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Staff ¡Pacifista! - julio 19, 2016

OPINIÓN La campaña para refrendar los acuerdos entre el Gobierno y las Farc debe ser la oportunidad para que dialoguemos sin odios.

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Columnista: Andrei Gómez Suárez*

Sí. Llegó la hora para la que muchos colombianos hemos tratado de prepararnos desde hace tiempo. Sin embargo, no estamos listos. Nos tocará improvisar como siempre. Como cuando llega el día de la semifinal de la Copa América, como cuando es el día del grado de colegio o de universidad. Para esto nos preparamos por años y, cuando llega el momento no sabemos bien cómo saldrá todo, ni qué viene después.

Sí. Tenemos muchos planes, como cuando uno decide la carrera que va a estudiar, el trabajo al que va a aspirar, o la fiesta que va a armar para la celebración del triunfo de la Selección Colombia. Pero incluso el devenir de la fiesta es incierto ¿será que la orquesta toca bien?; ¿será que la comida le gusta a todo el mundo?; ¿será que los invitados se comportan? Pero las dudas quedan de lado cuando uno recuerda que la importancia de la fiesta es celebrar un momento del que somos protagonistas. Un momento irrepetible; único.

Sí. Este proceso de paz que está en su recta final ha puesto sobre la mesa de todos los colombianos un conjunto de propuestas para sembrar la semilla de una paz estable y duradera. Pero no podemos sembrar esa semilla en el terreno del odio, de la polarización. Sembrarla en esas condiciones sería tan triste como el amor de la pareja en el poema A la Izquierda del Roble de Mario Benedetti:

Vos lo dijiste

nuestro amor

fue desde siempre un niño muerto

solo de a ratos parecía

que iba a vivir

que iba a vencernos

Sí. Nuestra invitación no es para que todos los colombianos voten igual. Nuestra invitación es para que la campaña por la refrendación del acuerdo entre el Gobierno y las Farc sea la oportunidad para que dialoguemos todos los colombianos y evitemos caer en una confrontación llena de odios. Este es el momento para abonar el terreno, para que, de la semilla de la paz, crezca el árbol de la reconciliación que dará los frutos que todos soñamos para Colombia.

Sí. Nosotros queremos seguir dialogando con quienes no se sienten satisfechos con el acuerdo, con los que promueven la abstención. Convencerlos no es nuestro objetivo. Sabemos que el espacio para el disenso es lo que fortalece una democracia. Queremos proponer un diálogo abierto para evitar que la radicalización de algunos sectores siga alimentando el uso de la violencia como forma de resolución de conflictos. Aspiramos a evitar que se recicle el rencor, la estigmatización y el desprecio por la vida de los que piensan distinto.

Sí. Proponemos que los colombianos decidan a favor de y no en contra de; que la decisión en las urnas, sea la que sea, afiance el largo proceso de la construcción de paz en Colombia. Las Farc han expresado su voluntad de no volver a la guerra, así que si el voto mayoritario fuera negativo, deberíamos estar preparados para que continúen las negociaciones por buen tiempo, hasta que las partes logren ajustar el acuerdo o la sociedad colombiana comprenda la dimensión de lo acordado. De la misma forma, los inconformes con el acuerdo deberían estar preparados para unirse al júbilo y la implementación de la reforma rural integral y el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, entre otros acuerdos, si las mayorías votan afirmativamente.

Sí. Estamos rodeando los acuerdos, sin estigmatizar a los críticos del proceso. En 1996, más de 10 millones de colombianos materializaron el mandato ciudadano por la paz. Hoy, cuando las condiciones son distintas, cuando las partes se han comprometido ante la comunidad internacional, cuando el mundo entero espera que se implementen los acuerdos para sentar un nuevo paradigma en resolución de conflictos; seguramente serán muchos más los colombianos que van a darle su beneplácito al Gobierno para que ponga en marcha las leyes que hagan posible la implementación de los acuerdos.

Sí. Durante la campaña y después del plebiscito abrazaremos a los inconformes y buscaremos que se sumen para hacer de Colombia un país mejor. Sin tomas a pueblos, sin bombardeos, sin secuestros, sin falsos positivos, sin niños en la guerra, sin desapariciones forzadas. Buscamos desde ya la reconciliación, porque como bien los señala el profesor de EAFIT Jorge Giraldo, son las ideas las que han prolongado la guerra. Desmontar las ideas de la guerra y promover la paz como un estado mental es la tarea que empieza hoy. Por eso como tantos otros  #YoFirmoLaPaz votando en el plebiscito Sí.

*Profesor y Consultor en Justicia Transicional y miembro de Rodeemos el Diálogo @AndGomezSuarez