La Fundación Batuta y el Programa ECOS Música para el desarrollo de México se unieron para dar un concierto memorable en el Teatro Julio Mario Santo Domingo.
Los conciertos de música clásica (occidental) están cubiertos de una solemnidad que les es propia por tradición y por representación. Por tradición, porque la música es “clásica” y en otros tiempos canónicos se pensó que la melodía debía ser experimentada así, con un silencio estático y un decoro propio de la aristocracia. Por representación, porque la música contenía un mensaje divino (cristiano) que representaba los valores católicos del momento.
No obstante, con el tiempo, esa tradición de las élites terminó acercándose a las tradiciones populares, y ahí ocurrió el quiebre (o la transformación). En la historia se juntaron esta solemnidad europea y con la tradición popular latinoamericana, que tiene formas diferentes de expresar su solemnidad. Y surgieron expresiones musicales que hoy se expresan en conciertos como el que ofrecieron la Fundación Batuta y el Programa ECOS Música para el desarrollo de México. Lo llamaron ¡Qué viva México! y tuvo lugar en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo hace algunos días.
Quienes interpretaron la música esta vez fueron niños y jóvenes, todos menores de 16 años. Se trataba de presentar al público algunos clásicos de la música mariachi junto a la orquesta de la fundación Batuta y la participación de ECCOS México. Dos modelos de formación músical con pilares muy similares entre ellos.
Por un lado, ECCOS es un proyecto de la secretaría de cultura del estado de Jalisco que promueve el aprendizaje formal de la música como una herramienta para el desarrollo social. El programa ofrece servicios gratuitos de formación musical a niños y jóvenes de entre 6 y 16 años. Funciona por medio de la instalación y adopción de núcleos comunitarios de enseñanza musical en barrios y espacios marginados de Jalisco.
Batuta es un poco lo mismo, solo que trabaja a nivel nacional y no hace parte de ninguna institución del Estado, aunque sí ha recibido apoyos tanto del gobierno nacional como de instituciones estatales y municipales.
Lo que fue el concierto
Con la dirección de Carlos Eduardo Escalante, violinista y exbatuto formado en Norte de Santander, 25 jóvenes del Mariachi ECOS Cirilo Marmolejo y 91 integrantes de la Orquesta Batuta Bogotá ofrecieron lo que puede denominarse un recorrido por los ritmos de la música mexicana como la polka, la ranchera, el son tradicional jalisciense y el son istmeño de Oaxaca. El repertorio incluyó canciones que son tradicionales en la cultura popular mexicana y colombiana como La llorona, Cielito lindo huasteco, La negra, entre otros. La selección de estas obras representativas del formato conocido como mariachi clásico se adaptaron para orquesta sinfónica.
A continuación, les presentamos una galería con algunos de los momentos más emotivos del concierto:
La orquesta Batuta dió una apertura con Huapango del director José Pablo Moncayo (1912-1958)
Los jóvenes mariachis de ECCOS entraron al escenario cantando y tocando La negra de silvestre Vargas (1901-1985)
Acá entra el director de la orquesta mariachi ECOOS, e interpreta La Trompeta del Diablo de Trinidad Parra (1913-2000)
Los mariachis interpretan Dios nunca muere de Macedonio Alcalá (1831-1869)
Los arrieros (Son tradicional jalisciense) con arreglo de de Juan Manuel Arpero
El concierto cierra con la interpretación de La bikina, un clásico mexicano
Aquí pueden ver todo el concierto transmitido por Canal Capital