Quienes están a favor y en contra de los acuerdos de La Habana expusieron sus argumentos en la Universidad del Rosario.
- Imagen: Universidad del Rosario
Ya con las condiciones que la Corte Constitucional le puso al plebiscito por la paz, en el que los colombianos aprobarán o rechazarán los acuerdos de La Habana, varias personalidades de la política se reunieron en la Universidad del Rosario, de Bogotá, para defender sus posturas por el “Sí” o por el “No”.
La campaña podrá arrancar cuando el Gobierno y las Farc firmen el acuerdo final y el Congreso apruebe la solicitud del presidente Juan Manuel Santos de convocar a las urnas, pero los partidos políticos ya definieron sus cartas y se mueven en distintos frentes para convencer a los electores de respaldar o frenar la implementación de lo pactado en Cuba. El evento del Rosario fue uno de los primeros escenarios de ese pulso.
El Gobierno quiere sacar la imagen del Presidente de la discusión
Allí estuvo el expresidente César Gaviria, encargado de liderar la campaña gubernamental por el “Sí”. Cuestionado por cómo convencerá a los ciudadanos de aprobar un acuerdo firmado por un “presidente impopular”, Gaviria respondió que “el plebiscito no es de Santos, sino de todos los colombianos”. En ese sentido, dijo que la gente debe diferenciar el respaldo a los acuerdos del respaldo a la gestión presidencial.
En la misma línea estuvo la ministra de Trabajo, Clara López. López recordó que, a pesar de los costos políticos que tuvo que asumir, apoyó a Santos en la campaña presidencial de 2014 con el fin de “salvar el proceso de paz”. En su opinión, “el plebiscito es la oportunidad para que cada uno de nosotros ejerza su poder de elección, se apropie de los acuerdos y tome la decisión más importante que vamos a tener en nuestras manos en muchos años”.
La ministra aseguró que, de ganar el “Sí”, el país podría dedicarse a lograr consensos que permitan “superar la desigualdad económica y la exclusión política, que le dieron sustento y cauce al alzamiento de los insurgentes”. Agregó que “al proscribir el uso de la fuerza y de las armas como mecanismo para realizar los cambios, tenemos que hacer votos por una profundización real de la democracia” que permita desconcentrar “el poder del sistema económico” y reducir los niveles de impunidad y corrupción.
El uribismo va por el “No” y se aferra a la tesis de que es posible renegociar
En el evento también intervino el excandidato vicepresidencial Carlos Holmes Trujillo, uno de los tres elegidos por el Centro Democrático para liderar la campaña por el “No”. Trujillo insistió en la tesis del uribismo según la cual, si gana el “No”, será posible renegociar los acuerdos de La Habana para modificar asuntos relacionados con la justicia transicional, la lucha contra las drogas y el desarrollo rural, entre otros.
Sobre ese último acuerdo, que incluye el impulso de la economía campesina y la mejora de la infraestructura para las familias pobres del campo, Trujillo dijo que “un modelo que se basa en los subsidios, privilegia la pequeña unidad de producción y supone que el Estado puede hacerlo todo, creándole nuevas obligaciones al fisco nacional, va en contravía de la innovación, la competitividad y la economía digital”, aunque no explicó por qué.
En cuanto al acuerdo de drogas, que contempla la judicialización de los eslabones superiores de la cadena y programas sociales para los pequeños cultivadores, el excandidato opinó que “debilita el hecho de haber logrado la aceptación por parte de la comunidad internacional del enfoque integral en la lucha contra el problema de la droga”.
Por esas y otras razones, Trujillo declaró que es necesario votar “No” y que hacerlo significa “darle un mandato al Presidente para que renegocie los acuerdos”.
El papel clave del Procurador
El procurador, Alejandro Ordóñez, dijo que el Congreso podrá modificar el acuerdo final al que lleguen el Gobierno y las Farc gracias a los límites que la Corte le puso al plebiscito. Sin embargo, la misma Corte, en su sentencia sobre ese mecanismo de participación, le prohibió a Ordóñez y a todos los funcionarios del Ministerio Público participar en la campaña del plebiscito, debido a su función, que será “vigilar, investigar y sancionar las faltas disciplinarias o el uso inadecuado de los recursos públicos que pueda darse en el marco del desarrollo de las campañas”.
Es por ese motivo que el Procurador no pudo expresar sus posturas políticas durante el foro, aunque sí declaró que, con el plebiscito, “Colombia se está jugando el desarrollo de su vida democrática por tres o cuatro décadas. Lo que se acuerde con las Farc, sea bueno, malo, regular, malo o malísimo, regirá la vida política, económica y social del país”.
En su opinión, “la decisión que deben tomar los colombianos no sólo debe ser consciente e informada, sino también responsable”. Insistió en que “los ciudadanos deben devorar, estudiar a fondo los acuerdos y preguntarse por las consecuencias de su voto”. Ordóñez también le recordó al Gobierno que debe separar las piezas informativas de las publicitarias durante la contienda y que “la legitimidad del resultado del plebiscito dependerá del respeto a las reglas” que puso la Corte.
El oficialismo niega una ‘renegociación’ y el conservatismo espera por un acuerdo final
En contravía de Holmes Trujillo y del Procurador, el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, declaró que “es una mentira que se puedan renegociar los acuerdos”. Según él, “ya no hay tiempo para buscar otros acuerdos. El país está agotado de una negociación tan extensa; este es el mejor acuerdo posible y el que hay que votar”. El expresidente Gaviria también declaró que no habrá renegociación y que si el “No” resulta victorioso “los guerrilleros se van al monte, y no creo que se vayan a hacer picnic”.
Lizcano, cuyo padre pasó ocho años secuestrado por las Farc, opinó que muchos de los bogotanos que se oponen a la implementación de los acuerdos alcanzados en Cuba “no han vivido los rigores de la guerra. Entonces lo que proponen es un debate conceptual, de periódico, pero la verdad es que la paz va más allá de esos conceptos; es la posibilidad de que mis hijos no vivan lo que yo tuve que vivir”. Asimismo, señaló que “decirle ‘Sí’ al plebiscito es decirle adiós a las Farc”.
La única que no expresó una postura definitiva fue la excandidata presidencial por el conservatismo Marta Lucía Ramírez, quien aseguró que, al igual que su partido, está a la espera de conocer el acuerdo final para tomar una posición a favor o en contra.
Sin embargo, dijo que esa decisión podría estar condicionada a que la mesa de conversaciones acoja algunas de sus propuestas, tales como que las Farc paguen sus condenas en “colonias penales agrícolas”, que la participación política de los excombatientes esté condicionada a la superación de un “periodo de prueba” de cinco años, y que el Gobierno promueva un “pacto” con empresarios, sindicatos, partidos políticos, jóvenes y academia para que se garantice la participación de la sociedad civil en la implementación de los acuerdos.