir un cuerpo. Como buen conservador, Manguito hace gala de su ignorancia frente a lo que critica, como esos cristianos que creen que montar cicla desvirga a las mujeres.
Se trata, en resumen, de argumentos trillados que apuntan, finalmente, a que negocios como estos corrompen la sociedad y por eso hay que perseguirlos. Sin mencionar el machismo paternalista que exudan las palabras de Manguito.
Pero, contrario a lo presupuestado por el senador, esta medida ha sido bien recibida por las modelos webcam y en general por las personas vinculadas a esta actividad, ya que de alguna forma es un avance en la regulación de este sector de la economía que de esta manera es reconocido legalmente.
Ingenuo creer que con impuestos se va a desincentivar el uso de esta plataforma. Esperanza Gómez va a terminar sosteniendo el presupuesto nacional antes de que eso ocurra.
Sin embargo, de fondo, lo que hay es una doble moral en la que se persigue lo que se considera malo para la sociedad y, en cambio, se le dan todos los beneficios a lo que se considera bueno, casto, puro.
La prueba de ello es que esta reforma, como otras tantas en el pasado, no fue capaz de quitarles las exenciones tributarias a las iglesias que generan ganancias mucho mayores a las de, por ejemplo, las webcam.
El año pasado las iglesias -cerca de 8.500- reportaron ingresos brutos por 5,4 billones de pesos y, según Portafolio, si a estas se les cobrara impuestos, como a cualquier otra actividad que genera ganancias, el gobierno obtendría, por lo menos, 340 mil millones de pesos al año. Una cifra mucho mayor a lo que se espera recaudar con el impuesto a las webcam.
Pero las iglesias siguen diciendo que ellas no buscan lucrarse con lo que hacen y que, por eso, no es justo que paguen impuestos. De nada han servido las denuncias por lavado de activos y los reportajes sobre las propiedades que algunos como la familia Moreno Piraquive se han comprado en Estados Unidos con la plata de sus feligreses.
De nada sirve porque para congresistas como Manguito es peor que una modelo webcam se gane 14 millones al mes a que un pastor se lucre con la ingenuidad de los creyentes.
Preferible que los cristianos se sigan comiendo el cuerpo de Cristo a que se fijen en el cuerpo de una mujer desnuda. ¡Pecado!
Mientras las reformas tributarias se siguen aprobando sin estudios sino con moralismos, nuestra economía no va a despegar. ¡Dios nos libre! Como el gobierno sigue librando a las iglesias de los impuestos.