"Sin el trabajo de nuestras lideresas es imposible entender la paz en Colombia" | ¡PACIFISTA!
“Sin el trabajo de nuestras lideresas es imposible entender la paz en Colombia” Foto: Ana María Güezmes García, representante de ONU Mujeres en Colombia.
Leer

“Sin el trabajo de nuestras lideresas es imposible entender la paz en Colombia”

Silvia Margarita Méndez - noviembre 29, 2018

#Divergentes | En el Día internacional de las Defensoras de Derechos Humanos dialogamos con la representante de ONU Mujeres en Colombia, Ana Güezmes García.

Compartir

Si bien el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y la desmovilizada guerrilla de las Farc trajo consigo la tasa de homicidios más baja en los últimos 30 años, esto no ocurrió con los defensores y defensoras de Derechos Humanos. Según las cifras del programa Somos Defensores, los homicidios contra las y los defensores de derechos humanos están subiendo como espuma desde que empezó el proceso de paz: en 2013 se registraron 78 casos de homicidios, en 2014 fueron 55 casos, en 2017 la cifra rompió la barrera de los 100 casos y en 2018 la situación se ha agudizado con un registro de 46 líderes asesinados solo en los primeros tres meses del año.

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, en el caso particular de las defensoras y lideresas, el año que tuvo el registro más alto de feminicidios fue el 2017 con un total de 14 mujeres líderes asesinadas solo por el hecho de ser mujer, lo que significó un incremento del 250 % frente al año anterior. Las principales víctimas de estas agresiones han sido presidentas y lideresas de Juntas de Acción Comunal, líderes comunitarias, indígenas y víctimas de la violencia, en contextos rurales con presencia de actores armados, economías ilícitas, altos índices de pobreza, y ausencia o débil presencia del Estado. En cuanto a los móviles identificados por la comisión de estas agresiones, el 42 % de los casos estarían relacionados con el ejercicio de la defensa de los derechos humanos.

En el Día internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, este 29 de noviembre, ONU Mujeres realizó un evento de conmemoración de la labor de las defensoras de derechos humanos en Colombia, la cual se suma a la celebración del 70º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el 25º aniversario de la Declaración y Programa de Acción de la Conferencia de Derechos Humanos de Viena. El evento se realiza también como parte de la campaña “16 Días de activismo contra la violencia de género”, que va del 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, y que impulsa acciones para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo.

Desde Divergentes dialogamos con la representante de ONU Mujeres en Colombia, Ana Güezmes García, quien nos explicó la situación actual de liderazgo femenino por la que está atravesando el país. De acuerdo con Güezmes, las amenazas, la violencia y su expresión extrema en los asesinatos de defensoras prenden las alertas sobre la importancia de tomar acciones de prevención y protección que garanticen la labor de cientos de mujeres que ejercen este valioso pero peligroso rol.

Foto: Evento de conmemoración para las lideresas realizado por ONU Mujeres.

¡Pacifista!: ¿Cómo está la situación de liderazgo por los Derechos Humanos para las mujeres en Colombia?

En el contexto nacional hay una larga trayectoria de defensa por los Derechos Humanos, de hecho muchos de los avances logrados como el avance de la ley 1257, la primera ley sobre la eliminación de la violencia, o del derecho al voto o a la educación, son derechos que los tenemos conquistados en la ley y que tienen detrás al activismo y a las defensoras de derechos desde sus diferentes expresiones.

Ahora, según las cifras nacionales, los ataques contra los defensores y defensoras de derechos en Colombia están en preocupante aumento. Hasta finales de mayo de este año, por ejemplo, se han registrado 24 casos de asesinatos de lideresas y de personas defensoras, y tres de estos casos fueron feminicidios. Estamos viendo que en la actualidad es una actividad de alto riesgo y muchas veces las principales víctimas de esas agresiones tienen poca respuesta en materia de garantías. La situación general es de alerta.

Sin embargo hay un tema positivo y es que este año se promulgó el Programa Integral de Garantías de mujeres lideresas y defensoras de Derechos Humanos. Este es un programa que se estuvo negociando bastantes años y que tiene el potencial de convertirse en una acción innovadora en materia de prevención y de violencia. También hay varias redes de defensoras que están gestándose en el país en muchos aspectos: defensa de la vida, del territorio, del medio ambiente, víctimas, etc.

En el marco de todo este contexto, ¿Qué significa entonces ser defensora de Derechos Humanos?

Hay una resolución especifica de protección de los Derechos Humanos que adoptó la ONU en el 2013 que hace un llamado a la paz, la justicia y la igualdad. Esta dice que en Colombia una lideresa es alguien que lleva a cabo el ejercicio de la defensa de Derechos Humanos en escenarios de conflicto siendo mujer. Eso implica hacerlo en contextos sociales en los que persisten prácticas patriarcales que generan discriminación. Estas mujeres se constituyen en un actor fundamental en la visibilización, reivindicación y progresivo alcance no solo de las mujeres sino de las comunidades que representan.

Las defensoras de los derechos humanos, mientras trabajan en la defensa de los derechos, transforman estereotipos a favor de la igualdad de género, incluso dentro de los movimientos sociales. El aporte que le ha hecho Colombia a las definiciones globales no solo reconoce a las defensoras que se reconocen a sí mismas como tal sino, y esto es algo que vemos muy común en las mujeres, también a muchas lideresas que no se autodenominan como tal pero lo son. Entonces, cuando sufren una amenaza, un riesgo o un ataque, no activan las garantías de protección que tiene el Estado.

¿Qué retos representa, para una mujer, convertirse en lideresa en Colombia?

Creo que lo que hemos aprendido, a lo largo de la historia de los Derechos Humanos, es que los derechos se conquistan. Han sido los movimientos sociales los que han venido ampliando esas libertades. En el caso de Colombia nosotras hacemos un reconocimiento especial a las mujeres como constructoras de paz. Las mujeres son claves en el territorio, en los acuerdos, están siendo claves en la defensa y la sostenibilidad del medio ambiente, de los ríos. Las mujeres han sido claves en poner en el centro la defensa de la vida de las mujeres, el derecho de las niñas y mujeres a vivir sin violencia.

Lo que pasa, y por eso ponemos un especial énfasis en las defensoras, es que como las mujeres en general vivimos con mayor rezago, con mayor desigualdad en el ámbito económico, político y social, también cuando somos defensoras muchas veces pertenecemos a esas desigualdades. En el tipo de amenazas o asesinatos también vemos cómo se utilizan formas de violencia como la violencia sexual o amenazas sobre la vida de tus hijos, sobre ti misma. Es un cruce de violencias. Violencia por ser defensora y violencia de género, y eso se ve en cuestiones como la protección.

Cuando uno va a mover a un defensor hombre, generalmente es más fácil porque las mujeres no solo necesitamos estas medidas para nosotras sino para nuestras familias. En general, las mujeres somos las que asumimos las responsabilidades mayoritarias de nuestras familias entonces una defensora que hay que sacar de territorio por amenaza de gravedad no se va a ir si no es con su familia. En este sentido a veces las medidas no están pensadas con estos enfoques de género. Los hombres defensores se dedican a tomar decisiones y nosotras a implementarlas, eso tiene que cambiar.

¿Qué temas considera que deben estar en la agenda de una lideresa tomando en cuenta este difícil contexto en el que vive la mujer colombiana?

Creo que el principal, lo que nos vincula a las defensoras, el mensaje general es este futuro de desarrollo de paz sostenible de Derechos Humanos para todos y todas. Es cómo estas leyes, estos temas constitucionales que tiene Colombia, este acuerdo de paz que lograron, se hace realidad. Y se hace realidad superando estas profundas desigualdades que tiene Colombia, estas violencias, transformando relaciones y generando futuro de paz y de igualdad.

Lo segundo es el tejido colectivo. Es sumamente importante que las labores de defensa sean actividades colectivas y cada vez más con dimensiones locales como ayudar a tejer redes de protección y de generar un contexto para que la actividad de las defensoras sea segura, sea validada y no estigmatizada. Pero a las defensoras les toca organizarse. El principal aporte es la importancia de construir una paz estable y duradera y un desarrollo que no deje a nadie atrás.

¿Por qué cree que el momento histórico de posconflicto por el que estamos pasando representa una dificultad mayor para el ejercicio de liderazgo de las mujeres en el país?

La paz siempre es una oportunidad para transformar. El tema es que efectivamente en estos últimos años la implementación de los acuerdos de paz, que además en Colombia coincidió con elecciones, lamentablemente también se da en un contexto de muchísimas economías ilícitas, crimen organizado y un contexto humanitario generado ya por más de un millón de personas venezolanas en el país, es muy complejo.

Se necesita, por lo tanto, generar garantías de seguridad para toda la población, generar confianza de que este futuro de paz, a pesar de la complejidad, es posible. A todas partes en donde voy, lo veo. Hay otra cosa y es los esquemas tan sofisticados que tiene Colombia en cuanto a desarrollo de planes y programas son muy buenos para consulta o construcción colectiva, pero fallan un poco en la respuesta para hoy. Para situaciones específicas que ocurran en territorio. Entonces ese es un poco el mensaje: cómo se trabaja en protección pero también cómo se trabaja en una cultura que valore el rol de las defensoras y lideresas.

“La paz es siempre una oportunidad para transformar”.

¿Qué proyectos, desde organizaciones como ustedes, se están desarrollando o incentivando para combatir esa violencia contra el liderazgo social?

No hay una respuesta única. Creo que estamos trabajando en diferentes niveles. Por un lado fortaleciendo las capacidades del Estado, desde la Fiscalía hasta la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y los mecanismos para el avance de las mujeres a nivel nacional y local para que estas políticas que tiene el país se implementen de acuerdo a las normas.

Por otro lado estamos trabajando en los modelos locales. Ahorita, por ejemplo, estoy en Medellín en donde hay diferentes espacios de trabajo para rutas de atención y rutas de respuesta para la violencia que sufren las mujeres. Lo mismo en el Chocó, en donde estamos trabajando con defensoras ambientales cuyo trabajo esta vinculado a la protección del Río Atrato. La idea es trabajar en lo local y en los movimientos de defensoras para que puedan articular su labor e incidencia como la Red Nacional de Defensoras.

¿Cómo proteger a nuestras mujeres líderes? Se habla mucho de las medidas del Estado pero poco del autocuidado, pues las autoridades en muchos casos no alcanzan a brindar herramientas inmediatas a sus líderes…

Justamente la conmemoración de hoy tiene ese componente en especial. Pero antes hay un mensaje confuso en torno al tema y es que las defensoras no se tienen que cuidar solas, o sea, el Estado debe cumplir su obligación y generar un contexto positivo y de seguridad.

Sin embargo, sí es real eso que dices. Es sumamente importante que las mujeres en general tengamos estrategias de autocuidado, de valoración de riesgo y peligro cuando estamos haciendo labor de defensa. Hay un conjunto de técnicas que tienen que ver con el cuidado colectivo. Que las organizaciones tengan protocolos mínimos de análisis y valoración de riesgos, peligros y respuestas es fundamental, y el autocuidado es la primera línea. Que estén atentas a las señales, a saber cómo evaluar una amenaza, en qué momento hay que activar una cadena de seguridad, etc.

Pese a todo esto, es importante que tampoco olvidemos que la mayoría de defensoras de derechos son mujeres muy pobres que ni siquiera tienen condiciones mínimas de salud, educación, y que, justamente, están luchando para que eso deje de ser así. Una mezcla de autocuidado, cuidado entre organizaciones, un Estado que responda con protección con garantías y un contexto que dignifique, que reconozca el trabajo de nuestras defensoras y que además difunda lo que hacen es fundamental. Sin el trabajo de nuestras lideresas es imposible entender la paz en Colombia.

Vea aquí el manual de autocuidado para líderes sociales amenazados que hicimos desde Divergentes.

La movilización por la defensa de los Derechos Humanos en Colombia está pasando por un momento de auge, incluyendo los de las mujeres. Estamos resistiendo, saliendo, mostrándonos, el panorama está transformándose para nosotras. ¿Qué cree que esté cambiando?

Creo que esto es una respuesta global de mujeres que estamos rompiendo el silencio colectivamente. Movimientos como “Me too”, “Ni una menos”, “No es hora de callar” y el Record Guiness que logramos el fin de semana en la Plaza de Bolívar fue espectacular. Ver a tantas mujeres prendiendo una luz por sus derechos fue increíble. Hay una ola hermosísima de mujeres en el mundo que están rompiendo el silencio a través de estos movimientos y creo que es muy positivo.

Ahora, diría que esto también es gracias a un fenómeno nuevo y es que cada vez más hombres están sumándose a estos movimientos por la igualdad de género, entendiendo que la violencia contra las mujeres no solo nos daña a nosotras sino a toda la sociedad.

Nos inspira que hayan leyes, nos inspiran que hayan marchas, movimientos, conversaciones sociales en torno a estos temas ,y que cada vez más los medios lo pongan en sus páginas principales cuando hace 15 años eran tratamientos amarillistas. El cambio está ocurriendo.