El arte que cuente "así quiero vivir yo", la apuesta de Peñalosa | ¡PACIFISTA!
El arte que cuente “así quiero vivir yo”, la apuesta de Peñalosa
Leer

El arte que cuente “así quiero vivir yo”, la apuesta de Peñalosa

Staff ¡Pacifista! - marzo 14, 2016

Nos encontramos con Juan Ángel, el director del Instituto Distrital de Artes de Bogotá. Esto fue lo que nos contó.

Compartir

POR DANIEL MONTOYA 

Juan Ángel, el nuevo director del Instituto Distrital de Artes (Idartes), es la ficha del alcalde Enrique Peñalosa para potenciar la cultura en Bogotá. Si no lo conoce aún por su trabajo en el Distrito, tal vez lo recuerde por su trabajo como actor.

Es productor, actor, director, guionista, y en 2008 empezó a trabajar en temas relacionados con desarrollo y cultura de la mano de la Fundación Avina. Es la primera vez que desempeña un cargo público, pero tiene más de 30 años trabajando en diferentes espacios culturales en la capital.

Con tres meses en el mandato, hablamos con Juan Ángel de los retos de la nueva administración, de cine, de los grafitis, del papel de la Cinemateca Distrital en la memoria y mucho más. Esto fue lo que nos contó:

Foto: Idartes.
Foto: Idartes.

 

¿Por qué Idartes estuvo en el Festival Internacional de Cine de Cartagena?

Dentro de unos años vamos a crear una cinemateca especial; un espacio de unos 7000 metros dedicado al cine en Bogotá. Estoy empezando a hacer una ruta en donde le estoy preguntando a la industria y a los jóvenes “¿qué es la cinemateca del siglo XXI?”, porque en el siglo XX era otra.

¿Cómo juntar cine y memoria a través de los programas de la Alcaldía?

La Cinemateca Distrital tiene un proyecto llamado La cinemateca rodante que busca enseñar lenguaje audiovisual en diferentes barrios de Bogotá. Esperamos que con ese programa aparezca la memoria del conflicto armado donde debe aparecer: en la historia que cuenta la gente, en la narrativa personal, en el uso de una herramienta audiovisual para narrar la historia del conflicto que cada uno ha vivido y como cada uno lo percibe.

¿Qué responsabilidad tiene el arte en los procesos de memoria?

Si el arte asume su responsabilidad en la sociedad, que es evocar emociones importantes, debemos dejar que cada uno diga qué es lo que quiere para la sociedad. Si yo pudiera compraría el arte que me cuenta un mejor país, que me habla de una mejor sociedad. Creo más en la construcción de un sueño de sociedad, en la poesía, en la literatura y en el cine que me dice “así quiero vivir yo”, que en el tremendista que dice “mira lo mal que vivimos”.

¿Cuál el es plan de Idartes para evitar la violencia en la ciudad desde la cultura?

Queremos hacer una transformación del proyecto distrital. Hay una transición y eso es parte de la democracia. Primero, tanto la Secretaria de Cultura como yo, no vemos la cultura como una cerecita que se le pone a la sociedad. No es un “mira qué bonita que está esta ciudad y con esta cerecita se va a ver todavía más bonita”.

Estamos trabajando en un proceso para articular los barrios y participar en recuperación de parques junto con el Instituto Distrital de Recreación y Deportes (IDRD) y la Secretaria de Seguridad. Buscamos que en sitios donde hoy hay narcotráfico y violencia, la sociedad se transforme a partir de procesos culturales y artísticos como Hip Hop al Parque.

Otro punto es el proceso de alistamiento en el que nos estamos preparando, desde la cultura, para recibir el fin del proceso de paz con las Farc en la ciudad.

Por último, los dos proyectos más lindos, la joya de la corona de Idartes: el proyecto Clan (Centro local de artes para la niñez y la juventud) y Tejedores de Vida. Lo que se busca es que se incentive el arte desde temprana edad.

¿Cuáles son los barrios a priorizar para poner en marcha “la joya de la corona”?

Están todavía por definir.

Uno de los planes para disminuir la violencia en la ciudad según usted es un alistamiento para la eventual firma de un proceso de paz con las Farc. ¿Qué papel tiene Idartes de aquí a la firma en La Habana?

Idartes debe contribuir con lo que le corresponde. Nosotros tenemos las organizaciones que pueden ayudar a pensar la paz de mejor manera. El sueño de la paz es una idea de país, y esa historia la pueden contar los artistas mejor que nadie. No sirve de nada un memorial con 80 frases subordinadas que explican que “en tal esquina, en una tarde triste, fue asesinada la persona de la que estamos hablando”. Eso no tiene ningún sentido para la memoria. Pero una linda historia que dice que “en tal esquina mataron a Pedro y era padre de alguien”, puede emocionar más y darnos mejor consciencia. Ese es el rol de los artistas.

Entraremos en su momento a contribuir con los artistas bogotanos para escuchar al país. Para darle esa justicia poética a la que tenemos que hacer referencia cuando narramos.

La Alcaldía habla de que hay que recuperar Bogotá y usted me cuenta que van a intervenir en la recuperación de los parques, ¿cómo plantea Idartes la apropiación del espacio público?  

El alcalde Peñalosa tiene una apuesta muy fuerte sobre el uso del espacio por todos.

Por ejemplo, en el parque El Virrey, donde estaba planeada una avenida, él propuso un parque lineal; el uso de andenes donde antes eran parqueaderos, como la avenida 15; o la no utilización del espacio público para hacer comercio y mafia. Porque en la 72 no había solo un problema de gente pobre trabajando. Había gente que tenía que pagar 2 o 3 millones de pesos para tener su venta. Ahí hay una recuperación del espacio público.

Hay una parte estética de cuidad y control del espacio público. La limpieza de afiches y de grafiti invasivo, vandálico, resulta una responsabilidad que el Estado debe cuidar. El lugar donde vivimos tiene que verse bonito, agradable y transparente.

(Vea también: Las discusiones que no se han dado sobre el grafiti en Bogotá)

¿Qué grafiti o afiche no es vandálico? 

Un afiche puesto en un lugar autorizado no sería vandálico. Pero en cualquier poste, en cualquier pared, en cualquier puente, es un abuso porque no pagan impuestos, mientras que otros en vayas pagan impuestos y costos y cuidan la ciudad.

En el grafiti el debate es más complicado. Primero porque la idea no es permitir que cualquier persona con su firmita vaya rayándole la pared a todo el mundo. Eso es vandálico. Ahí hay un plan del rebelde para deteriorar el espacio público en exceso. La ciudad se ve fea y la gente empieza a decir “esta ciudad es peligrosa”.

Para integrar ese deseo de pintar las paredes sí se pueden programar algunos lugares donde el grafiti sí esté permitido, y hasta se fomente la pintura mural.