¿A quién cree que le van los votos que Viviane Morales tenga el domingo? | ¡PACIFISTA!
¿A quién cree que le van los votos que Viviane Morales tenga el domingo?
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¿A quién cree que le van los votos que Viviane Morales tenga el domingo?

Colaborador ¡Pacifista! - junio 24, 2018

Aunque los votos que tenga Viviane Morales serán contabilizados, mucho se ha especulado con su destino.  Por: Juan Sebastián Jiménez

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Foto: Registraduría

El pasado 2 de mayo, Viviane Morales renunció a sus aspiraciones de llegar a la Casa de Nariño y el 4 de mayo se adhirió a la campaña de Iván Duque. “Les pido de todo corazón que en un acto de responsabilidad urgente con nuestra nación y con nuestro pueblo, votemos el próximo domingo por Iván Duque”, dice la exfiscal general en un video que colgó en su página de Twitter, el pasado 21 de mayo. El problema es que Morales renunció por fuera de los términos y así no lo quiera sigue siendo candidata y su rostro y el de su fórmula vicepresidencial, Jorge Leyva Durán –quien anunció su apoyo al exvicepresidente Germán Vargas Lleras– saldrán en el tarjetón.

La pregunta es qué pasará con los votos de quienes por despistados o porque se les dio la gana voten por la exfiscal general y si, eventualmente, el Centro Democrático y Duque, podrían reclamar como suyos estos votos.

Varias fuentes le explicaron a ¡Pacifista! que no: “Si votan por ella, el voto se pierde, ya que cuando se adhirió ya no se podía modificar la tarjeta electoral”, nos dijo el exregistrador Carlos Ariel Sánchez. Camilo Mancera, de la Misión de Observación Electoral, puntualizó que los votos por Morales serán tenidos “en cuenta como válidos pero no se le suman a ningún candidato. Ni a Duque ni a nadie”. Lo mismo dijo una fuente de la Registraduría. “Los votos de Viviane se cuentan, pero el valor legal lo define el Consejo Nacional Electoral”.

Esta entidad, de acuerdo con un magistrado consultado, prepara una circular para explicar qué hacer con los votos de Morales. No obstante, el magistrado asegura que, sea como sea, estos votos van a ser contados, pero no van a ser vinculantes. Hasta este momento la mentada circular no ha sido expedida.

No obstante, en esta tierra donde la realidad supera a la ficción y en la que, si es necesario, se vota en fotocopias, puede pasar, por ejemplo, que alguien tache en el tarjetón a Morales y a Duque.

¡Pacifista! preguntó qué pasaría en ese caso y si el uribismo podría adjudicarse esos votos. La respuesta es no: el voto, en ese caso, sería considerado nulo porque la voluntad del elector no quedaría clara, como lo exige la norma. “Si tacha a Morales y a Duque, el voto se tendrá como nulo pues no es clara la voluntad del votante (…) el Código Electoral es el que establece que debe quedar manifiesta la voluntad del votante”, sostuvo Camilo Mancera. Así que sí, ahora más que nunca al Centro Democrático Viviane le parece intachable.

Pero no hay que descartar que, de quedar a pocos votos de ganar en primera vuelta, Duque pelee esos votos. No hay que olvidar que, por ejemplo, el No ganó por escasos 60 mil. En elecciones cerradas cada voto cuenta y, en el caso de Viviane Morales, su caudal electoral es de por lo menos 53 mil sufragios que fue los que obtuvo para ser elegida senadora en 2014 y puede ser mayor si convence a otros cristianos de votar por Duque, aunque, en general, las encuestas le daban hasta su renuncia entre el 2 y el 3 por ciento de intención de voto.

Puede que esos votos valgan luego un Potosí y, por ello, la paradoja: a Viviane Morales le va mejor entre menos votos obtenga: que nadie la tache. Quién quita y ante una eventual victoria de Iván Duque se cree un Ministerio de la Familia y Morales lo dirija. Públicas de sobra han sido su oposición al aborto, a que los homosexuales se casen y adopten.

Reconciliación con el uribismo

“El Gobierno de Iván Duque será el de la defensa de la vida, de la familia, el de las libertades, el de la democracia, el de la economía social cristiana, el de la justicia como fundamento de la paz. Será un gobierno de redención histórica para Colombia”, dijo Morales, el pasado 4 de mayo, en el comunicado en el que anunció su adhesión a la campaña del Centro Democrático.

Desde entonces ha hecho campaña por Duque como si fuera una uribista más. Estuvo con él en Tolima el 12 de mayo. Luego, el 15, ambos se reunieron con pastores en Bogotá. Al otro día, compartió tarima en esa misma ciudad, con su fórmula vicepresidencial: la exministra Marta Lucía Ramírez: otra de las protagonistas de la coalición que promovió el No para el plebiscito del 2 de octubre de 2016.

De hecho, fue el rechazo al plebiscito lo que unió a la exfiscal general y al uribismo que, durante años, vio a Morales como una enemiga. Hace casi un año, en una carta enviada a un congresista estadounidense, Duque y el expresidente Uribe calificaron a Morales de corrupta debido a su actuación como fiscal general en el proceso contra otro prominente uribista: Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura condenado a 17 años de cárcel por el escándalo de Agro Ingreso Seguro, y hoy prófugo en los Estados Unidos.

El exministro fue, precisamente, uno de los que se opuso a esta alianza. En una misiva aseguró que Morales había sido elegida fiscal de forma ilegal e, incluso, que era una mujer con “vínculos probados con la ilegalidad”. Lo mismo que durante años dijo el expresidente Uribe, que es quien manda en la campaña de Duque. Pero a Uribe, al igual que a su pupilo, se le olvidaron esas rencillas con Morales con motivo del plebiscito y aun más ahora. Cosa de campaña: la amnesia política se vuelve pandemia en época electoral. Al final, a nadie le importó lo que dijo Arias.

Uribe reconoció “diferencias profundas y dolores” con algunas decisiones de la exfiscal. Pero nada que no se pueda resolver. “En el último año, Viviane Morales ha encontrado coincidencias con nuestros candidatos en materias de valores de familia, de evitar el socialismo del siglo XXI, de tener una economía cristiana, con avenamiento entre empleadores y trabajadores, por eso ha apoyado a Duque y Marta Lucía”, dijo Uribe, a través de Twitter.

Duque, por su parte, dijo que “a pesar de las diferencias que tuvimos en el pasado, tenemos que dejarlas a un lado cuando se enfrenta el presente y el futuro de una nación que puede estar en peligro”. A Morales también se le olvidaron sus peleas con el uribismo. “No le tengo miedo a Uribe”, dijo en una entrevista con El Espectador, en referencia a las críticas que este le hizo por su paso por el ente investigador. Ahora no le tiene miedo a aliarse con ese mismo hombre.

De hecho: bastaron cuatro horas reunidos para que Duque convenciera a Morales de apoyarlo. Y la alianza se selló menos de dos días después de que la exfiscal renunciara a su candidatura. Ese 2 de mayo Morales aseguró que resultaba “difícil encontrar en la memoria una campaña presidencial independiente y limpia, que haya sido atacada con tanta saña y tanta trampa por sus detractores (…) Las trampas evidentes con que la cúpula del Partido Liberal arremetió contra mi aspiración”, dijo la exfiscal general en el comunicado en el que anunció su decisión.

Ahí mismo Duque le escribió: “Quiero proponerle una reunión para dialogar sobre el futuro del país y la necesidad de construir una agenda programática común en la que podamos coincidir”, y Morales no se hizo siquiera esperar. Sin embargo, hoy y más que nunca Viviane necesita, curiosamente, que nadie vote por ella.