Alberto Román Acosta y Eugenio Rentería Martínez murieron en el Valle del Cauca y Chocó, respectivamente.
Desde hace 4 meses no reportábamos un fin de semana negro para los líderes sociales en el país. A finales de marzo, un defensor de Derechos Humanos en Bello, Antioquia, y dos sindicalistas en Mesetas, Meta, fueron asesinados por encapuchados, que les dispararon en varias ocasiones y huyeron.
El fin de semana pasado, la tragedia volvió a ocurrir.
El sábado primero de julio, a las 11 de la mañana, Alberto Román Acosta estaba en la cancha de fútbol La Saga del barrio Santa Bárbara en el municipio de Cerrito, en el Valle del Cauca. Acompañaba a su hijo a un partido, cuando dos personas se le acercaron. Se bajaron de una moto y, sin decirle nada, le dispararon.
Acosta, que durante años fue el presidente de Sintrainagro (la asociación sindical que reúne a la mayoría de corteros de caña en este municipio) fue trasladado al hospital San Rafael de este municipio, donde falleció. Además, otra persona resultó herida en el atentado. Según el director de la Policía, general Jorge Nieto, “ya fueron capturados los responsables de este hecho”.
A través de un comunicado de prensa, la ministra del Trabajo Griselda Janeth Restrepo Gallego rechazó el crimen y señaló que “estas acciones criminales ensombrecen el clima de concordia y consenso social que debe primar en esta nueva etapa de posconflicto”.
Dos días más tarde, en el sector El Caraño de Quibdó, en Chocó, Eugenio Rentería Martínez fue encontrado sin vida “con signos de violencia como golpes contundentes y heridas de arma blanca” según reportó RCN radio. Rentería participó activamente en los paros cívicos de agosto de 2016 y mayo de 2017, que terminaron con acuerdos con el gobierno en los que, por ejemplo, el municipio de Belén de Bajirá pasó ser parte del departamento de Chocó.
Aristides Valenzuela, coordinador de Movilidad del Comité Cívico por la Salvación del Chocó dijo a una radio local que “había muchos intereses en contra de este paro, así que no descartamos que (el crimen) haya sido una retaliación por la participación del joven en él”.
“El Colombianito”, como era conocido Rentería en la comunidad, tenía 27 años.