#OPINIÓN | Los medios de comunicación deben abandonar dinámicas dañinas al debate público sobre política de drogas y adoptar una forma coherente y responsable de difundir información.
Por: Adriana Muro*
El escenario de posacuerdo con las Farc ha permitido girar la vista a los efectos que ha tenido la política prohibicionista en Colombia, que durante décadas se difuminó entre las dinámicas propias del conflicto e invisibilizó los impactos de la misma, todo en contra de los derechos de las personas.
Pero este giro parece tenue frente al discurso del gobierno nacional que apuesta por trasladar el enfoque bélico a la “lucha contra el narcotráfico” e insistir en políticas inefectivas como la fumigación de cultivos declarados ilícitos con glifosato, la erradicación forzada antes que la sustitución de cultivos (prevista en los Acuerdos de paz), el rechazo frente al uso de drogas, la criminalización administrativa en contra de consumidores y la estigmatización de las víctimas de la violencia al vincularlas en automático con el narcotráfico. La coyuntura actual abre una puerta para cuestionar el discurso oficial y apostar por brindar a la opinión pública un mensaje distinto al de la guerra, desde la evidencia y el enfoque de derechos.
Para aprovechar esta oportunidad, los medios de comunicación (masivos, de nicho, alternativos, comunitarios, entre otros) y el periodismo en general juegan un papel fundamental para impulsar otras formas de entender el mercado de las drogas y exigir nuevas formas de atender la política en la materia, dejando atrás mensajes que reducen los problemas del país a hectáreas de cultivos de hoja de coca y a las drogas como el “enemigo público” a vencer.
Sumarse a contrarrestar el mensaje de la prohibición conlleva, sin duda, una decisión política de quienes dirigen las carreras de periodismo y afines, de los directores y editores de medios y de demás personas vinculadas al periodismo. Desintoxicar las narrativas de desinformación: evitar caer en lugares comunes, racismo, criminalización de la pobreza y estigmatización a la hora de informar; y, sobre todo, cuestionar las políticas gubernamentales que “narcotizan” la agenda e impiden ver con objetividad el alcance del mercado declarado ilícito y su relación con las violencias que enfrenta el país.
Desde Elementa DDHH consideramos esta apuesta como una contribución clave desde los medios de comunicación para contribuir a la garantía del derecho a la información, como herramienta fundamental para ejercer ciudadanía, exigir la rendición de cuentas a la institucionalidad e impedir que nos mantengamos en una guerra sin fin. Como primer paso para volver realidad este aporte, proponemos dejar atrás dinámicas dañinas al debate público sobre política de drogas y sugerir una forma coherente y responsable de difundir información en los países productores y afectados por la guerra contra las drogas.
Sabemos que construir un nuevo mensaje no es tarea fácil. La política de drogas es una temática compleja que borda distintas disciplinas que, en muchas ocasiones, se queda en discursos académicos que dificultan construir un discurso democrático que llegue a los distintos sectores de la opinión pública. Somos conscientes de las dinámicas de los medios, que siguen contra reloj la coyuntura del día a día. Por eso decidimos construir ‘Desintoxicando narrativas: kit de herramientas para garantizar el derecho a la información en política de drogas’, un proyecto que busca brindar de forma creativa herramientas de contexto sobre la variedad de temáticas que giran en torno a la política de drogas en Colombia y herramientas prácticas que incluyen recomendaciones generales, consejos para una narración libre de prejuicios, solicitar datos y entender las dinámicas internacionales del sistema de fiscalización de drogas.
Además, con el kit hacemos un esfuerzo por mostrar, de forma sencilla, la fotografía de la normativa vigente sobre drogas. El kit también incorpora recomendaciones específicas para escribir e ilustrar con responsabilidad y la relevancia que tienen las historias de vida de quienes hacen parte de los eslabones más expuestos del mercado declarado ilícito.
Vienen debates nunca antes vistos en Colombia frente a la política de drogas en el poder legislativo. Hay proyectos de ley para prohibir el glifosato, para regular el cannabis de uso adulto y la hoja de coca y sus derivados. A la par, existen grandes retos en materia de seguridad frente al narcotráfico y su presencia en distintas zonas del país para prevenir graves violaciones a derechos humanos y garantizar el desarrollo de las comunidades campesinas, afros e indígenas. Esperamos que, de cara a dicha coyuntura, este kit empuje el inicio de una nueva forma de informar y narrar de forma más responsable y humana sobre política de drogas y, por qué no, de impulsar escenarios más allá de la guerra y la prohibición. La invitación está abierta.
Aquí pueden ver y descargar el kit completo:
Desintoxicando Narrativas -… by Juan Pacifico
*Adriana es la directora ejecutiva de Elementa DDHH.