Una iniciativa de jóvenes que pretende aterrizar sin falacias el debate sobre el fin de la guerra.
“Hablar de la paz es necesario y puede llegar a ser tan ‘cool’ como hablar de la Selección Colombia”. Bajo esa premisa, un grupo de jóvenes busca promover espacios para que el debate alrededor de la paz y los cambios que debe asumir el país no sea afrontado a punta de peleas vacías de argumentos o de replicar premisas confusas de políticos de ambos extremos.
La iniciativa se llama ANDA, abreviatura de “la acción nace desde adentro”, una afirmación que resume la idea de que desde los escenarios más pequeños hay que erradicar la violencia en las acciones diarias. Una de las acciones donde se presenta esa violencia es en el discurso. A la hora de discutir sobre la necesidad de la paz, paradójicamente, los debates se tornan violentos, se llenan de descalificaciones personales de un lado y de otro, se basan en falacias que terminan reduciendo los argumentos a un peligroso blanco y negro.
Con ese problema en mente, los jóvenes detrás de ANDA se sentaron a pensar posibles soluciones. Llevaban varios meses echándole cabeza, hasta que conocieron a las integrantes de la la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, un grupo que busca visibilizar a quienes han sufrido violencia sexual abriendo la discusión en hogares, centros educativos y otros escenarios públicos. Las mujeres de la Red y los jóvenes encontraron una preocupación en común: “el problema de la paz es cómo se le comunica a la gente”.
De esa preocupación nació ANDA, liderado por el colectivo Creatvra y con el apoyo de la Universidad Ecci, la Fundación Challenger y Oxfam, además del de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales. Camila Ciurlo, directora de contenidos de Creatvra, explica que la intención es “cambiar esa idea de ‘en la discusión de la paz cualquier opinión es válida’”. El grupo detrás de ANDA cree que no: todas las opiniones, para ellos, deben ser fundamentadas, y para eso es necesario conocer bien los contenidos de lo que se discute.
Muchos de los contenidos de los acuerdos que se negocian en el marco del proceso de paz con las Farc son complejos y difíciles de entender para algunos sectores de la población que, sin embargo, participan a diario de las discusiones. Por eso, con el fin de promover opiniones argumentadas, ANDA creó una serie de videos que pretenden abstraer la esencia de los acuerdos de paz y traducirla a palabras sencillas, comprensibles, acompañadas de ilustraciones que ayuden a entender lo que hay detrás. Para ellos, el hecho de que sean sencillos y breves, y que, en sus palabras, sean ‘cool’, no niega la posibilidad de que sean sólidos de contenido.
Un ejemplo: frente a la premisa curtida de que “Santos le está entregando el país a las Farc, tanto que incluso los va a dejar participar en política”, un video de ANDA explica que la participación política no es un regalo sino uno de los pilares de la democracia, y que escoger la representación de quien sea no es una decisión del Presidente sino un derecho de los ciudadanos. La animación, que usa dibujos coloridos y una voz amigable y pedagógica, es una versión del concepto “explicar con plastilina”.
Ese tipo de videos, con animaciones atractivas y un lenguaje simple, pero también con datos y cifras, son para Ciurlo la base de lo que debería ser la pedagogía para la paz. En su opinión, algunas de las campañas que ha hecho el mismo Gobierno para promover la discusión sobre la paz, desde Soy Capaz hasta La Conversación Más Grande del Mundo, no logran cumplir totalmente el objetivo porque, por un lado, a veces le hablan a nichos muy específicos, y, por otro, no dan las bases que necesita mucha gente para poder discutir verdaderamente el contenido de los acuerdos.
span style=”font-weight: 400;”>Muchos de los contenidos de los acuerdos que se negocian en el marco del proceso de paz con las Farc son complejos y difíciles de entender para algunos sectores de la población que, sin embargo, participan a diario de las discusiones. Por eso, con el fin de promover opiniones argumentadas, ANDA creó una serie de videos que pretenden abstraer la esencia de los acuerdos de paz y traducirla a palabras sencillas, comprensibles, acompañadas de ilustraciones que ayuden a entender lo que hay detrás. Para ellos, el hecho de que sean sencillos y breves, y que, en sus palabras, sean ‘cool’, no niega la posibilidad de que sean sólidos de contenido.
Un ejemplo: frente a la premisa curtida de que “Santos le está entregando el país a las Farc, tanto que incluso los va a dejar participar en política”, un video de ANDA explica que la participación política no es un regalo sino uno de los pilares de la democracia, y que escoger la representación de quien sea no es una decisión del Presidente sino un derecho de los ciudadanos. La animación, que usa dibujos coloridos y una voz amigable y pedagógica, es una versión del concepto “explicar con plastilina”.
Ese tipo de videos, con animaciones atractivas y un lenguaje simple, pero también con datos y cifras, son para Ciurlo la base de lo que debería ser la pedagogía para la paz. En su opinión, algunas de las campañas que ha hecho el mismo Gobierno para promover la discusión sobre la paz, desde Soy Capaz hasta La Conversación Más Grande del Mundo, no logran cumplir totalmente el objetivo porque, por un lado, a veces le hablan a nichos muy específicos, y, por otro, no dan las bases que necesita mucha gente para poder discutir verdaderamente el contenido de los acuerdos.
La idea, en ese sentido, pretende despolitizar la pedagogía para la paz. Aunque de cara al proceso de refrendación de los acuerdos están abiertamente a favor del “sí”, no sienten que para eso se tengan que afiliar a ningún grupo político. De la misma forma que no habría que hacerlo para apoyar el “no”. Todo se trata de que, sea cual sea la posición que tome, conozca y maneje los argumentos, y entienda que la paz, en la coyuntura actual del país, es un tema que debe ir mucho más allá de las simpatías y los odios. Ciurlo lo resume: “más allá del discurso político, se está abriendo la oportunidad de hablar de cosas que nunca habíamos hablado y debemos hacerlo bien”.
(Vea también: ‘La paz es una nota’, la conversación que se activará entre los estudiantes)
Aunque entienden que, por ser videos subidos a un canal de YouTube, su nicho también puede ser específico, creen en la capacidad del voz a voz para dar largo alcance a las ideas. No desconocen que su público base serán los jóvenes, pero son conscientes del potencial que estos pueden tener para activar discusiones importantes en la sociedad, además de la importancia que tiene que la generación de adultos que viene en camino aprenda a informarse por fuera de sesgos políticos y odios sembrados por décadas de violencia.
ANDA seguirá produciendo videos sobre los demás puntos que se pacten con las Farc y los que se negociarán con el ELN. Su base seguirá siendo la discusión en internet, porque ven en las redes sociales un lugar donde se pueden construir las opiniones sobre política que marcarán el destino del país. Por ahora, piensan ir más allá de los acuerdos con las guerrillas y convertirse en una herramienta que ayude a orientar los debates que habrá que enfrentar en los próximos años.