En el transcurso del año se han presentado dos desplazamientos que han afectado a, por lo menos, 990 personas.
“Acá no somos pobres, sino que nos han empobrecido. Acá se vulneran todos los derechos y ya estamos cansados. No sabemos qué hacer. Nos encontramos en una encrucijada por esa ignominia del Estado colombiano que no quiere seguir con la paz”. Las palabras fueron de un líder social de Tumaco, ese municipio que se perdió del radar mediático después de que fuera asesinado Walter Arizala, alias Guacho, fundador del Frente Oliver Sinisterra (FOS) y el disidente de las Farc. Aunque Guacho ya no esté, la guerra por el territorio sigue, igual que los índices de pobreza.
El líder social habló en una audiencia pública convocada por la Comisión de Paz del Senado, integrada por 22 congresistas. Aunque él y los representantes de diferentes veredas en donde persiste el conflicto esperaban ver a todos los senadores que hacen parte de la comisión, solamente asistieron tres: Gustavo Petro, Aída Avella y Gustavo Bolívar. Congresistas del Centro Democrático como Paloma Valencia, John Harold Suarez y Honorio Henríquez dejaron la silla vacía. Lo mismo senadores del Partido Conservador, Verde y Cambio Radical.
Uno de los primeros en tomar la palabra fue el senador Gustavo Petro: “Estamos en un lugar que ha sido privilegiado por el narcotráfico y abandonado por el Estado. Ahora se va uniendo la violencia y la desesperanza y es lamentable que de 22 senadores citados solo vengan tres. Deberían venir acá por la paz, para escuchar a la gente (…) Prefieren insultarse, que venir a escuchar la gente que vive a diario la violencia”, refiriéndose a la discusión que el día anterior sostuvo Paloma Valencia con Pablo Catatumbo, en la que ella lo llamó “narcoterrorista”.
Después, la senadora Aída Avella hizo énfasis en la necesidad de revisar los problemas de tasas tributarias para las industrias que están presentes en el Pacífico. “A Tumaco no le está llegando ni un peso por las actividades extractivas ni un peso de la Nación”. Aunque no asistió por los problemas de orden público en la vía Panamericana, el gobernador de Nariño, Camilo Romero, envió a un delegado para que entregara un mensaje claro ante la comisión : la gobernación no apoya el uso del glifosato en los territorios donde hay presencia de cultivos de uso ilícito. Por el contrario, y teniendo en cuenta que la audiencia era sobre paz, pidió sacar adelante el plan de sustitución de cultivos.
Según la gobernación, el 40% de los líderes sociales asesinados en Colombia provienen del Pacífico, por eso pidieron una política de protección para los líderes, pues, de lo contrario, sería difícil hablar de construcción de paz. A diferencia de Buenaventura, señalaron, Tumaco no ha sido prioritario en inversiones y así se puede ver reflejado, por ejemplo, en el Plan Nacional de Desarrollo de Iván Duque.
En el transcurso de la mañana, líderes indígenas, campesinos y afro hablaron sobre los obstáculos de la construcción de paz en el municipio y repitieron varios problemas que persisten: la ausencia de oportunidades, el desplazamiento de comunidades, las fronteras invisibles, las desapariciones y las amenazas a los líderes que apoyan la implementación del Acuerdo de Paz. Señalaron al gobierno de Iván Duque de incumplir con programas sociales así como con el desarrollo de infraestructura. Lo que ha hecho, hasta ahora, es fortalecer militarmente la región con la Fuerza de Tarea Hércules.
Lo que Duque parece ignorar
Aunque después del asesinato de ‘Guacho’ los homicidios se han reducido en Tumaco (factor que tiene que ver con una alianza entre los grupos criminales para producir narcóticos sin ‘calentar’ la zona), los desplazamientos y las restricciones a la movilidad siguen siendo frecuentes. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el 16 de enero de este año se presentó un desplazamiento que afectó a 800 personas en las comunidades de Santa María y Peña de los Santos. “Esto también ha ocasionado restricciones a la movilidad en aproximadamente 144 personas (48 familias) pertenecientes a las veredas Chorrera y Peñas de los Santos, situación que limita el acceso a sus cultivos de pancoger para asegurar su sustento y seguridad alimentaria. Se prevé un riesgo de desplazamiento de estas familias”, señaló la ONU.
Y el pasado 28 de febrero, hace apenas unos días, se presentó un enfrentamiento entre los grupos armados Frente Oliver Sinisterra (FOS) y El Contador, en la zona rural de Tumaco, dejando al menos a 190 personas sin hogar, todas pertenecientes al Consejo Comunitario Bajo Mira. Las familias tuvieron que desplazarse a Ecuador: “Las personas en situación de desplazamiento se encuentran albergadas en la Casa de la Junta Parroquial, y otras en viviendas de familiares y amigos de la isla Palma Real; esta isla perteneciente al Cantón San Lorenzo en la Provincia Esmeraldas (Ecuador)”, señala el reporte de la misma fuente.
Mario Cepeda, periodista conocedor del conflicto en Tumaco, nos dijo que hubo expectativa de que viniera toda la Comisión de Paz, pero resultó desalentador que solo llegaran tres senadores. El padre Daniel Santorello, quien trabaja en barrios vulnerables del municipio, compartió el sentimiento de decepción: “Se presentaron las dificultades ante los senadores que vinieron pero al final no hubo propuestas concretas ni coordinadas para buscarle salida a los problemas”.
De otro lado, Cepeda nos aclaró que existe una “incertidumbre frente a la paz por los puntos que Duque le objetó a la JEP”. Sin embargo, dejó claro que “a Tumaco no ha llegado el Acuerdo de Paz”. Por otro lado, el analista espera que los tres senadores que asistieron le hagan saber al gobierno nacional que existe una molestia generalizada porque “Duque no incluyó a Tumaco dentro de la política integral de Estado en el Plan de Desarrollo, pese a que, como Buenaventura, también es un distrito especial”.
En esa misma línea, el padre Daniel le pidió al presidente Iván Duque una visita a Tumaco para escuchar y ver, con sus propios ojos, que la solución no pasa por una militarización. “Estamos en una situación de guerra muy fuerte. La respuesta no puede ser militar, sino que debe establecerse un diálogo con la población, con los campesinos y con las organizaciones”.
También hablamos con Alexander Burbano, sociólogo y líder social de la zona 1 de Tumaco. Para él, los retrasos en la implementación del Acuerdo de Paz se traducen en nuevas violencia y el presidente Iván Duque debería saberlo: “La paz firmada no se ha sentido. La presencia del Estado es muy pobre, nosotros lo único que le estamos poniendo al país es los muertos. Iván Duque: respete la vida y el territorio”.