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Un acuerdo para avanzar en el silencio de los fusiles
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Un acuerdo para avanzar en el silencio de los fusiles

Staff ¡Pacifista! - julio 12, 2015

El Gobierno y las Farc llegaron a un acuerdo para bajar paso a paso la intensidad de la guerra y anunciaron que empezará formalmente la discusión del cese bilateral al fuego. Vuelve la esperanza a La Habana.

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La mesa de conversaciones de La Habana (Cuba) lucha por desestancarse. Este domingo, el Gobierno y las Farc anunciaron un acuerdo para acelerar los diálogos y mostrar resultados prácticos de la negociación. Se comprometieron a desescalar paso a paso el conflicto en un plazo de cuatro meses y, paralelamente, a avanzar en la discusión del cese bilateral al fuego definitivo, que son pasos que siembran la esperanza de que se firme un acuerdo que dé fin al conflicto en el mediano plazo.

Luego de más de un año enfocadas en el punto de víctimas, las partes buscan generar confianza  en la opinión pública al tiempo que el proceso atraviesa la peor crisis de favorabilidad en las encuestas. Por primera vez, desde que empezó la fase pública de las conversaciones, el Gobierno y las Farc se pusieron plazos para llegar a avances concretos.

El primer punto del acuerdo anunciado este domingo se refiere a un cambio de metodología en el desarrollo de las conversaciones. Aunque no se precisan los detalles, ni se habla concretamente sobre la continuidad o no de los ciclos de negociaciones, las partes aseguraron en su comunicado conjunto que se trata de hacer “todos los esfuerzos necesarios para llegar sin demoras a la firma del Acuerdo Final”.

La nueva metodología, continúa el comunicado, consistirá en “un trabajo técnico, continuo y simultáneo sobre los puntos centrales de la Agenda, a la vez que se construyen acuerdos en la Mesa”. Para ello las partes definieron “un plan con metas preestablecidas”.

El segundo punto acordado tiene que ver con los avances de cara a un cese al fuego bilateral, el tema que ha estado en el centro del debate durante los últimos días. Según este nuevo anuncio, se buscará acordar “sin demoras” los términos del cese y del sistema de monitoreo y verificación que tendrán que acompañarlo.

Gobierno y Farc acordaron que para esa discusión solicitarán el acompañamiento de un delegado de la Secretaría General de las Naciones Unidas y de uno más de la Presidencia de Unasur a la subcomisión técnica que discute el fin del conflicto. “Con el fin de que contribuyan a poner en marcha la discusión sobre el sistema de monitoreo y verificación y a preparar desde ahora su implementación”.

Pero más allá de la discusión sobre un eventual cese bilateral, que ya había sido llevada a la mesa, la declaración de este domingo deja entrever avances sobre el desescalamiento del conflicto como medida previa a un cese definitivo, tal y como lo solicitaron a principios de semana los países garantes y acompañantes del proceso.

Por una parte, las Farc no solo ratificaron el inicio de un nuevo cese unilateral el próximo 20 de julio, sino que anunciaron que será ampliado a cuatro meses. Inicialmente había sido anunciado para cumplirse por solo un mes.

El Gobierno, entretanto, “pondrá en marcha un proceso de desescalamiento de las acciones militares, en correspondencia con la suspensión de acciones ofensivas” por parte de las Farc. Es decir, en la medida en que la guerrilla cumpla el cese unilateral, el presidente Juan Manuel Santos hará gestos recíprocos como, por ejemplo, puede ser la suspensión de bombardeos. Aunque, por ahora, el Gobierno no ha definido cuales serían esos gestos.

Esa decisión, según dijo el jefe negociador, Humberto De la Calle, en una declaración posterior a la lectura del comunicado conjunto, no debe confundirse con la puesta en marcha de un cese al fuego bilateral. “La posibilidad de iniciarlo dependerá además de los resultados en los otros temas, principalmente en justicia”, afirmó el vocero de la delegación oficial.

En ese mismo sentido, el comunicado agrega que el Estado continuará ejerciendo sus deberes constitucionales y “en ningún caso tolerará que ninguna organización al margen de la ley ejerza coerción sobre las comunidades mediante el uso de las armas”.

También indica la declaración conjunta que los resultados del desescalamiento serán analizados en cuatro meses a la luz de los avances de la mesa de conversaciones, lo que no implica que no pueda acordarse antes un cese al fuego bilateral y definitivo.

Incluso, en una alocución televisada en la noche de este domingo, el presidente Santos dijo que al final de estos cuatro meses decidirá si continúa o no con el proceso de La Habana, se mostró convencido de que “hay luz al final del túnel” de las conversaciones y pidió a los colombianos creer en que, ahora sí, es posible parar la guerra.

Por último, el acuerdo señala que se intensificarán las medidas para la construcción de confianza en la mesa de conversaciones. Con ese propósito se definirá un cronograma de trabajo que, junto con el cambio en la metodología, da cuenta del interés por establecer plazos, metas y agilizar el proceso.

Así las cosas, empieza un nuevo capítulo de las conversaciones de La Habana. Si bien aparecen nuevas esperanzas de que, en la práctica, cese el conflicto; también llegan retos y plazos a las partes para que la confianza de los colombianos en la posibilidad de la paz regrese. Se trata, en últimas, de que la gente vuelva a creer en la posibilidad real de que se acabe con medio siglo de violencia.