Juan Sebastián Vélez, de 21 años, fue herido tras recibir tres impactos de bala al parecer por el agente Jesús Alberto Solano Beltrán que falleció, tras recibir varias puñaladas en Soacha. La comunidad afirma que estaba infiltrado en una manifestación del Paro Nacional del 28 de abril. La versión oficial es que estaba atendiendo una denuncia de hurto.
NOTA DEL EDITOR: A este artículo se le hicieron algunos cambios con respecto a la versión inicial luego de que conocimos que el comandante Jesús Alberto Solano Beltrán murió.
Varias figuras políticas han rechazado el asesinato del comandante de la Sijín en Soacha (Cundinamarca), Jesús Alberto Solano Beltrán, apegándose a la versión oficial de que estaba atendiendo un hurto. Sin embargo, hay varias inconsistencias en lo que han dicho las autoridades. “Mis tres hijos estaban a media cuadra de mi casa, en un andén. En ese momento yo no me encontraba con ellos. Eso fue como a las 6:30 de la tarde.”, así comienza el relato de Héctor Fabio Vélez, padre de Juan Sebastián Vélez, de 21 años, quien resultó herido tras recibir varios impactos de bala. Hay varios indicios que esos disparos los habría hecho Beltrán, en el marco de las protestas del Paro Nacional del 28 de abril.
Y continúa: «Mis hijos dicen que venía un tipo corriendo y muchas personas detrás persiguiendolo y gritando: “¡cójanlo, cójanlo, cójanlo!”. Sebastián, mi hijo mejor, pensó que era un ladrón y se puso a perseguirlo. Él no sabía que llevaba un arma. En ese momento hubo mucha conmoción, las personas no sabían si era un ladrón o un infiltrado en las protestas, pues eso fue muy cerca de la Autopista Sur, donde se concentraban las manifestaciones», dice Héctor. Los hechos sucedieron en el barrio El Sol de Soacha.
«Cuando Sebastián lo alcanzó el tipo volteó y disparó el arma, le pegó un tiro en el brazo, pero, mi hijo ya estaba muy cerquita de él y terminaron forcejeando. El tipo se cayó y llegó toda la gente que venía detrás persiguiendolo y tirándole piedras. Es ahí donde mi otro hijo, el mayor, Michael Steven, le dijo a su hermano: “venga no se ponga a perseguirlo que ese man tiene un arma”», sin embargo, cuenta Héctor, Juan Sebastián ya estaba herido.
“Michael fue el primero que llegó a auxiliar a Sebastián. Y me dijo que dentro de toda la gente que llegó, él sí vio a alguien que llevaba un puñal, una navaja, un cuchillo, no sé qué era. Y cogieron al tipo que estaba en el piso y le empezaron a dar. Alguien le pegó unas puñaladas a esa persona”.
En ese momento, insiste Héctor, no sabían quién era el sujeto. «Nadie sabía que era policía, sin embargo, en el forcejeo le quitaron los documentos y se los pasaron a Michael Steven y le dijeron: “mire para que tenga la documentación del tipo”. Es ahí donde nos damos cuenta que era un policía vestido de civil», menciona el padre de Juan Sebastián.
Los documentos le pertenecían al comandante Solano, director de la Sijín en ese municipio.
El misterio alrededor del papel del comandante
Hay dos versiones sobre el papel que desempeñaba el comandante Solano en el lugar donde ocurrieron los hechos. Por una parte, el general Jorge Luis Vargas Valencia, comandante nacional de la Policía, aseguró que el uniformado se disponía a atender una denuncia de hurto que se presentó en un local comercial, cerca de la casa de Juan Sebastián.
Un informe interno de la Policía, conocido por Pacifista, da cuenta así de la situación:
Policía lesionado – Soacha
Fecha: 28/04/2021
Hora: 19:40 horas.
Lugar: Autopista Sur con calle 22, Diagonal al cajero automático Bancolombia (Bolivariano), comuna Chico.
Lesionado: CT. Jesús Alberto Solano Beltrán, jefe UBIC Soacha, presenta múltiples lesiones en la espalda, rostro, glúteo y pierna derecha.
Contexto de la novedad: El uniformado se encontraba en actividades propias del servicio en atención a posible hurto del cajero automático por manifestantes (vandalismo protesta). Abordado por aproximadamente 04 sujetos quienes lo identifican y atentan contra su integridad con armas corto punzantes.
Aspectos de Interés: El uniformado es trasladado al Hospital Cardiovascular del Niño para su atención. Se encuentra estable en sala de reanimación a espera de parte médico.
En el hecho el uniformado al parecer pierde su arma de dotación, pistola sin sauer No SP0240288, carne policial y radio de comunicaciones portátil marca Motorola por establecer.
Sin embargo, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, tiene otra versión: “A la altura del cruce de la 22, un hombre vestido de civil se encontraba amedrentando a los manifestantes con arma de fuego. Las personas presentes se abalanzaron sobre el hombre armado para evitar disparos y es en ese momento cuando el sujeto accionó el arma, dejando como resultado un joven herido en un brazo y una de sus piernas”. Incluso, cuando el grupo de personas estaba persiguiendo al uniformado gritaban que era un infiltrado.
“Si estaba de servicio no podía estar de civil y si no estaba de servicio y accionó un arma ahí hay toda una serie de consecuencias. No podría ser juzgado dentro de los actos de servicio porque no estaba en turno”, enfatizó Alejandro Lanz, codirector de Temblores Ong, organización que hace seguimiento a casos de violencia policial.
Dos heridos y una horda enardecida
«Mi hijo ahí mismo me llamó y me dijo “Papá venga que le pegaron unos tiros a Sebastián”. Yo estaba haciendo una vuelta, pero salí inmediatamente en la bicicleta para el lugar de los hechos, sin embargo, cuando llegué ya se lo habían llevado para el hospital.» Recuerda angustiado el padre, y agrega, “cuando llegué al hospital me estaban esperando un policía vestido de civil, muy ´formalito´ se me acerca, se me presenta
–Yo soy ´fulano de tal´, soy policía de la Sijín y quiero hablar de lo que pasó.
–Hablar de qué
–No, no, no, lo que pasa es que no se sabe cómo pasaron las cosas. Malentendidos. A su hijo le pegaron unos tiros, a mi compañero también lo hirieron, entonces la idea es que hablemos y aclaremos qué fue lo que pasó”.
Héctor asegura que se lo dijo en tono de insinuación, como para no hacer tanta “bulla” del caso. Acto seguido, Michael Steven se dio cuenta de que su papá estaba con un policía y decidió contarle lo que pasó.
Hacia las 8:30 pm, recuerda Héctor, llegaron otros agentes de la Sijín, «estoy hablando por ahí de unos 12 policías. Ellos llegaron con una actitud agresiva, me dijeron que la dotación del policía se había perdido y me preguntaron si yo tenía la billetera, me dieron a entender que yo también podría tener el arma y la radio del policía. Me intimidaron diciendo: “eso es bien grave, usted no tiene porqué tener los documentos de un policía”».
«Los policías me dijeron que les entregara los documentos: “necesito que me los entregue” y yo les dije “déjeme sacarle un par de fotografías”. Acto seguido, les saqué las fotos a los documentos del policía y se los entregué. En ese momento empezamos a grabar lo que estaban haciendo y nos arrebataron el celular y nos dijeron: que no teníamos por qué grabarlos», denunció Héctor.
Según los médicos, Juan Sebastián recibió tres disparos: uno en el brazo y dos en la pierna. Una de las balas le afectó el hueso del codo y otra quedó incrustada en la pierna.
Héctor enfatiza que no le han recibido la denuncia en la Fiscalía. La Defensoría de Pueblo ya se puso en contacto con él para hacer todo el procedimiento legal. “Hay una abogada de derechos humanos que está al tanto y nos está ayudando, ella habló con la directora del hospital para pedirle que, por favor, no se fuera a saltar ninguno de los protocolos”.
Todavía está por determinarse qué hacía Solano sin acompañamiento, de civil, armado y cerca a (o dentro de) una protesta social. Sin embargo, el hecho dejó un saldo lamentable: el agente fue asesinado y el joven podría perder movilidad en uno de sus brazos.
Esta publicación hace parte de nuestro especial:
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