Se convirtió en un manifiesto contra la infamia: en dos meses contamos 10 asesinatos.
El 21 de abril de este año comenzó el experimento. Después de meses de seguimiento a los líderes asesinados desde el inicio de la implementación de los acuerdos de paz, decidimos poner en la calle, frente a los bogotanos, una noticia trágica: en la Colombia del posconflicto seguían matando personas por su trabajo político, por su defensa de los derechos humanos, o del agua, o del territorio. Los seguían, y los siguen, matando por pensar diferente.
Entonces llamamos al artista urbano Toxicómano Callejero para que nos ayudara a plasmar, en un mural de treinta metros ubicados la calle 67 con carrera 7, la zozobra que viven cientos de dirigentes campesinos, representantes de cabildos indígenas o de consejos comunitarios afro. Bajo el lema #NiUnMuertoMas, el artista empezó a delinear la figura de un hombre armado, que poco a poco se convirtió en el telón de fondo de una calavera que pide a gritos que no maten más líderes sociales. En ese momento, ya iban 27 líderes asesinados desde que comenzó la implementación de los acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc (1 de diciembre de 2016), el momento en el que iniciamos nuestro conteo.
¡Pacifista! es un medio digital, sujeto a los algoritmos de Facebook, a las tendencias de Twitter y a los likes de Instagram. Esto nos permite hablarle al mundo conectado, a los usuarios virtuales. Sin embargo, sabemos que el círculo de internet es limitado, y que aún hay grandes porciones del territorio nacional que no tienen acceso a internet. Por eso quisimos salirnos de ese escenario y estampar en una de las avenidas más concurridas de Bogotá esta tragedia.
El resultado no pudo ser mejor: el muro se convirtió, poco a poco, en un manifiesto contra la infamia. Una infamia que se repetía cada vez que mataban a otro líder y Toxicómano tenía que volver a llenar de pintura los rodillos y cambiar el número. Otro más. Otro muerto más. En los más de 50 días de vida que ha tenido el mural, tuvimos que cambiar la cifra varias veces: hoy van 37 muertos.
Ese manifiesto fue reseñado en periódicos regionales, revistas de circulación nacional y agencias de prensa internacionales. Toxicómano y nuestro director, Camilo Jiménez, destacaban la importancia de contar los muertos, de ponerle cara a las víctimas y de llamar la atención de los que, absorbidos por la ciudad, desconocen las realidades regionales o miran para otro lado.
Por eso los transeúntes que a diario se estrellaban con el muro se sorprendían. Leían con detenimiento la frase que resaltaba: “Si quieres un mejor país, te enfrentas a la injusticia y trabajas con ganas. Puedes estar en PELIGRO DE MUERTE”.
Esta semana, el mural llega a su fin. Su elaboración y mantenimiento como parte de nuestro proyecto por visibilizar estas muertes nos ha supuesto costos económicos considerables para un medio pequeño como nosotros. Sin embargo, no tenemos duda de que ha valido la pena.
No podemos dejar de decir que el impacto que pudimos ver con esta propuesta nos dejó varias lecciones: es posible poner en la agenda de las ciudades una tragedia que se respira en las regiones más apartadas de Colombia. Los medios digitales también podemos salir a la calle, invadir el espacio físico con mensajes e ideas. El arte y el periodismo pueden unirse de vez en cuando, para contar la realidad de nuestro país y para, como en este caso, pedir que no haya ni un muerto más en Colombia.