El pasado viernes, tropas del Ejército se enfrentaron a guerrilleros del bloque Oriental que serían trasladados a La Habana.
- El pasado 8 de julio, hombres de la Fuerza de Despliegue Rápido de la Brigada Móvil No 2 se enfrentaron a guerrilleros del frente 55 del bloque Oriental de las Farc. Foto: Archivo
Las tareas preparatorias del cese bilateral al fuego entre el Gobierno y las Farc arrancaron con tropiezos. El pasado viernes, hombres del Ejército combatieron en La Uribe (Meta) a un grupo de guerrilleros que custodiaban a dos insurgentes que viajarían a La Habana con el fin de recibir entrenamiento sobre las labores de monitoreo y verificación que estarán a cargo de Naciones Unidas.
Desde entonces, las partes han emitido distintos comunicados contradictorios sobre las responsabilidades de lo que pasó ese día, el tratamiento que se le dio a los heridos y el impacto que ese combate le causó al proceso de paz.
El primero en hablar fue el bloque Comandante Jorge Briceño de las Farc, también conocido como bloque Oriental. En un comunicado fechado el 9 de julio y titulado “Golpe al proceso de paz en Uribe-Meta”, esa estructura informó que en la vereda El Tigre tropas del Ejército “realizaron un ataque terrestre en la vivienda del señor Fabio Galvis, poniendo en riesgo la integridad física y psicológica de la familia que quedó en medio del fuego cruzado y de igual manera rompiendo con los protocolos de cese al fuego y desescalamiento del conflicto armado”.
Según se desprende del documento, desde el 7 de julio un grupo de guerrilleros estaba esperando en esa vivienda a una comisión humanitaria que trasladaría algunos de ellos a Cuba. Sin embargo, dice el bloque Oriental, “el grupo de verificación no llegó en el día previsto, por lo cual los guerrilleros esperaron para el día siguiente”, cuando “fueron sorprendidos a bala”. Para las Farc, los militares decidieron atacar deliberadamente a la comisión guerrillera que se encontraba desarrollando labores propias del proceso de paz.
Un día después de ese pronunciamiento, el Ejército informó que tropas de la Brigada Móvil No 2 realizaban “operaciones de control territorial” cuando se presentó un “combate de encuentro” con guerrilleros de las Farc en la vereda Candilejas, de La Uribe. Según la institución, el combate no afectó a los soldados ni a la población civil, y dejó como saldo la incautación de dos banderas de las Farc y del Partido Comunista Clandestino Colombiano, cámaras, memorias USB, comida y material de intendencia.
Los militares también informaron que en el área “no se hallaron rastros de sangre que indicaran que se hubiese presentado heridos”, pero que las Farc le habían solicitado apoyo humanitario al Gobierno, por lo que el Ejército y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) habían coordinado el ingreso de personal médico. No obstante, aseguraron que el CICR canceló la misión, “pese a que todo estaba preparado para tal efecto”. El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, declaró que las Farc habían reportado heridos como consecuencia del combate y que el Gobierno estaba en disposición de suministrar ayuda humanitaria.
Contrario a ello, “Carlos Antonio Lozada”, integrante de la delegación de paz de las Farc, dijo vía Twitter que el Ejército había impedido la evacuación de los heridos, lo que, a su juicio, violaba el Derecho Internacional Humanitario y minaba la confianza de las partes en la mesa de conversaciones.
Además, las Farc se pronunciaron nuevamente en un comunicado titulado “La Uribe: ¿Escenario de guerra o de paz?”, en el que aseguraron que el combate había llegado, incluso, “a hacer peligrar las conversaciones de paz”. En ese documento, dijeron que en días previos al viaje de su comitiva, soldados habían patrullado insistentemente en el área rural de La Uribe, por lo cual el jefe de las Farc en esa zona se había comunicado con el comandante de la Brigada Móvil No 2, quien habría dicho que desconocía las labores de traslado de personal.
Asimismo, las Farc aseguraron que tres de sus combatientes estaban “gravemente heridos” y opinaron que lo ocurrido en La Uribe es una prueba contundente de que “alguien, con evidente intención malsana, por no decir perversa, realiza intensos esfuerzos por echar abajo la confianza y lo materialmente conseguido en la Mesa de Conversaciones de La Habana”.
- Humberto de la Calle. Foto: Archivo
Ante el cruce de declaraciones, el jefe de la delegación de paz del Gobierno, Humberto de la Calle, se pronunció este lunes. Dijo que, una vez conoció los hechos, se puso al frente del asunto.
Según él, las Farc son las únicas responsables de lo ocurrido, porque la comitiva guerrillera que sería trasladada a La Habana se ubicó en coordenadas distintas a las previstas, donde no operaban las medidas de seguridad acordadas. Y, a diferencia de lo que declaró “Lozada”, aseguró que fue la guerrilla la que decidió no trasladar sus heridos al casco urbano de La Uribe, donde los esperaba un helicóptero enviado por el Ministerio de Defensa con el acompañamiento del CICR.
El jefe de la delegación del Gobierno también dijo que, una vez el presidente Santos le había dado instrucciones de coordinar el envío de ayuda humanitaria, le había trasmitido esa decisión a “Iván Márquez”, jefe de la delegación de paz de las Farc, haciendo énfasis en que era “una operación de buena fe en un marco de medidas de confianza con el fin de salvaguardar la integridad de quienes, según las Farc, habían sido heridos”.
Ante esa comunicación, aseguró De la Calle, “‘Márquez’ aceptó que el error de las coordenadas era de exclusiva responsabilidad de las Farc y agradeció el gesto humanitario”. Sin embargo, los heridos nunca llegaron al pueblo y el helicóptero volvió a su base.
Teniendo en cuenta esos hechos, De la Calle les hizo un llamado a las Farc para que “le den un tratamiento ponderado y completo a la información que decidan mandar” y dijo que estaba “sorprendido” y “frustrado” por la forma como la guerrilla había “omitido” los “esfuerzos de buena fe” que había hecho el Gobierno para superar la crisis humanitaria.
Pocos minutos después, Timoleón Jiménez, alias “Timochenko”, máximo comandante de las Farc, reconoció que los insurgentes se habían equivocado al ubicarse por fuera de la zona acordada, aunque aseguró que en el área había “presencia de la sociedad civil” y “banderas para orientar el helicóptero” que recogería a los dos guerrilleros.
Igualmente, volvió a contradecir al Gobierno y declaró que “las tropas de la brigada le cayeron al grupo nuestro en asalto para aniquilarlos; hubo disparos de fusil y de mortero, y después hubo un helicóptero ahí apoyando. Entonces no es cierto que fue un combate de encuentro, ni que fue un error exclusivamente de las Farc, porque ninguna patrulla de las Fuerzas Armadas entra en acción sin previa autorización de su mando superior”.
El comandante de las Farc también reconoció los esfuerzos del Gobierno por atender a los heridos, pero aseguró que el Ejecutivo había puesto como condición para trasladarlos que en el helicóptero hubiera presencia de militares, a lo que la guerrilla se negó “porque entonces ya no sería una operación de tipo humanitario”.
Tras varias gestiones infructuosas con el CICR, los insurgentes finalmente se habrían replegado en la selva con los heridos, bajo la orden de “tomar disposición de combate si los iban a atacar”.
*Este artículo fue actualizado una vez se conocieron las declaraciones de “Timochenko”.