¿Asumir el fracaso y desmontar el proyecto Hidroituango?
Día de protestas contra Hidroituango: ¿Asumir el fracaso y desmontar el proyecto? Foto: En Twitter-@CaracolRadio
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Día de protestas contra Hidroituango: ¿Asumir el fracaso y desmontar el proyecto?

Juan Pablo Sepúlveda - febrero 14, 2019

#Divergentes | Las organizaciones piden desmontar Hidroituango con urgencia. Mientras, los encargados de la obra no dan muestras de querer dar un paso atrás.

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Mientras usted lee este artículo hay personas dirigiéndose a distintas plazas del país para llevar a cabo una protesta. Aunque en los últimos meses hubo manifestaciones de sectores estudiantiles, económicas y gremiales, hoy hablamos de una por el medio ambiente, la naturaleza y en contra del proyecto Hidroituango.

Hidroituango está encima del Río Cauca, el segundo cuerpo hídrico más importante Colombia. Después del cierre transitorio de la compuerta 1 del megaproyecto y su posterior reapertura –una medida para darle continuidad al proyecto según la versión oficial–  el agua del río está alterada en su composición química: antes turbia ahora se ve cristalina. La razón de esto, como han explicado expertos consultados por ¡Pacifista!, es una pérdida de sedimentos cuya ausencia desemboca en una alteración a los ecosistemas. Ellos han hablado de la posible extinción de especies de animales y plantas, sin mencionar las afectaciones para los seres humanos que, en principio, iban a ser los beneficiarios de una obra que prometía una fuente de energía limpia y sostenible para 10 millones de colombianos.

Hoy la realidad es distinta y esa promesa inicial de beneficios ha pasado a una revisión constante de las organizaciones sociales empeñadas en ver la realidad de las comunidades más allá de los discursos oficiales. Por eso la consigna de Ríos Vivos (la organización que convocó la protesta de hoy) y de otros sectores sociales es clara: detener Hidroituango antes de que ocurra una catástrofe sin precedentes en el país. En sus pronunciamientos, los consonantes a las protestas han citado versiones que coinciden en que los daños de un desastre potencial causado por la presa –un riesgo que no ha dejad de existir en el último año– pueden ser peores que los de las tragedias de Mocoa o Armero.

Distintas especies de peces están teniendo que migrar a distintos cuerpos de agua porque su hábitat natural fue alterado por Hidroituango, Foto: cortesía.

 

Ríos Vivos convoca a una “movilización nacional en contra del proyecto Hidroituango y en apoyo a todos los afectados por la mega obra”. La organización denuncia “afectaciones socioambientales” y pide el desmantelamiento de la obra para minimizar riesgos.

Isabel Zueleta, vocera del movimiento Ríos Vivos Antioquia, nos explicó que desde el movimiento están “dispuestos a llegar a las más altas instancias internacionales. Pedimos primero evacuar las aguas represadas que representan una amenaza para las comunidades. Luego que se establezca la inviabilidad o viabilidad del proyecto, y por último que se desmantele de manera controlada”.

En la otra orilla se sitúa Federico Gutiérrez,  alcalde de Medellín, y por lo tanto gerente de las empresas públicas de esta ciudad (EPM) y del proyecto Hidroituango. Un año lleva Federico anunciando la activación de protocolos de emergencia, dando mensajes de tranquilidad y respondiendo en medios de comunicación por los posibles futuros del proyecto.

“Las prioridades siguen siendo las mismas”, dijo Federico Gutiérrez cuando le preguntaron en enero por el futuro de Hidroituango. El alcalde de Medellín se refería a que para EPM la prioridad será continuar con el proyecto a pesar de las advertencias. Foto: Twitter @BluMedellin.

 

Hidroituango, como hidroeléctrica, estaba planeada para estar funcionando desde diciembre del año pasado. Las lluvias, la inundación del cuarto de máquinas y la obligación de las comunidades de desplazarse retrasaron su inauguración. No obstante, en ninguna de las comunicaciones oficiales se ha contemplado una posible suspensión permanente o desmantelamiento del proyecto.

Recomendaciones de los gringos 

Aquí es cuando el hilo se enreda. Hay denuncias graves de lo que podrían ser faltas de “omisión” por parte de las autoridades colombianas ante la contingencia ambiental que vive el norte de Antioquia. Hidroituango viene en estudios, análisis y obras desde las épocas en que Álvaro Uribe fue gobernador y después presidente , y han sido varios los expertos nacionales e internacionales que han intervenido en la obra y han dado sus valoraciones.

Hidroituango lucía como un proyecto ambicioso, que prometía energía limpia y que aparentemente no le hacía daño a nadie. No obstante, el 29 de abril de 2018 se encendieron los primeros fuegos. El clima lluvioso ocasionó un represamiento de agua que puso en peligro a cualquier comunidad aguas abajo de la central de la hidroeléctrica.

Debido a esto, los ministerios de Defensa colombiano y estadounidense hicieron una alianza para buscar evitar daños futuros.

Un grupo de ingenieros del U.S Army Corp of Engineers (cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos) visitó la zona de influencia de Hidroituango para hacer un análisis de la contingencia medioambiental. Este análisis se hizo, se redactó y fue entregado a EPM y a las autoridades colombianas.

Este cuerpo de ingenieros norteamericano fue el mismo que se encargó de manejar el huracán Katrina cuando azotó las costas de Estados Unidos. En la investigación que le entregaron a las autoridades colombianas –y que no se hizo pública– recomendaban la suspensión total del proyecto.

En ese sentido, también existe el precedente del Tribunal Latinoamericano del Agua, que a finales del año pasado responsabilizó a EPM, a la gobernación de Antioquia y al Estado “por severos daños ocasionados por  Hidroituango y recomienda de manera urgente e imperiosa el desmantelamiento de la hidroeléctrica”. Dicho pronunciamiento fue  descartado por el actual gobernador. Luis Pérez, quien respondió que lo que expresado por el tribunal no tienen ninguna injerencia legal en el proyecto.

A estas versiones se han sumado voces como la del ingeniero y profesor ad honorem de la facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia José Hilario López, quien ha llamado la atención diciendo que si no se suspende el proyecto podría suceder “la segunda mayor catástrofe de la ingeniería en el mundo en toda su historia, después del accidente nuclear en Chérnobil”.

Incluso Carlos Negret, defensor del pueblo –y funcionario estatal–, advirtió que todas las comunidades aguas abajo de Hidroituango están en riesgo de que sus Derechos Humanos sean vulnerados, tanto por el éxodo masivo que la situación ha causado hasta ahora como por la emergencia que podría llegar a suceder. Por esto, Negret recomienda que se suspendan las actividades de las obras de Hidroituango.

El cauca ya no es ‘el mono’

“Lo mataron, al río lo mataron”. Estas fueron las palabras de ribereños del norte de Antioquia cuando Noticias 1 les preguntó por cómo veían al Cauca. Más allá de los cambios en las características del agua, el río –aguas abajo de Hidroituango– ha perdido además cinco metros de profundidad.

Además del impacto ambiental, hay otras razones que han llevado a cuestionar el proyecto. La Fiscalía, entre 2017 y mayo del año pasado y en la zona de influencia del proyecto, había exhumado 159 cadáveres presumiblemente víctimas del conflicto armado. Las peticiones de las organizaciones de víctimas, que denuncian la posibilidad de muchos más cuerpos  en el área han sido elevadas a organismos internaciones bajo el el precepto de que la memoria no puede ser inundada so pretexto del ‘desarrollo’. De hecho, en abril del año pasado y por esta razón, 25 miembros del Parlamento Europeo le enviaron al gobierno colombiano una petición para detener el proyecto hasta tanto se resolviera el problema de las víctimas.

Foto: Captura de pantalla de Noticias Caracol.

 

Para las organizaciones que llaman a la manifestación, estas de por sí ya son razones suficientes para asumir el fracaso de Hidroituango y reenfocar los esfuerzos a la protección de las comunidades afectadas, como por ejemplo las cerca de 3.000 personas que por el proyecto han tenido que desplazarse de sus territorios y reubicarse por razón del proyecto.