¿Renta Básica para 30 millones de colombianos? Nos sentamos a desmenuzarlo con Iván Marulanda | ¡PACIFISTA!
¿Renta Básica para 30 millones de colombianos? Nos sentamos a desmenuzarlo con Iván Marulanda Ilustración: Juan Ruiz
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¿Renta Básica para 30 millones de colombianos? Nos sentamos a desmenuzarlo con Iván Marulanda

Santiago A. de Narváez - junio 2, 2020

Hablamos con el senador del Partivo Verde que encabeza la coalición que impulsa en el Congreso el proyecto de ley de Renta Básica de Emergencia en el que 9 millones de hogares colombianos recibirían un salario mínimo durante tres meses.

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Este texto hace parte de nuestro especial Renta Básica Universal, donde intentaremos dar cuenta de esta audaz propuesta económica que, a partir de la crisis del coronavirus, ha tenido una exponencial acogida entre economistas y organismos internacionales.

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Mientras redactaba esta entrevista un amigo me mandó la noticia: “España aprueba la renta básica”. A los pocos minutos, en el grupo de la oficina, mandaron la cifra de desempleo que acababa de publicar el Dane: 19,8% de colombianos desempleados.

5,3 millones perdieron su trabajo por cuenta de la crisis del coronavirus.

Por cuenta del Covid-19 –una emergencia sanitaria que dejó ver con brutal evidencia la emergencia social en la que vivimos, la tremenda desigualdad– hubo un cambio en la manera de mirar la economía desde la política.

La emergencia hizo que a menos de seis meses de aprobada la Ley de crecimiento (es decir, la reforma tributaria en el Congreso, en la que se calcula exenciones de 9 billones de pesos para las grandes empresas del país) senadores de ese mismo Congreso –entre ellos varios de los que aporbaron esa infame ley– decidieran proponer un programa social de emergencia sin antecedentes: la Renta Básica para 9 millones de hogares en Colombia, que es como decir –calculan– para 30 millones de colombianos.

El proyecto de ley –impulsado por 54 senadores del Partido Farc, del Partido Verde, del Polo, de Decentes, de Colombia Humana, del Partido Liberal, del MAIS, de Colombia Justa Libres, y de Cambio Radical– propone una renta de un salario mínimo durante tres meses para esos 9 millones de hogares que se encuentran en condiciones de extrema pobreza y vulnerabilidad.

Los senadores estiman que esta política social de emergencia (que no se compara con los programas de Familias en Acción o de Ingreso Solidario, que impulsa el Gobierno) costará cerca de 2 puntos del PIB. O cerca de 23 billones de pesos.

¿De dónde saldría la plata?

Por un lado, se usarían recursos que están destinados a los programas de subsidios que existen en la actualidad (Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Ingreso Solidario, etc), además se podrían usar recursos del presupuesto nacional, que tienen una destinación que no es urgente, para estos efectos de la emergencia, dice el senador Iván Marulanda, el impulsor y la cara visible de esta iniciativa,. Y habría que reducir el gasto público. Sumado a esto, dice Marulanda, el Gobierno tendría que solicitar un préstamo al Banco de la República para que pueda usar esos recursos, sin intermediación, durante estos tres meses.

El proyecto de ley habla de una renta básica de emergencia –una renta que durante tres meses servirá para aliviar la situación de 30 millones de colombianos. Pero la idea es que esta medida pueda convertirse en una política social permanente. Incluso, esta misma coalición de 54 senadores (¿podemos llamara coalición?) se propone presentar en la próxima legislatura, que inicia el 20 de julio, una Reforma tributaria estructural, que sea eficiente, progresiva y equitativa. Y que permita recoger recursos para financiar políticas sociales como esta.

Pero esa es una discusión que se dará a mediano plazo. Por lo pronto –por lo urgente– se debatirá este proyecto de ley de renta básica de emergencia que promete ser un golpe en el tablero de la discusión política. En otras palabras, este proyecto de ley nos abre el horizonte a gran escala sobre lo que tenemos que empezar a debatir en Colombia: unas políticas sociales que disminuyan la desigualdad, que acaben con la pobreza extrema y la vulnerabilidad de millones de colombianos para que ellos –para que todos nosotros– seamos participes de la libertad. (Porque la libertad depende de las condiciones materiales de existencia, ¿recuerdan?)

Hablamos con el senador Iván Marulanda sobre el proyecto.

Aquí la entrevista:

 

Hay congresistas que van desde Cambio Radical hasta del partido Farc. De Cambio Radical, por ejemplo, votaron el año pasado a favor de la reforma tributaria ¿cómo hicieron para que senadores de orillas ideológicas tan distintas se pudieran poner de acuerdo ahora? ¿Cómo se gestó el proyecto?

Este ha sido un proceso de aproximación a la realidad social, a la realidad de la gente. Arrancó con un primer documento que presenté por allá a principios de marzo en la Comisión 3ª y en la primera plenaria del Senado. Pero en ese momento ese tema parecía algo especulativo, exagerado. Pero seguimos insistiendo en el tema con mis colegas de bancada y poco a poco estos senadores fueron viendo que la realidad no se parecía a lo que planteaba el gobierno sino a lo que planteábamos nosotros. En el sentido de que había mucho sufrimiento en la gente, situaciones de hambre, de desamparo, porque estos son senadores que están en las regiones y están en contacto directo con la realidad. Y vieron que lo que planteábamos nosotros era real y lo que decía el gobierno era muy distante a la realidad social. Empezamos unas discusiones en colectivo y se sumaron mas y mas personas hasta que llegamos ha esta construcción, donde no solo concurrieron todos estos senadores de distintas vertientes, sino que lo fuimos transformando, ajustando las cifras, los conceptos ¿cierto? Hasta que nos pusimos de acuerdo en este ultimo texto. Entonces digamos que es una reflexión que viene desde hace dos meses en la que estos senadores han visto como la realidad se manifiesta y cómo el gobierno está lejos y no se mueve hacia a realidad. Y nosotros en cambio estamos más cerca de la realidad, la estamos interpretando.

Usted encabeza esta coalición. ¿En marzo esta propuesta no tenía acogida en el Senado?

No, en absoluto.

La renta básica se suele argumentar desde varios lugares. Como una medida de redistribución desde lo económico, como algo solidario desde lo moral y como una cosa de derechos desde lo jurídico. ¿Para usted cuál es la principal razón para defender la renta básica?

Sí, el Estado es un músculo social, es la fortaleza mas importante que tiene una nación, una sociedad, y es propiedad de todos. Y la razón de ser del Estado es proteger a la sociedad, a la gente. Ningún momento mas crítico y evidente que este, desde la necesidad de ese papa Estado. La gente dice “Estoy aquí encerrado, no tengo ingresos, ni trabajo y necesito comer”. Qué momento mas dramático que ese para llamar a ese Estado que es de todos nosotros y que está ahí para protegernos. Este es el momento mas evidente de la razón de ser de un Estado. El Estado fue constituido para garantizar la vida digna de las personas que integramos esta nación. Es el cumplimiento del deber del Estado. Estamos en un escenario extremo en el que es muy palpable el sentido que tiene la existencia del Estado.

Una de las discusiones que está de fondo en la renta básica, al menos aquí en Colombia, es por el papel del Estado en temas sociales. Cuando se estaba debatiendo en el Congreso la Reforma tributaria a finales del año pasado, usted hizo una intervención en la que decía que “este Estado le quedó chiquito al país, porque esta en manos de unas personas que piensan que el Estado tiene que ser pequeño, es un estorbo y no un agente del desarrollo”…

Efectivamente. ¿Qué es lo que estamos viendo ahora? El Estado tiene que intervenir. Repito: tenemos a la gente encerrada sin ahorros y son ingresos y necesita comer. Y el Estado tiene que concurrir, pero el Estado no tiene recursos. ¿Qué quiere decir eso? Hemos construido un Estado débil ¿Por qué hemos construido un Estado débil? Porque las personas que han gobernado en los últimos tiempos han pensado que el Estado no es tan necesario, y han dejado que el Estado se debilite. Y tenemos un Estado que no cobra impuesto. Pero el Estado necesita ingresos que provienen de los impuestos. ¿Por qué los impuestos? Porque vivimos en un país que nos da las oportunidades de vivir y de enriquecerse (en el caso de los grupos económicos que han logrado hacer grandes patrimonios). Luego, le tienen que retribuir a la sociedad y a ese Estado lo que le corresponde por darnos la oportunidad de tener lo que tenemos.

La metáfora que usted usaba entonces era que esos grandes patrimonios “quieren pertenecer a un club al que no le pagan cuota de mantenimiento”.

¡Claro! Porque estas son unas personas que se enriquecen con el mercado colombiano, con la infraestructura del país, con las instituciones, con un Estado que los defiende, que crea líneas de crédito, instituciones, que les da contactos con el exterior, que les entrega el territorio para que lo exploten y no pagan la cuota. ¿Y cuál es la cuota? ¡Pues los impuestos! Esta es una nación que tiene que vivir de la solidaridad, que es el principio fundamental en el que está fundada esta nación. Que no es otra cosa que reconocer los derechos de los demás y reconocer la necesidad de que esa entidad superior, el Estado, esté en capacidad de cumplir sus funciones: seguridad, justicia, educación pública, salud pública, etc. Y eso no ha pasado.

 

Quisiera seguir con este tema del Estado. Decía usted en diciembre de la año pasado, en su discurso contra la reforma tributaria, que “en este país no se quieren tocar los grandes capitales que son los que tienen que pagar el costo del desarrollo de esta nación”. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué Colombia no ha logrado conseguir un sistema tributario justo en su historia?

Es muy sencillo. ¿Quién propone los impuestos? El Gobierno. ¿Quién aprueba los impuestos? El Congreso. ¿Quién elige al Presidente y al Congreso? El pueblo en elecciones. ¿Cómo se hacen esas elecciones? Con plata. ¿Quién pone la plata? Los que tienen la plata. Y la ponen con una condición: no me pongan impuestos.

Entonces, cuando llegan al Gobierno, los que llegan al gobierno con el apoyo de estos sectores, y cuando llegan al Congreso, los que llegan al Congreso con el apoyo de estos sectores, llegan con el compromiso de no poner impuestos. Cuando hay la necesidad de una reforma tributaria, inmediatamente empiezan a ponerle a cada renglón una salvaguardia para no afectar a esos actores económicos que les financiaron esas campañas. Entonces tenemos un sistema tributario lleno de privilegios, de gabelas…

La última reforma, la de diciembre del año pasado –y a la que se refirió ese discurso mío, que era un discurso indignado-, esa reforma le entregó en beneficios tributarios a esos sectores económicos privilegiados 9,4 billones de pesos, en cifras del propio Gobierno. Yo pienso que fue más. Pero bueno, utilicemos las cifras del Gobierno: 9,4 billones de pesos valieron los beneficios tributarios: exenciones, deducciones, etc, que trajo esa reforma. Eso es un punto del PIB. Este programa de Renta Básica que estamos proponiendo vale 2 puntos del PIB. Es decir, ese solo regalito que les hicieron paga la mitad de este programa.

Entonces una reforma tributaria justa iría de la mano con una reforma electoral, ¿si le entiendo bien?

Claro, se necesita primero una reforma política. Y por eso se habla del financiamiento del Estado a las campañas políticas. Que las campañas políticas sean solo financiadas por el Estado para evitar que el poder real esté en manos de los que ponen la plata para las campañas.

El economista español Daniel Raventós, uno de los principales impulsores de la Renta Básica Universal (RBU) ha dicho que la pregunta de fondo sobre la RBU es cómo se financia, es decir, quién gana y quien pierde. Y dice que en su propuesta para España gana el 80% de españoles y pierde el 20% mas rico. ¿Quién gana y quién pierde en Colombia con la propuesta de ustedes de Renta Básica?

Varias observaciones: tenemos que tener cuidado con el tema de Universal, ese Universal es un elemento que de pronto no es apropiado en este caso. La RBU habla de una renta igual para todos.

Sí, sobre eso quiero hablar más adelante. Entiendo la distinción.

Ah, bueno. Entonces, nuestra propuesta es de Renta Básica para sectores que necesitan una renta para tener una vida digna. Es eso. Los que no tienen ese ingreso, pues que lo reciban.

¿Quiénes ganarían entonces con la propuesta de ustedes?

Hay varias maneras de medir esto. Hombre, por ejemplo, mirémoslo desde el punto de vista del empleo. El 60% de los empleos que teníamos antes de las pandemia eran informarles. ¿Qué es un empleo informal? Un empleo que no es suficiente para garantizar una vida digna, que no es estable, que no tiene posibilidades de protección social. Es un ingreso precario. Estamos hablando del 60% de la población que vive de la informalidad y del rebusque. Pero ese 60% de trabajadores habría que ver a cuántas personas sostienen esos trabajadores y eso te da una población mayor que el 60%.

Otra manera de mirarlo. El 80% de la población colombiana gana menos de dos salarios mínimos.

Otra aproximación. El 96% de las empresas en Colombia son microempresas, pequeñas empresas o medianas empresas, que en su totalidad o casi en su totalidad están hoy por hoy quebradas. Después de dos meses de pandemia y confinamiento. Todo eso da muestra de la fragilidad de la economía. El desempleo quién sabe en que andará. En estos días saldrá la estadística (el DANE publicó hoy, 29 de mayo, la cifra: 19,8% el desempleo). El primer mes se perdieron como un millón seiscientos mil empleos. Imagínate cómo estaremos ahora. Es un tema de una población alarmantemente grande, comparada con el total.

Otra aproximación: el 0,1% de los contribuyentes en Colombia es propietaria del 27% de la riqueza colombiana…el tema de concentración de riqueza den Colombia es protuberante en el contexto mundial. Estamos de 4 en contracción de riqueza en el mundo. Todo lo que no es esa riqueza es muy vulnerable y susceptible de un programa de Renta Básica.

Los programas del Gobierno, que son programas focalizados de subsidios: Familias en Acción, Jóvenes en Acción y ahora el Programa de Ingreso Solidario al que tanto bombo le da el Gobierno…¿cuáles serían las principales diferencias entre estos programas y la propuesta de Renta Básica?

Dos diferencias fundamentales: la primera es la cobertura, que en esos programas son 2,6 millones de personas. Nuestra propuesta atiende a 9 millones de familias. El otro programa es mucho mas modesto.

La segunda es la magnitud del apoyo estatal. Ellos están reconociendo algo así como la mitad de un salario mínimo (el Ingreso Solidario consta de tres ayudas de 160 mil pesos cada una) Nosotros hablamos de un salario mínimo entero. Ellos hablan de menos de la mitad de un salario mínimo.

Entonces son diferencias muy grandes: en tamaño y en el valor del apoyo estatal a los hogares.

El senador Iván Marulanda del Partido Alianza Verde

 

De llegarse a aprobar esta iniciativa, sería uno de los grandes pasos en temas de justicia social en el país. No se me ocurre otro de estas dimensiones…

No, no hay nada parecido. Y es importante enlazarlo con la primera pregunta. Lo interesante de esto es de qué manera una clase política acepta una realidad y se compromete con esa realidad. Los que firman este proyecto de ley, en un porcentaje muy alto aprobaron la Ley de crecimiento (reforma tributaria del año pasado), entonces ver de qué manera se está produciendo una evolución en el pensamiento y en la actitud política en la realidad colombia. Eso es muy interesante porque quiere decir que hay actores políticos con una actitud totalmente distinta a la que tenían hace poco tiempo.

También sería un golpe durísimo para el gobierno si se llega a aprobar este proyecto: que esta medida de emergencia la tenga que impulsar el legislativo y no el ejecutivo…

Así es, pero hay que tener en cuenta que el Gobierno va a actuar de distintas manera. Por un lado, va a mejorar su posición. Ayer por ejemplo leíamos que el Gobierno iba a pagar la mitad de la prima salarial de mitad de año. Eso es un avance. Y senadores de la bancada de Gobierno están proponiendo aumentar subsidios para estos programas asistenciales. Hay una aproximación muy lenta, nunca será similar a lo que plantea la renta básica, pero va a mejorar su posición y su apuesta. Y por otro lado, se va a mover políticamente para atajar esto y tiene muchas maneras de hacerlo.

¿Cuáles?

Tiene en el Congreso su bancada, que tiene a su vez una capacidad de maniobra importante. Por ejemplo: este proyecto de ley pues tiene que ser remitido por el Presidente del Senado a una Comisión. ¿Cuándo va a ser eso? ¿Cuánto se va a demorar? Y llega a la Comisión, yo creo que a la tercera. El Presidente de esa comisión, que es de la bancada de Gobierno, ¿cuando va a asignar ponentes? ¿Quienes van a ser lo ponentes? ¿Cuándo van a presentar la ponencia? ¿El Presidente cuándo lo va a poner en el orden del día? El Gobierno tiene un margen de maniobra para impedir esto. En eso tenemos que ser realistas.

Entonces…

Lo importante es que se puso al descubierto la debilidad de la respuesta del Gobierno ante la emergencia. Eso es muy importante. Se le dijo al Gobierno “usted está reaccionando mal”. Y eso tiene un gran eco, es un hecho político. Aquí ha habido una reacción social y popular tremenda a esta propuesta y eso es un golpe para el Gobierno. Pero además esta propuesta es interesante porque va creando unos hitos políticos a partir de los cuales la política tiene que seguir por ahí. De aquí en adelante, las próximas elecciones van a plantearse en términos de estas posiciones. Y los candidatos no podrán llegar al Gobierno con cuentos, tienen que llegar con argumentos muy precisos frente a una sociedad que ha sufrido mucho y que saben que el Estado le ha incumplido.

Es muy diciente que el Congreso haya reaccionado de esta manera ante una crisis sanitaria y no ante los reclamos populares que hubo a finales del año pasado. Fue el coronavirus y no el Paro Nacional el que terminó impulsando proyectos como este…¿cuál es su lectura?

Pero fíjate, ya el año pasado vimos un fenómeno muy interesante….a ver, ese discurso que hice que tú mencionas tuvo millones de vistas en internet. Eso fue curioso. Porque es un tema que nunca se había ventilado públicamente. Aquí se hacían las reforma tributarias y nadie se daba cuenta. Se hacían al escondido, era un galimatías, una cosa muy complicada, secreta, muy marrullera. Por un lado ver que…el día que fue la reforma a plenaria, que fue después de ese discurso mío, ese día se llenó la Plaza de Bolívar de Bogotá en una manifestación de la gente con letreros pidiendo que se negara la reforma tributaria. Se volvió un tema popular, no por mi discurso, sino por esa movilización que hubo en noviembre, a la que hay que hacerle una lectura apropiada. La gente adquirió conciencia de que el origen de la injusta social y la ineptitud del Estado para atender las necesidades sociales estaba ahí. Fue ver que el Estado no tiene recursos porque no le cobra a los que tienen que pagarlos.

Ajá…

Hay una evolución en al conciencia social. Recuerda que esas marchas de noviembre fueron sui generis, no solamente por el tamaño o porque no las convocó nadie en particular sino porque a esas marchas acudió la clase media, las familias. Y aquí hay una conciencia social nueva. Muy profunda. Y muy importante. Que nos anuncia un comportamiento político de la sociedad muy diferente hacia el futuro. Creo que habrá un cambio muy profundo.

Ahora, creo tiene que haber una respuesta política a esto, no puede ser que esto termine en profundizar la polarización. Por un lado un brote de populismo y por el otro un brote de extrema derecha y terminemos entrampados otra vez en un enfrentamiento que aplaste la racionalidad de esta fenómeno social que está surgiendo. Tiene que haber unas fuerzas, llamémosla de centro, que no están en los polos, que digan que queremos ir al Estado para que funcione de otra manera.

¿Qué han pensado en relación al cubrimiento que los grandes medios le harán a este debate? No es un secreto que El Tiempo, Semana, RCN o El Espectador pertenecen a esas grandes riquezas que en un futuro esa reforma tributaria tasaría de manera progresiva…

No, no será el cubrimiento más justo. Pero hay una circunstancia y es que esos medios no son tan importantes como antes. Antes eran Los Medios, ahora son unos medios. Yo, por ejemplo, no veo televisión. No oigo casi radio. Ahora la opinión se mueve en las redes sociales. Se mueve en podcast, en Twitter, en Instagram, en Facebook. Esto es otra cosa.

Además, este es un país más plural, en el sentido de que hay expresiones políticas muy importantes. Fíjate el escenario del Senado, eso no lo conocíamos en el pasado. Yo había estado en el Senado por allá en el 86 con Galán y era el Partido liberal con el 60%, el Partido conservador con el 30% el Nuevo liberalismo con 5% y la UP con 5%. O sea era prácticamente un país en manos de dos grandes partidos. Hoy no hay un partido mayoritario. Ninguno. Hoy hay un Centro Democrático con 14 senadores, un Partido de la U con 14, Cambio Radical con 14, un Partido Verde con 9 senadores, un Farc con 5, en fin. Eso ya es un mapa político muy distinto y todos esos equipos políticos están conectando con la gente. Están llevando ya no un mensaje unidimensional o sectario sino un mensaje plural. La gente ya no pertenece a un partido, la gente oye y vota según su conciencia. Digamos que es una realidad mas dinámica y plural.

Este proyecto de ley de Renta Básica podría ser la antesala para una implementación de Renta Básica Universal (RBU)?

La RBU no es tan interesante pero sí para una Renta Básica Permanente. La Universal no, porque la universal diría que Luis Carlos Sarmiento va a recibir lo mismo que yo.

Pero Sarmiento pagaría más impuestos…

Sí, claro que pagará más impuestos. Pero la Renta básica se le entrega a los sectores que les falta una parte del ingreso para tener una vida digna. Entonces yo creo, Santiago, para serte sincero, que se empezará a hablar de eso: una renta básica no de emergencia sino una renta básica social. Esta que estamos proponiendo es una renta básica de emergencia. Pero de aquí podemos salir de una Renta Básica que garantice que todos tendremos un ingreso que nos garanticen una vida digna, eso va a ser interesante en el escenario político y económico.

Es una discusión compleja porque hay quienes piensan que eso conduciría a una sociedad asistencialista, que crea unos riesgos de un aletargamiento social y laboral. Y hay casos y ejemplos en América latina que no son un buen rastro de ese tipo de experiencias: el caso argentino con el peronismo, condujo a un Estado social de dependencia y de concepción asistencialista que no generó riqueza social, que no generó crecimiento económico. Que es muy importante conectar las dos cosas. Entonces una Renta Básica conectada a la realidad de que aquellos que no tengan posibilidades de un empleo les garantice una vida digna eso es ideal. Pero esto necesitará una transformación cultural que no es fácil. Pero que se va a empezar a hablar de esto, con seguridad, claro.

¿Qué posibilidades ve de que este proyecto de ley pase?

Quiero volver a la cola de la respuesta anterior, para que quede claro: una sociedad como la colombiana no puede aceptar que haya población viviendo en condiciones indignas. Eso es inaceptable. Y eso es responsabilidad del Estado, atender esa condición de desprotección y de invalidez social.

¿Qué posibilidades hay de que salga? No, pues es que el triunfo de esta idea hay que medirla con una proyección más larga en el tiempo. La ley en sí misma…vamos a hacer todo lo posible para sacarla y tenemos un musculo político muy potente. Pero yo no soy ingenuo en pensar que los sectores políticos a los que no les interesa que esto pase van a moverse y harán todo lo posible para detenerla. Empezando por el Gobierno que va a hacer todo lo posible, todo lo que está a su alcance para detenerla. Y tienen muchas formas de hacerlo. Cuánta burocracia estará a cargo de clientelas de estos partidos que hoy estarán con estos programas de asistencia social (Familias en Acción, Ingreso Solidario, etc) y que los van a amenazar con que les quitarán esas gabelas políticas que obtuvieron. Eso son realidades que hay que tener en cuenta. Pero que vamos a dar la pelea, la vamos a dar. Y la vamos a dar en la conciencia ciudadana. Para hacer realidad la defensa de unos derechos que están consagrados en la constitución y que corresponde a una visión moderna de lo que debe ser la vida en sociedad y la función del Estado.

Con este proyecto de ley que ustedes proponen se deja ver como un cambio que parece que está surgiendo, no solo en Colombia sino en el mundo, un cambio de mirada frente al papel de lo político y de lo económico en la sociedad. Y un cambio de mirada frente a la función de la política y de la economía. Pareciera que el coronavirus está incidiendo en esta nueva forma de entender lo económico. A lo que voy es: esta propuesta planteada hace un par de años, o incluso unos meses, habría sido tomada como fuera de toda posibilidad.

En la exposición de motivos del proyecto de ley de renta básica nosotros estamos diciendo: para darle sostenibilidad a esta política, a esta concepción del Estado en el largo plazo, hay que hacer una reforma tributaria estructural. Que sea progresiva, equitativa, eficiente y suficiente para que el Estado tenga con qué responder. Está anunciada una reforma tributaria estructural. Vas a ver…esto lo están diciendo unas fuerzas políticas que en su mayoría apoyaron la reforma tributaria de diciembre. O sea que hay un cambio ya de actitud política. Vas a ver…porque ya el Ministro de Hacienda lo dijo, la bancada del Centro Democrático, porque ya lo están diciendo los asesores económicos del Gobierno. Un caso concreto: hay una conferencia del señor Carlos Enrique Moreno, que fue hasta hace poco asesor económico del Presidente, que es además cuñado del Presidente, hermano de la esposa, una persona muy cercana al poder, ya están hablando de la reforma estructural, eso era impensable antes. De eso no se podía hablar.

¿Reforma tributaria estructural?

Sí. Ellos ya están hablando de eso. Pero la reforma estructural es distinta a la de nosotros.

¿Cómo?

Lo que pasa es que la de ellos la van a llamar estructural para tapar esto. Para decir “ah, bueno, lo que querían era una reforma estructural? Bueno, aquí está”. Esa reforma estructural de la que ya están empezando a hablar ellos es otra cosa, más de lo mismo. Es el mismo concepto de un Estado pequeño y de una economía abierta a la libre competencia dónde los más poderosos siguen siendo los dueños del mercado y los dueños de la riqueza. Donde no hay distribución de la riqueza. Nosotros hablamos de una reforma tributaria estructural que permita que el Estado sea un instrumento de redistribución de la riqueza para que tengamos una sociedad mas equilibrada, mas democrática y más justa.

¿La reforma tributaria de la que está hablando la presentarían cuándo? ¿En la próxima legislatura?

Sí.

¿Y contaría con el mismo apoyo de los 54 senadores que poyan el proyecto de ley de renta básica?

Sí. Hace parte del compromiso político.

¿Qué asesores económicos han tenido ustedes? ¿Qué economistas colombianos les han ayudado a perfilar el proyecto?

Hay una buena tradición de economistas progresistas en el país con los que hemos tenido interlocución a lo largo de los años. Pero la conexión mas potente la hemos tenido con Luis Jorge Garay y con Jorge Enrique Espitia. Ellos han hecho unos libros sobre desigualdad en Colombia muy importantes. Ahí hemos encontrado, en la conversación con ellos y en sus investigaciones, una fuente muy importante de información estadística y de información científica que nos ha dado un gran piso para esto. Tuvimos también buenas relaciones con Guillermo Perry, con José Antonio Ocampo, con Mauricio Cabrera. Y si nos vamos hacia atrás, con el pensamiento económico de Carlos lleras, de Hernando Agudelo Villa. Pero en este momento, la fuente más potente de información con quienes hemos estado conectados filosóficamente y que le han dado un aporte científico a esto son Garay y Espitia.

Quiero cerrar la entrevista con esto de los economistas. Desde hace 30 años se posicionó en el país una mirada que refleja esto de construir un Estado pequeño, que el mercado sea el principal regulador de las relaciones sociales, etc. ¿Esta mirada económica neoliberal está entrando en su ocaso?

En el mundo entero. El toque de gracia se la había dado la crisis del 2008, la crisis financiera. Le dio un golpe brutal en la medida que dejó tendidos a millones de ahorradores en el mundo. Y dejó quebrados muchos Estados. Pero el golpe de gracia se lo está dando el sistema de salud. La humanidad se encontró con que, tras un ataque sanitario de un virus, no tenía infraestructura sanitaria. Porque se la había entregado al sector privado y el sector privado tenía una infraestructura sanitaria para atender a los ricos. Eso le dio un toque de gracia. De aquí salimos para un sistema de salud pública muy potente. Que sea el principio de un Estado distinto, un Estado intervencionista asumiendo responsabilidades sociales. Con programas como este de renta básica que se está implementando en muchas partes del mundo. La atención de la pandemia, en los países desarrollados, se está haciendo sobre esta concepción. Estados Unidos entregó a 80 millones de hogares un cheque de 1,200 dólares por orden del congreso. Los alemanes, los españoles, los italianos están haciendo lo mismo. La deuda del Japón hoy en del 200% del PIB, la de EEUU es como del 120%, la de Alemania 130% en fin. De ahí saldremos a una reformas tributarias muy duras.

Lo que se está demostrando esto es que, sin Estado, la humanidad está en el borde del abismo. Se necesita un Estado que intervenga y que meta plata.

¿En esta coalición se está discutiendo algo sobre el sistema de salud?

No hay ninguna duda. Eso está en la conversación de todo este sector político que ha apoyado la renta básica. Aquí no hay duda de que necesitamos una reforma profunda al sistema de salud para salir de este ahorcamiento de un sistema de salud donde la salud se ha privatizado y se convirtió en un negocio para pasar a un sistema de salud pública a cambio del Estado.

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