Este mexicano está convencido de que el arte y la creatividad pueden convertir los instintos de muerte en instintos de creación.
El trabajo artístico de Pedro Reyes es amplio y diverso. Sus esculturas, obras de teatro, performances y videos se han expuesto en algunos de los museos y galerías más importantes del mundo, la Bienal de Venecia y Art Basel. Mucho de su trabajo responde al contexto político y social que lo rodea y así es como empezó a crear proyectos artísticos con pistolas y otras armas.
En 2007, utilizando 1,527 armas donadas voluntariamente, empezó Palas por Pistolas, un proyecto que consistía en fundir el metal de estos instrumentos que fueron usados para matar, en palas para sembrar 1,527 árboles.
Cuando le volvieron a ofrecer más armas, esta vez 6,700 decomisadas en Ciudad Juárez, México, Reyes decidió llevar el proyecto a un siguiente nivel. En 2012, desarrolló una primera generación de 50 instrumentos musicales, como guitarras, bajos, flautas y xilófonos usando pistolas y metralletas. El resultado fue Imagine, que consistió en una serie de presentaciones en las que músicos tocaban estos instrumentos en vivo.
En 2013, Reyes empezó a colaborar con Cocolab, un colectivo multidisciplinario de proyectos artísticos, culturales y de entretenimiento basados en tecnología liderado por Alejandro Machorro; y con los músicos Edi Kistler de los Liquits y Julián Placencia de Disco Ruido, para desarrollar una serie de instrumentos mecanizados construidos con armas. Así surge Disarm, una especie de orquesta robótica, de esculturas que tocan música compuesta y programada por Julian y Edi, utilizando recursos como Ableton Live, MIDI y Max MSP.
Visitamos a Pedro Reyes en las instalaciones de Cocolab para hablar de su trabajo, y sobre cómo su vida y su obra artística han sido influenciados por la violencia vivida en México durante los últimos años. “Yo creo que el trabajo del arte, de la creatividad, es justo cómo puedes convertir tus instintos más negativos, tus instintos de muerte, en instintos de creación… Me gusta que mi trabajo tenga una utilidad para la transformación sicológica o social” nos dijo mientras nos mostraba nuevos instrumentos en desarrollo.
Al visitar su estudio, rodeado de cientos de cajas llenas de armas, Pedro nos contó cómo al principio le incomodaba trabajar con tantas pistolas que seguramente habían sido usadas para matar gente, pero al mismo tiempo, cree en las posibilidades del arte para transformar algo negativo en algo positivo. Como nos dijo: “La tecnología no es que sea buena ni mala, todo depende de cómo la utilices. Este proyecto es la redención de este metal, que te podría haber matado a ti o a mí, entonces mejor que sean instrumentos”.
Este artículo fue originalmente publicado en The Creators Project y es el primer documental producido en México por una iniciativa de Vice e Intel para promover el arte y la tecnología.