Leonard Rentería les escribe a Paola Ochoa y a 50 millones de colombianos | ¡PACIFISTA!
Leonard Rentería les escribe a Paola Ochoa y a 50 millones de colombianos Fotografía: Lorna Alomia - @lornaalomia_ph - para PACIFISTA!
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Leonard Rentería les escribe a Paola Ochoa y a 50 millones de colombianos

Colaborador ¡Pacifista! - febrero 7, 2021

El líder juvenil de Buenaventura tiene algo más para decirles a los 50 millones de colombianos que invocó la periodista Paola Ochoa en una entrevista radial. Incluida ella, por supuesto.

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Desde el 30 de diciembre, la gente de Buenaventura no sabe lo que es dormir tranquila. El asedio violento al que está sometido el puerto lo explicamos bien aquí. Pero entre la incertidumbre las balas que se siguen oyendo cada noche y la incompetencia del Estado para detenerlas, una voz ha sido más grande y más fuerte, la de Leonard Rentería. Su respuesta a los periodistas de una emisora en Bogotá se ha escuchado cientos de miles de veces en esta y otras piezas que hicimos en Pacifista!. Nos conmueve y nos demuestra que no está solo.

Pero Leonard tiene mucho más para decir y con más fuerza que antes. Por eso, generosamente nos compartió la reflexión que escribió sobre el episodio de la entrevista, aunque que va mucho más allá del episodio, de la llamada, de esa mañana, y de Paola Ochoa, la periodista que le hizo la pregunta que presionó el botón. Mucho más allá de todo.

La que leerán a continuación es una reflexión obligada para cualquiera que se sienta colombiano. Aquí tienen sus palabras, ahora escritas:

Por los 50 millones de colombianos

Por Leonard Rentería:

Yo soy de Buenaventura, un hijo que aprendió a resistir, que aprendió a ganarse sus derechos en las calles desde muy temprana edad, porque a diferencia de muchos de ustedes, sobre todo a diferencia de mis hermanos blancos-mestizos no nací con privilegios.

Mientras ustedes accedían a salud, educación y otros derechos de forma automática por el solo hecho de tener un color del privilegio, mis ancestros, nuestros líderes y lideresas, batallaban para que nosotros pudiéramos gozar del reconocimiento de nuestros derechos, aquellos que deberían garantizarse por el solo hecho de ser humano. Pero no, este país aún no nos ve del todo como humanos, para muchos en este país somos una etnia por debajo de la gran etnia, la etnia blanco-mestiza.

Ayer, cuando la periodista manifestó su descontento, que salió -digo yo- desde el fondo de su corazón, me dejaba claro que es así como nos ven muchos, desde la falta de empatía. Lo peor de todo esto es que todas las mañanas muchas personas se levantan escuchando y leyendo a este tipo de medios de comunicación que se encargan de profundizar una narrativa racista, desiguales y clasista que no permiten que este país avance.

Fotografía: Lorna Alomia – @lornaalomia_ph – para PACIFISTA!

 

Paola esta desconectada de la realidad. Quizás todo esto lo aprendió en los contextos donde ella se mueve, en aquellos contextos donde nunca tendría que llenar agua desde largas distancias, desde aquellos contextos donde todo esta garantizado. Claro, ella habla desde sus privilegios, pues es fácil vivir en Bogotá, donde termina por distribuirse la contraprestación del puerto, contraprestación desigual e inequitativa que deja el 80% de los recursos para la nación y solo el 20% para Buenaventura, un territorio que en muchos aspectos termina aportándole al país mucho mas que la misma capital.

Lo que me da tristeza con Paola es que quizás su educación estuvo atravesada por esa forma de ver el país. Quizás si ella tiene hijos podría estarlos formando desde esa misma mirada y peor aún, quizás muchos de sus pares que la oyen cada mañana terminaran convencidos de que la voz de ella, lo que dice ella, es una verdad irrefutable.

Solo quisiera invitarla a ella y a todos los que piensan como ella a que se vengan un par de días por acá. Que se queden en los territorios y puedan conectarse con una realidad que no ven, a la cual se hacen ciegos y que, me atrevo a decir, abordan solo porque es tendencia, no porque les interese.

Al señor de la Policía, por ejemplo, que seguramente es blanco-mestizo, le abren sus micrófonos para que diga cuanta cosa se le ocurre y para él hay poca interrupción, a él se le escucha de forma atenta y todo lo que dice pasa por verdadero. Pero a mí, el hombre negro, el de la periferia, toca hacerle mil preguntas, cortarle, porque quizás ven como un favor abrirme los micrófonos. Entonces viene la ráfaga de preguntas, todas al tiempo, buscando confundir para a partir de la misma confusión terminar dejando en el aire un sinsabor, que la gente piense que no sabemos dónde estamos parados y que al final la culpa de todo es nuestra.

Cuando colgué la llamada, lo hice porque sentí que no tenía sentido estar allí, que cada cosa que dijera sería refutada, sería confrontada, porque al final lo que diga un hombre negro para el país no vale mucho. Los únicos espacios que llevan toda la fuerza son aquellos donde algún hombre o mujer negra la embarra o cae en corrupción, allí se deleitan, pero de los que resistimos, de los que hacemos el bien, de esos se habla poco, a esos se nos confronta hasta dejarnos como los malos del paseo.

Ojalá los medios comprendan su verdadera misión. Bueno, les será difícil porque obedecen a sus jefes, a quienes quizás les duela que toquen con claridad algunos temas, porque eso termina por afectar a sus pares, a sus amigos, esos empresarios que son dueños de todo y que -obvio- les molesta que gente como yo opine y diga unas cuantas verdades.

Después de esto me queda claro que para que el negro pueda contar su narrativa tendrá que crear sus propios espacios. Por ahora seguiremos luchando, seguiremos caminando en busca de que un día, negros, blancos e indígenas podamos caminar de la mano y juntos y juntas construir un país distinto donde si quepamos todos, donde las generaciones que hereden esto comprendan que tenemos en común el mismo territorio y que somos tan humanos que nos merecemos el acceso a los derechos por igual sin importar nuestro lugar de residencia o color de piel.

Fotografía: Lorna Alomia – @lornaalomia_ph – para PACIFISTA!

 

Hombres y mujeres negras: hay aún una gran tarea por hacer, nos toca seguirnos organizando y educando para seguir resistiendo, porque sabemos que tenemos un país que no nos quiere como quisiéramos, pero seguiremos resistiendo desde el amor que nos mueve y no desde el odio que nos lanzan.

A Paola toca enviarle un abrazo, pedirles a los orishas de mis ancestros y a Dios que la ayuden a sanar, que le permitan confrontarse y revisar su interior, porque quizás todo esto no es más que un llamado que se debe hacer ella misma desde su punto de mujer privilegiada. A ella, un abrazo, también para su familia, este país nos necesita a todos, así como Buenaventura necesita que hoy el país, ese de los 50 millones de colombianos, no solo piense en lo afectados que estarán un par de días producto de algunas movilizaciones, sino que piensen en las décadas de afectación que venimos soportando nosotros. Aún así nos levantamos todos los días a trabajar en los puertos para que a ellos no les falta casi nada.

A Leonard lo pueden leer acá o si quieren visiten su blog acá.

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