'Sentimos temor, pero la gente sigue con su vida normal': líder amenazada en El Salado | ¡PACIFISTA!
‘Sentimos temor, pero la gente sigue con su vida normal’: líder amenazada en El Salado Ilustración: Juan Ruiz.
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‘Sentimos temor, pero la gente sigue con su vida normal’: líder amenazada en El Salado

Santiago A. de Narváez - enero 16, 2019

Desde octubre del año pasado, los líderes sociales de El Salado vienen recibiendo amenazas por Whatsapp y Facebook. A pesar de la zozobra la comunidad continúa con su vida normal.

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Nota: Este es un testimonio de Yirley Velazco, líder social de El Salado, quien desde octubre del año pasado ha recibido junto con otros líderes de ese corregimiento amenazas contra ella y contra su familia. Esta semana reportamos la noticia de que 13 líderes habían sido amenazados en este municipio de Carmen de Bolívar. Las intimidaciones no han impedido que ellos continúen con su trabajo en la comunidad. Como si la rutina fuera la mejor manera de enfrentar la sombra de la muerte.

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Ustedes los medios tienen la facultad –y discúlpame por lo que voy a decir– o de jodernos la vida o de ayudarnos a arreglar la situación. El Salado no es un pueblo fantasma. El Salado ha tratado de seguir con su vida normal. Se siente un poco de temor, sí, y eso normal, es normal que se sienta temor porque hay amenazas en contra de personas que somos de allá, de personas que vivimos allá, pero El Salado no es un pueblo fantasma, no, la gente sigue con sus actividades, con su rutina, nosotros seguimos en la lucha y queremos seguir adelante, así se lo hemos dicho al Estado, le hemos dicho que nos apoye en todo proceso.

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Estas amenazas se empezaron a intensificar desde octubre: desde octubre del año pasado le llegan unas amenazas a nuestros compañeros de trabajo que también hacen parte de una corporación deportiva de El Salado. Y a la vez son compañeros míos de lucha: de trabajo.

Ellos se dedican a todo el tema de deporte: deporte femenino y masculino. Y les empieza a llegar un mensaje desde una cuenta de Facebook, donde les dicen que no los quieren ver en El Salado, y al final del mensaje colocan los nombres de ellos y dicen: a estas personas no las queremos seguir viendo en El Salado porque son personas influyentes en la comunidad, no queremos que sigan: eso es lo que dice el primer mensaje. Con ese primer mensaje yo le hice el acompañamiento a mis compañeros y fuimos a La Fiscalía en El Carmen de Bolívar e hicimos la respectiva denuncia.

Ilustraciones por Juan Ruiz

 

Hicimos la denuncia y la hicimos muy detalladamente contando todo: porque yo más o menos conozco como es la situación y me daba como un poco de temor que la denuncia no quedara bien redactada. Y resulta que cuando nos dimos cuenta la denuncia quedó registrada por injuria y calumnia: como si nosotros hubiéramos ido hasta El Carmen de Bolívar a decir de que en El Salado alguien estaba hablando mal de nosotros: la denuncia no quedó registrada como amenaza sino quedó registrada como injuria y calumnia. ¿Que por qué quedó así la denuncia?: esa es la respuesta que yo misma estoy esperando de La Fiscalía.

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Yo soy la representante legal de una asociación que se llama Mujeres sembrando vida, nosotras somos sobrevivientes de violencia sexual, en un día a día mío yo trabajo las veredas con mujeres, haciendo un acampamiento a las mujeres en todo el tema de denuncia a quienes son víctimas de violencia, de violencia sexual, de violencia intrafamiliar, y desde la Asociación hacemos un acompañamiento. Yo, por ejemplo, he sido víctima de amenazas desde hace mucho tiempo, cada amenaza que me llega yo voy y la coloco en La Fiscalía.

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El 17 de diciembre llega otro mensaje: desde la misma cuenta de Facebook. El mensaje le llega a mi hija. Ese mensaje va como seguido del primero y dice que: les hemos venido advirtiendo y ustedes no han salido del pueblo. En ese mensaje no hay ningún nombre, sino que es muy general, solo dice: no queremos que ustedes sigan en el pueblo. Este segundo mensaje no lo pusimos en conocimiento de La Fiscalía, pero sí lo pusimos en conocimiento de la policía de El Salado.

No lo pusimos en conocimiento de La Fiscalía porque mis compañeros decían: ay, nosotros ya no vamos a ir a denunciar mas nada, porque mira cómo quedó la primera denuncia, y entonces si nosotros registramos esta denuncia ahora, va a pasar lo mismo que con la primera: nada. Porque salir de El Salado a poner la denuncia a El Carmen de Bolívar no es que sea fácil: se demora uno casi una hora: son veinte mil pesos en transporte. En todo caso, con ese segundo mensaje, nosotros le informamos a la policía de El Salado. La policía dijo que tocaba era ir a La Fiscalía de El Carmen: que ese era el procedimiento.

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Todos los días yo voy a una vereda, a una vereda diferente, voy a todas las veredas del corregimiento de El Salado y apoyo todo el tema del empoderamiento, de alzar la voz de las cosas que a diario nos toca vivir a nosotras las mujeres. Acá, la gente en El Salado también siente que hemos sido muy utilizados, si tú llamas a cualquier persona en El Salado, eso es lo que te van a responder: que se sienten utilizados: que nos han fallado en muchas cosas, en un alcantarillado que colapsó y de pronto las aguas negras ya están corriendo por todos lados y el alcalde de El Carmen de Bolívar no ha hecho nada.

Hubo también un compromiso en educación, donde se dijo que cuando los jóvenes salieran de su bachillerato se les apoyaría con la educación y eso no se ha cumplido tampoco. En este momento, pues sí, me siento en riesgo, y toda mi familia está amenazada, pero eso otro que te digo también quiere decir seguridad. Que nos cumplan, que nos cumplan con el alcantarillado, con la educación, con todas las promesas, eso también es seguridad. Yo le decía al gobernador: para nosotros eso también es seguridad.

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El tercer mensaje llega el 28 de diciembre. Llega de la misma cuenta de Facebook a otras dos chicas. Porque es que los mensajes no llegaban directamente a las cuentas de Facebook de los amenazados, sino que le llegaban a otras personas, en este caso unas chicas de El Salado: chicas jovencitas: de 14 y 15 años. Y ellas al ver esos mensajes ahí pues entraron en pánico y empezaron a contarles a los chicos de esos mensajes que les habían llegado. Ese mensaje decía: que el 31 de diciembre iba a ser un caos en El Salado: que les estaban advirtiendo y no hacían caso, que salieran, que eran unos sapos: eso decía el mensaje que llegó el 28 de diciembre. Cuando yo veo este mensaje yo ahí sí digo: ahora sí toca hacer algo, toca mover lo que se tenga que mover porque, definitivamente, si nos quedamos al duerme de esto imagínate lo que pueda pasar: uno nunca sabe.

Ilustración: Juan Ruiz

 

Entonces empezamos a hacerle un llamado de atención a La Fiscalía, con la Mesa de Víctimas de Carmen de Bolívar, porque yo también hago parte de la Mesa de Victimas de Carmen de Bolívar, a decirles que por favor me apoyaran. Y es así como el 30 de diciembre se hace una primera reunión en El Salado donde participó la policía de El Salado y el coordinador de la Mesa de Victimas de acá de El Carmen.

Ahí tuvimos que pedir que nos apoyaran porque la situación se nos podía salir de las manos. Y entonces se hizo un consejo de seguridad el 31 de diciembre, yo digo que fue un “supuesto” consejo de seguridad. Porque nada más participó la infantería de marina, la policía y representantes de la Gobernación. Ninguna otra institución asistió: ni Defensoría, ni Procuraduría: Nada. Después de contarles la situación, el compromiso de ellos fue que iban a empezar las propias investigaciones y empezaron a ofrecer una recompensa de 10 millones de pesos para quién diera información acerca de las amenazas. Y pues reforzar la seguridad: bueno, eso lo hicieron: metieron un poco de infantes de marina y ahí se reforzó la seguridad en ese sentido. Pero ahí seguía el temor.

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La realidad hay que decirla y es que hay líderes amenazados, nosotros estamos amenazados, y tú sabes que cuando a uno le llega una amenaza, uno está en riesgo, su familia está en riesgo. Pero la gente igual trata de seguir la vida, tratamos de seguir la vida que llevamos y te repito, con un poco de temor, claro, porque claro que existe temor, pero la gente también continúa con su vida. Por ejemplo: ya están las matriculas abiertas para el año escolar nuevamente, los profesores están llegando. Y eso.

Te pongo otro ejemplo: desde que nosotros retornamos a El Salado, El Salado recibe mucha gente en Semana Santa, a pasar vacación, y a lo que ya se acaba Semana Santa la gente se va y ya quedamos las mimas personas y el pueblo queda un poco triste, se siente como el vacío. Pero ahí seguimos los mismos, ahí seguimos nosotros trabajando. Y esa es la rutina: la gente sigue trabajando.  Los campesinos salen a trabar en su parcela. Siguen los niños estudiando. Yo no te puedo mentir: no te puedo decir una cosa que no sea así, porque yo vivo todos los días de Dios en mi pueblo. Y esa es la situación.

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El 4 de enero de este año ya empezó a cambiar un poco la cosa porque el 4 de enero le llega un mensaje a mi hermana: a la cuenta de Facebook de ella. A la misma cuenta de Facebook le llega un mensaje diciendo que ellos saben que ella es un punto débil de una de las mujeres más influyentes en El Salado: o sea yo. Cuando mi hermana me reenvía ese mensaje, yo digo: aquí si las cosas como que son más directas conmigo. Quizás porque ya ellos veían que yo estaba haciendo el acompañamiento de las denuncias pasadas. En ese momento le pasamos toda esa información a La Fiscalía y a la Sijin.

El 7 de enero yo estoy en mi casa con mi mama y una de mis hermanas: mi hermana mayor. Y ese día me entra una llamada a mi teléfono y yo contesto y no hablan: no dicen absolutamente nada. Colgaron la llamada. Ahí inmediatamente le marcaron a mi mamá: del mismo número que me había marcado hace un momento a mí. Mi mama contesta e igual: no pasa nada. A mi hermana que estaba ahí al lado mío, también: le marcaron del mismo número y nada: no hablaba nadie.

Mi hermano, que está en Cartagena, me llama y me dice: Yirley, mira, me acaban de mandar un mensaje espantoso a mi celular. Le digo: cómo así, reenvíamelo. Él me lo reenvía y resulta ser del mismo número que había llamado. Inmediatamente él me lo reenvía, le empiezan a llegar mensajes a mi mamá, a mi hermana mayor, a todos mis hermanos: somos seis hermanos. Les llegó el mismo mensaje donde decía que nos iban a  matar, que a la familia Velazco la iban a matar, que porque tienen una líder sapa. Bueno, muchas cosas.

En ese momento yo llamo al sargento de la policía y le digo que por favor llegue a mi casa porque se está presentando una situación. El sargento de la policía llegó y empezó a comentarle la situación al Mayor. Cuando el sargento sale de mi casa, ahí al minuto, me llega otro mensaje que dice: sapa hijueputa, gonorrea, te dijimos que no le dijeras a la policía. Y entonces digo: jueputa, ¿esto qué es?, esta gente me está viendo.

Ahí enseguidamente llegó el carro de la infantería y estando el carro de la infantería en mí casa me llegó otro mensaje parecido que decía: te dijimos que no le dijeras nada a la policía, ni a la infantería: tú vas a ser la próxima líder asesinada. Yo tengo un sobrino de 5 años y otro mensaje que me llegó decía: te vamos a coger a tu sobrino de 5 años y te lo vamos a picar y te lo vamos a poner en la puerta de tu casa. Imagínese. Y mi mamá que tiene una situación psiquiátrica, porque mi mamá en estos momentos ella sufre de depresión, mi mamá empezó a entrar en…mejor dicho, imagínese cómo fue la situación ese día.

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Yo me levanto y salgo a trabajar. Todos los días voy a diferentes veredas. Voy a compromisos de mujeres. Regreso ya en la tarde pero también le dedico tiempo a mi familia, a mis hijos, y esa es mi rutina. Mi familia también está un poco atemorizada: mi mamá, mis hermanas, mis hijos, están bastante atemorizadas pero seguimos ahí: unidos. Tomando nuestras precauciones también. A mi mamá le ha dado muy fuerte porque, como te contaba, mi mamá pues ha vivido situaciones muy difíciles, las cuales ella no ha podido superar. No ha sido nada fácil para nada.

En este momento yo no estoy con ninguna protección de la UNP, sólo me está haciendo la ronda la policía. Pero yo tengo como la fe en que ellos puedan darnos un buen resultado. Estoy poniendo la fe en que ellos nos puedan dar un buen resultado.

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El 8 de enero yo decido venir a colocar la denuncia a La Fiscalía, en la Sijin, de lo que estaba pasando, les entrego el número de celular del cual me están llamando y amenazando, y cuando voy saliendo de la estación de policía de El Carmen de Bolívar, me llega otro mensaje de ese mismo número que me dice lo mismo: sapa, te estamos viendo. Y yo decía: esta gente definitivamente me tiene vigilada. Y es el día que todavía estoy esperando que me digan, de la Sijin y La Fiscalía, de dónde vienen esas amenazas porque es que existe un número de teléfono: siempre es el mismo número.

El sábado pasado, el día 12, se hizo un consejo de seguridad donde ya estuvo el Gobernador, el Alcalde de Carmen de Bolívar, estuvieron la Unidad para las Victimas. No estuvo la Unidad Nacional de Protección (UNP). Estuvimos dos de los líderes amenazados, Leimer y yo, y empezamos a contar la situación de lo que estaba pasando, de cómo nos sentíamos. Y cuando me preguntaban que para mí qué era seguridad, yo respondía que para mí seguridad no es solamente meter todo el batallón de infantería de marina en El Salado o todo el batallón de la policía.

Seguridad también quiere decir: los compromisos que se le hicieron a la comunidad y que no sea han cumplido. Como el tema del alcantarillado. Uno de los mensajes que también me llegó decía que como las indemnizaciones no han llegado, y que por eso van a matar a los líderes.