Iba a completar el cuarto mes como autoridad cuando, el martes 20 de abril de 2021, fue asesinada con sevicia. Su muerte la llora no solo su comunidad, sino también quienes intentan hacer del Cauca un departamento en paz.
“Todas y todos de pie a acompañar en el territorio de Sa’th Tama Kiwe (municipio de Caldono). No es contra una indígena en un lugar del Cauca, es contra todas las mujeres y la vida en toda Colombia y más allá. Es fascismo, venga de donde venga y es el enemigo de la vida. Hay que levantarse y resistir. Ya es tarde. Ya está muerta ella también”, escribió con dolor el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), en una publicación en su cuenta de Instagram.
Sandra Liliana Peña Chocué tenía dos hijas, una de 14 y la otra de 5 –huérfanas ahora–. Vivía con ellas, con su padre y una hermana. Desde pequeña se caracterizó por su templanza y liderazgo. En sus últimos días fue gobernadora del Resguardo de La Laguna Siberia, en Sa’th Tama Kiwe (municipio Caldono, Cauca).
Con la voz entrecortada y con pausas recurrentes, Alfonso Díaz, quien fue gobernador Nasa del Resguardo San Lorenzo (Caldono, Cauca) entre 2019 y 2020, le contó a PACIFISTA!, que la gobernadora y él eran muy amigos desde el colegio, donde empezó a dar sus primeros pasos como lideresa, animando a los estudiantes, en especial a las mujeres, para que no abandonaran el estudio:
–Aquí necesitamos gente capaz de luchar, no solamente hombres, sino mujeres capaces de defender la vida y la dignidad– recordó Díaz, que ella decía.
Relató, también, que vivió una infancia difícil rodeada de violencia y, aun así, “su alegría nunca cambió”. Además, la definió como una mujer de carácter fuerte, que le ‘cantaba la tabla’ a todo el que no hiciera bien su trabajo y siempre estaba presta a exponer sus puntos de vista.
Durante 2019 y 2020, Peña Chocué fue coordinadora local de educación en diferentes veredas del municipio. Con esa labor se ganó el cariño de la comunidad y, a partir de ahí, fue nombrada, para 2021, como gobernadora y autoridad en su resguardo.
Pero tener la determinación que la caracterizaba es peligroso en un municipio como Caldono. La Defensoría del Pueblo, en la alerta temprana 040 de 2020, había advertido sobre la situación especial de riesgo en la que estaban las Autoridades Indígenas de Sa’th Tama Kiwe, y “como un sector poblacional fuertemente afectado por la violencia basada en género se encuentran las mujeres de la zona rural”.
La entidad también alertó sobre la presencia y el control que ejercía la Columna Móvil Dagoberto Ramos, disidente de las Farc, en Caldono y la posible llegada de una Segunda Marquetalia (comandada por Iván Márquez), lo que podría generar enfrentamientos por el territorio. Ese riesgo de confrontación, advertía la Defensoría, estaba ligado a las rutas para el tránsito de armas y personal, y para el tráfico de hojas de coca, de marihuana y de material para los laboratorios de procesamiento de la pasta base de la cocaína.
“El control territorial legítimamente ejercido por las autoridades tradicionales en el marco del gobierno propio, mediante sus guardias indígenas con el respaldo de las comunidades, vienen realizando capturas, incautaciones y demás acciones para contrarrestar el avance de los grupos armados ilegales y sus mecanismos de financiación (lo que) incrementa los riesgos para las comunidades, que constantemente se exponen y son amenazadas por los ilegales”, enfatizó la Defensoría.
Lo que estaba contenido en esa advertencia, se materializó. El exgobernador Díaz contó que la Columna Dagoberto Ramos y la Segunda Marquetalia incentivan la siembra de coca en la zona y que estos dos “no se pueden ver”, uno porque no dejó las armas y el otro porque las dejó, pero se arrepintió; y que, “en medio de eso, estamos las autoridades con la comunidad, en el marco del ejercicio de controlar nuestro territorio”.
Aida Quilcué, consejera de derechos humanos y lideresa histórica del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), en entrevista con este medio dijo que en Caldono las autoridades indígenas decidieron actuar con contundencia contra el “uso excesivo de la planta sagrada de la marihuana y la coca”, especialmente, contra su uso ilícito. “Habían decidido que en el territorio no podría haber esa extensión de cultivos y, por eso, decidieron erradicar. Eso fue lo que llevó a que la asesinaran”.
Una de las personas que con más firmeza acompañó la decisión de ir reduciendo los cultivos de uso ilícito fue la gobernadora Peña. El pasado 19 de marzo, bajo su liderazgo, la comunidad hizo una jornada de erradicación de cultivos de coca en la vereda Salinas. Las autoridades indígenas calculan que ese día tumbaron 24.000 arbustos, lo que significa arrancar matas en unas 14 hectáreas.
Un dolor en el que se unen quienes luchan por la paz
“Estamos muy dolidos por la mujer indígena, la mujer Nasa y la autoridad. Han tocado el corazón y las venas de todo un territorio. Sandra Liliana era una mujer Nasa con mucho carácter, tenía mucha firmeza. Una mujer que tomaba decisiones y actuaba”, manifestó Quilcué. El exgobernador Díaz, también adolorido, pidió que sus palabras fueran citadas en este artículo como una muestra del ejemplo que dejó Peña: “Tenemos que decir la verdad y si por decirla siguen las amenazas, pues ¿qué más vamos a hacer? Si Liliana fue valiente, nosotros también tenemos que hacer lo mismo”.
A ellos dos se sumó Jean Carlo Moreno, excomandante de las Farc en Cauca y actualmente líder de la Cooperativa Multiactiva de Común Esperanza del Pueblo; organización que, desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, trabaja de la mano con los gobernadores de las seis Autoridades Indígenas de Caldono, de los Resguardos de: La Laguna Siberia, San Lorenzo de Caldono, Pueblo Nuevo, Pioya, Las Mercedes y La Aguada.
El líder dijo a PACIFISTA! que él había conocido a una mujer humilde, abierta al diálogo, con una gran experiencia y capacidad de escuchar y de interpretar los procesos y las conversaciones con otras personas.“Caldono está de luto, está llorando una gran mujer, una gran líder, una persona que tenía un compromiso con su comunidad, con el territorio, porque todos sus esfuerzos estaban direccionados a que este municipio fuera un territorio de paz, sin violencia y sin cultivos de uso ilícito. Es muy triste, no tengo palabras para describir la pérdida para Caldono y la comunidad Nasa”, enfatizó Moreno.
Más de 19.900 combatientes de las Farc dejaron las armas luego de la firma del Acuerdo de Paz, según datos de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN). Para entonces, autoridades indígenas del Cauca, en una muestra de humildad, valentía y perdón, ofrecieron los resguardos Pueblo Nuevo, Caldono y San Lorenzo de Caldono (del municipio Caldono) y Tumburao (del municipio Silvia), para instalar una Zona Veredal Transitoria de Normalización, donde algunos guerrilleros se concentraron, dejaron las armas y se reincorporaron.
El 11 de diciembre del 2017, fundaron la cooperativa de excombatientes, liderada por Moreno, y con la que se articulaba la gobernadora Peña. “Hoy estamos aquí por petición de los Resguardos Indígenas. Y estamos aquí bajo el amparo y bajo el liderazgo de gobernadores y gobernadoras que le apuestan a un proceso de reincorporación colectiva y a una construcción de paz en el territorio de manera sostenida”, dijo el líder excombatiente.
“Si nos toca tapar la Panamericana un año, la vamos a tapar. ¡Ya nos sacaron la puta piedra y aquí es peleando! Eso no es que vamos a ir en vías legales, en vías de conversa como la novia y el novio, ¡no señor! (…) Yo invito a los jóvenes con mucha fuerza en esto, porque ahora sí, ya tocaron a las mujeres y tocan a las mujeres es como tocar a toda la familia”: Blanca Andrade, lideresa Paéz, en vídeo.
A pesar del gesto de las autoridades indígenas y de la advertencia de la Defensoría, el Estado ha sido incapaz de ofrecer garantías para la vida de los pueblos indígenas en Caldono. Al asesinato de la gobernadora se suma el del excombatiente Hernando Ramos Menza, el 6 de noviembre de 2020, crimen que fue esclarecido por las autoridades ancestrales en 19 días.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reveló esta semana que registró 904 asesinatos de defensores de derechos humanos y líderes sociales, entre el 1 de diciembre de 2016 y el 31 de diciembre de 2020. “Cerca de la mitad eran agentes activos en tareas de materialización del Acuerdo Final en distintas regiones y comunidades”, enfatizó el presidente de ese tribunal de paz, Eduardo Cifuentes.
Asesinato cantado
Apelando a su gobierno propio y, en medio de la falta de políticas sociales del Estado, la gobernadora Sandra Liliana Peña trabajaba por la vida digna de las suyas y los suyos. Pero el pasado martes 20 de abril de 2021, por ese ejercicio, fue asesinada.
Peña había recibido amenazas de muerte, pero eso no le importó. Según la consejera del CRIC, “era una mujer muy arriesgada, decía que no necesitaba protección”. Incluso, cuando la Guardia Indígena le dijo que la iba a acompañar, ella se negó. El exgobernador Díaz dijo que es “por el tema del control territorial que todos los gobernadores terminamos siendo amenazados y hoy asesinados”.
Entre rabia y dolor, Quilcué aseguró que las amenazas fueron denunciadas ante el Gobierno Nacional, pero que no hubo garantías, “como las garantías que hoy pedimos para las otras autoridades que están en riesgo inminente” y a los que ojalá no les pase lo mismo. Agregó que el problema es que la Fuerza Pública no es la garantía de seguridad en esos territorios, porque estaban cerca de “donde asesinaron a la mayora (Sandra Liliana). Y así ha ocurrido en el norte del Cauca, matan a muchos defensores cerca de la Fuerza Pública, y siempre nos preguntamos: ‘¿qué está haciendo la Fuerza Pública para evitar este tipo de muertes? ¿a quién está cuidando?’. Por eso, rechazamos también estos actos de violencia y esta irresponsabilidad del Gobierno colombiano”.
Y Moreno, con profundo dolor, envió un mensaje al país:
“El Gobierno, sin duda, es responsable, y el llamado más grande es a que asuma la responsabilidad, pero creo que hay un país que se está haciendo ignorante, que está siendo ciego y sordo a una situación de estas tan complejas, que es la pérdida de líderes y lideresas sociales, y, especialmente, de mujeres con tanto compromiso de territorio, de comunidad, como lo era la señora gobernadora. No podemos seguir poniendo más muertos. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a seguir bajo esta horrible noche de enterrar y desenterrar personas, de sacrificar conocimientos y de sacrificar vidas tan importantes para las comunidades y los territorios?”.
“Fuera de la gobernadora, más o menos 12 jóvenes de la comunidad han sido asesinados en estas zonas cocaleras y luego han venido entrando en nuestra comunidad, pero ya en ataúd”: Alfonso Díaz, exgobernador Resguardo de San Lorenzo.
Sandra Liliana iba en moto, a las siete de la mañana, con un comunero (en la clínica en este momento) hacia la oficina del resguardo cuando cuatro hombres, también en moto, les dispararon. A la gobernadora le destruyeron el rostro, el tiro definitivo fue en la frente. Aún se desconocen los autores, pero lo que sí se sabe es que después de su muerte, se escuchó la celebración con pólvora en una vereda cercana.
El legado de la gobernadora
De Peña Chocué “aún tenemos vivo el recuerdo de su coraje y pasión por la paz”, manifestó la Comisión de la Verdad en un comunicado oficial en el que hace un llamado al Estado, a los organismos de seguridad y a la sociedad a “despertar ante lo intolerable de este crimen atroz que sentimos tan cerca y al que se suman muchos otros en el Cauca y en todo el país para acrecentar la incertidumbre de millones de víctimas del conflicto armado”.
“Rechazar la presencia de actores armados al servicio del narcotráfico, el incremento de cultivos de uso ilícito, y su enérgica posición por el fortalecimiento cultural y rescate de los saberes del Pueblo Nasa, fueron de las últimas manifestaciones públicas realizadas por la gobernadora Sandra Liliana Peña Chocué”, dijo el día del asesinato el CRIC en un comunicado.
Sobre la gobernadora y el trabajo conjunto que estaba haciendo con la cooperativa de excombatientes, Moreno dijo que el mejor homenaje que le podían hacer era continuar fortaleciendo lo que venían haciendo; que iban a “revivir esa esperanza que ella tenía” y la iban a levantar “lo más alto posible”. Según él, ya hay una manifestación muy clara de las seis autoridades con la que se sienten completamente identificados:
–Vamos a mantener el proceso. Vamos a fortalecer el proceso territorial. Vamos a fortalecer la autonomía territorial.
La implementación integral del Acuerdo de Paz en Caldono no da espera, pero los sectores que Peña juntó con su liderazgo seguirán luchando por él y por el compromiso con la vida. Moreno aseguró que en los miembros de la cooperativa vivirán las enseñanzas de la gobernadora, que pasan por escuchar, dialogar, intercambiar, proyectarse y por ver el territorio como un espacio en donde emana la vida. “Su gran apuesta (la de Liliana) era ver un Caldono floreciente, lleno de paz, de felicidad y de tranquilidad”, concluyó.
“Yo tengo mucha confianza. Sé que ahora la orientación de ella va a ser desde la espiritualidad, para nosotros, los que quedamos aquí en esta tierra”: Alfonso Díaz, exgobernador Resguardo de San Lorenzo.
A María Camila la pueden leer acá.