"En Colombia hay una intención honesta por acabar la guerra" | ¡PACIFISTA!
“En Colombia hay una intención honesta por acabar la guerra”
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“En Colombia hay una intención honesta por acabar la guerra”

Staff ¡Pacifista! - agosto 27, 2015

El filósofo Gilles Lipovetsky cree en que el individualismo no implica la falta de compromiso político y rechaza la nostalgia por las revoluciones violentas.

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Gilles Lipovetsky cree en las nuevas formas de compromiso político y rechaza la nostalgia por las revoluciones violentas. Piensa que el hombre tiende a volverse alérgico a la violencia de sangre y que cada vez menos gente está dispuesta a morir por una ideología. De hecho no cree que, como en otros tiempos, haya un debate entre grandes ideologías, sino que debemos aceptar que vivimos dentro de un sistema y tratar de cambiar cosas particulares que lo mejoren.

Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés, visitó Colombia en agosto y discutió algunos de los temas que atraviesan su obra. En una de sus conferencias, en la Biblioteca Luis Ángel Arango, habló del papel del individualismo en una sociedad en posconflicto. Rescatamos las ideas más importantes, a propósito de violencia física y simbólica, el conflicto entre el Estado y las Farc, la esperanza de paz y las nuevas formas de debatir ideologías.

1. Convivir con el sistema

Lipovetsky cree que las ideologías que movían el corazón se han aplacado. Y siente que debemos partir de la premisa de que no hay que morir por una gran revolución. Dice que hay que aceptar que vivimos en un sistema y buscar la forma de mejorarlo, no de destruirlo. Por eso piensa que la ideología de las Farc es arcaica, pero a pesar de eso siente como un gran avance que haya interés por la reconciliación.

2. Una revolución sin sangre

Debe quedar atrás la idea de una izquierda violenta. La revolución con sangre le ha hecho mucho daño a la sociedad, pero también a la idea de una izquierda inteligente. Hay que trabajar para quitar el estigma de que la izquierda o es violenta o gobierna mal. Una ideología de izquierda no debe aplicar “medidas mágicas” ni pretender que la redistribución es lo primero. Se necesita una izquierda que no satanice el capitalismo sino que ayude a mejorarlo en algunos puntos.

3. Una nueva forma de hacer política 

Como ya no cuajan las ideologías que promueven una revolución violenta, y como la gente ya no sacraliza el poder de la política tradicional, se configuran nuevas formas de compromiso político. Se toma la fuerza del pasado para construir un futuro nuevo. Esa es la idea de un conflicto creador. Además, Lipovetsky cree que las nuevas tecnologías son en gran medida el soporte de esas nuevas formas de compromiso.

4. El individualismo no es ‘apolítico’

Sobre el individualismo aclara que no es lo mismo que el egoísmo, como usualmente se cree. Dice que vivimos en una época de individualización, pero la entiende como una especie de despolitización. Estamos en un momento en que el hombre ya no se identifica con las grandes instituciones, como el Estado o la Iglesia, pero eso no quiere decir que no haya preocupación por la política y la sociedad. Sí hay preocupación moral en el individualismo, solo que sus focos son distintos y cambiantes.

5.  Una nueva democracia en Colombia

Colombia debe entrar en una etapa de normalización democrática. Eso implica, por un lado, que se acabe la violencia de sangre. Pero, por el otro, habla de la voluntad de cada persona para superar el conflicto. Y Lipovetsky ve en los colombianos una esperanza de posconflicto. Ve que hay una intención honesta por acabar la guerra de la mejor manera.

6. Los detractores juegan en favor de la paz 

Sobre los detractores de los diálogos de paz dijo que es inevitable que existan, pero que de ahí se debe resaltar el hecho de que se hable de paz. Hay que rescatar que las negociaciones con las Farc, ya sea a favor o en contra, generan un debate en toda la sociedad, y no es solo un discurso político.

7. La paz no es el fin de la violencia 

Finalmente, aclaró que el hecho de que la individualización suprima la violencia como una forma política legítima no quiere decir que se acaben todos los tipos de violencia. Esto, en referencia a que el conflicto armado no es el único conflicto que tiene el país, y que también hay que prestar atención al debate sobre otros conflictos aparentemente más pequeños.