El hoy comisionado de la verdad Leyner Palacios fue galardonado con el premio Líder o defensor del año. Este es un homenaje para aquellos que sacrifican su tiempo y su vida para servir a los intereses de las comunidades.
La defensa de la vida, los derechos humanos y los territorios son labores dignas y necesarias, pero están bajo constante amenaza. Por eso nació el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos, un homenaje para aquellas personas que sacrifican su tiempo y su vida para servir a los intereses de sus comunidades y para respaldar y visibilizar el aporte que hacen a la construcción de la democracia y la paz en Colombia.
El pasado miércoles tuvo lugar la novena edición de los premios. En el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá se reconoció a líderes y lideresas en cuatro categorías: Líder o defensor del año, Proceso social comunitario del año, Organización no gubernamental del año y Reconocimiento a toda una vida.
El premio fue auspiciado por Diakonia y ACT Iglesia Sueca, organizaciones con presencia en más de 25 países. La elección de los ganadores es el resultado de una fase de convocatoria nacional dirigida a distintas organizaciones sociales, plataformas de derechos humanos, universidades colombianas y entidades internacionales que nominaron experiencias y liderazgos. Luego, un jurado nacional e internacional y un experto en derechos humanos valoraron cada nominación.
Dos de los líderes galardonados en este 2020 provienen del Chocó. El primero es el ahora comisionado de la Verdad Leyner Palacios, quien recibió el premio Líder o defensor del año. Es un reconocimiento por el trabajo desarrollado en su departamento y por ser testimonio de la lucha por los derechos humanos en el país.
Justamente este año charlamos con él. Les dejamos por acá le entrevista completa:
“El Estado tiene una visión de desarrollo pensada desde el saqueo”: Leyner Palacios
El liderazgo de Palacios comenzó tras la Masacre de Bojayá, municipio del que es oriundo y en donde perdió familiares y amigos. Desde entonces, como abogado, ha trabajado para que se atiendan las necesidades históricas de los pueblos negros e indígenas del Pacífico colombiano. Su labor también incluye la defensa del Acuerdo de paz, pues ha impulsado su implementación y actualmente integra la Comisión de la Verdad.
En la categoría Proceso social comunitario del año, la organización ganadora fue la Guardia Indígena (Kiwe Thegnas) del Plan de vida Proyecto Nasa – Experiencia Asociación de Cabildos Indígenas de Toribío, Tacueyó y San Francisco, del norte del Cauca.
Kiwe Thegnas es un referente en la construcción de procesos de autoprotección. Además, fomenta nuevos liderazgos a partir de formación comunitaria con niños y jóvenes. Su lucha es por la defensa de los territorios indígenas y el empoderamiento de la mujer indígena.
“Ser defensores de derechos no es fácil. Cuando todos los días salimos a hacer nuestro trabajo no sabemos si volveremos a nuestras casas”, reconoció Arbey Noscué, integrante de la organización. Para Kiwe Thegnas este reconocimiento es la garantía de extender su labor no solo en Colombia sino a nivel internacional.
El reconocimiento en la categoría Organización no gubernamental del año se lo llevó la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP), la primera organización creada en el país con el objetivo de fomentar el respeto a los derechos de las personas privadas de la libertad por delitos políticos o judicializadas por participar en protestas sociales.
La FCSPP nació en 1973. Por esos años el Gobierno Nacional había instaurado el Estado de sitio y existía una amplia represión contra las voces críticas. Desde entonces, la fundación ha logrado la libertad de más de un centenar de personas.
“Son malas noticias para quienes pretenden acallar nuestras voces”, comentó Fernando Rodríguez, integrante de la FCSPP, en la entrega del premio. La fundación dedicó este galardón a sus colegas y antiguos integrantes que fueron asesinados, desaparecidos o tuvieron que exiliarse. También a quienes están encerrados injustamente por defender sus ideales.
Por último, el Reconocimiento a toda una vida fue para el chocoano Marino Córdoba. Este líder social, que sufrió tres atentados entre 1997 y 2001, cuenta con una larga trayectoria en la defensa de los derechos de la población afrocolombiana. Hace 21 años, Córdoba le dio vida a Afrodes, una organización que brinda orientación y acompañamiento a la población afrocolombiana en situación de desplazamiento.
“(Los grupos étnicos) buscamos que vivir en el territorio que nos ha sido reconocido legalmente no se convierta en una sentencia de muerte. Nos preguntamos si como colombianos tenemos las mismas garantías o no”, reflexionó Córdoba acerca de la pobre defensa de los territorios por parte del Gobierno Nacional. Su crítica también se dirigió a la ineficiencia de las instituciones estatales para proteger a los líderes sociales y a los excombatientes de las antiguas Farc.
Desde la firma del Acuerdo de paz, de acuerdo con el contador de PACIFISTA!, han sido asesinados 342 líderes sociales, integrantes de Juntas de Acción Comunal, miembros de la Guardia Indígena, líderes campesinos, líderes ambientales, voceros estudiantiles, entre otros. Mientras tanto, el Gobierno Nacional afirma que sus muertes no son sistemáticas.
Pero al final del día, el mayor reconocimiento que pueden recibir todos y cada uno de los líderes y defensores que hay en Colombia es que los dejen ejercer su labor tranquilamente.