2018: el primer año de la Farc en la política colombiana | ¡PACIFISTA!
2018: el primer año de la Farc en la política colombiana Foto: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc).
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2018: el primer año de la Farc en la política colombiana

Juan Pablo Sepúlveda - diciembre 26, 2018

No fue un primer año escabroso para la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) en la política colombiana, pero sí tuvo piedras (y huevos) en el camino.

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Hace poco más de dos años se hizo un anuncio que le dio un viraje a la historia de Colombia: la firma de la paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Estado colombiano (que en más de 50 años combatiéndola nunca la pudo derrotar). Esta paz, expresada en los Acuerdos de Paz  implicó ciertas condiciones y favorabilidades políticas y judiciales para que los miembros de la antigua guerrilla pudieran constituir y conformar un partido político legal en Colombia, con los mismos derechos y deberes de los demás.

Fue así como, con el Acuerdo de Paz, nació la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, un partido que en la política optó por no cambiar su sigla de guerra. Los mismos antiguos integrantes del estado mayor de las Farc son quienes ahora dirigen las operaciones del partido, cuya sede se encuentra en el barrio Teusaquillo de Bogotá. Si bien 2017 fue el año de sus institución formal, fue en 2018 cuando sus integrantes empezaron a medirse en la contienda política.

Uno de los primeros pasos fue asumir las 10 curules (5 en el Senado y 5 en Cámara) que les entregó el Acuerdo de Paz y este año también marcó el comienzo de los acercamientos de las Farc con el electorado. Este es un balance del primer año de la Farc en la vida política Colombia.

La rosa es la nueva imagen que identifica al partido de la Farc. Foto: Sara Gómez C.

 

¿Cómo recibió el pueblo colombiano a la propuesta política de la Farc?

Parte de Colombia (la mitad, si se piensa en el plebiscito) tenía y tiene reservas sobre la posibilidad de que las Farc llegaran a hacer política. Del otro lado la misma Farc tenía sus recelos al respecto por sus experiencias pasadas: las heridas de la masacre de la Unión Patriótica no han sanado aún.  La firma del Acuerdo de Paz y el final del mandato de Juan Manuel Santos impulsó a los exguerrilleros a organizarse políticamente, a hacer giras por regiones y a incidir en procesos comunitarios. Algunos de ellos, incluso, dijeron que ‘era lo mismo que hacíamos antes, solo que ahora sin armas’.

Eso no quiere decir, claro está, que la Farc fuera recibida con los brazos abiertos en todos los lugares que visitaron. El siguiente es un video de febrero, cuando Rodrigo Londoño (‘Timochenko’) no había renunciado a su aspiración presidencial y estuvo de visita en Cali. El recibimiento por parte de la gente fue hostil y días antes le había sucedido algo similar en Armenia:

Aunque Londoño aseguró en varias ocasiones que fue recibido con calor y optimismo en algunos pueblos, reconoció las dificultades y los riesgos de su candidatura en ese momento. Dentro de todo este vaivén electoral, también hay que decir que los episodios que le sucedieron a ‘Timochenko’ fueron los únicos casos violentos contra miembros de Farc en elecciones de este año: precisamente el desarme de las Farc le permitió a Colombia tener jornadas electorales con ningún incidente de guerra ni de amenaza a la seguridad de los votantes.

Entretanto, en el mapa de la disputa política de este año, la Farc no fue un partido poderoso ante la opinión pública ni se consideró en el debate para llegar, por ejemplo, a una segunda vuelta presidencial. Las encuestas nunca los favorecieron, y todo se complicó aún más cuando el 8 de marzo Rodrigo Londoño abandonó la carrera presidencial por problemas de salud. La cara de Londoño y el nombre y la rosa de la Farc ni siquiera aparecieron en el tarjetón que los colombianos marcaron el 26 de mayo.

“Sabemos que hay personas que nos siguen considerando un peligro, un riesgo”, nos dijo Valentina Beltrán (excandidata de la Farc a la Cámara por Bogotá) en marzo pasado, justo antes de las elecciones al Congreso y de que Londoño declinara su aspiración presidencial. “Nosotros tenemos que explicar que se inició un proceso de reconciliación, y que si no están de acuerdo con nosotros, no sean nuestros enemigos sino nuestros opositores”.

Valentina Beltrán, excandidata a la Cámara por la Farc, justo antes de las elecciones de marzo. La Farc estaba por lista cerrada, y con los votos que tuvo, Valentina no ganó una curul. Foto: Lucía Romero.

 

“Todavía tenemos mucho por aprender”, añadió. “No nos consideramos vanguardia en la política en este momento, pero debemos dar ejemplo contra la corrupción y actuar más que nunca en consecuencia con nuestros principios”.

¿Qué tal les fue en las elecciones?

Para empezar, la Farc –que había presentado 23 candidatos al Senado– obtuvo solo 52.532 votos (0,34 % del total). En las votaciones para la Cámara de Representantes los resultados fueron similares: no hay un registro de cuántos candidatos inscribió este partido, pero obtuvo 32.636 votos (0,21 % del total). Si el acuerdo de las 10 curules en el Congreso para la Farc no existiera, este partido no solo no habría tenido ningún senador ni representante en esta legislatura, sino que probablemente habría perdido su personería jurídica y su financiación por no haber llegado a un umbral de votos.

Se esperaba que en algunas regiones colombianas, como el Caquetá, Tolima y Putumayo, la votación de la Farc fuera mayor por la presencia histórica que hizo la guerrilla en estas zonas. En Caquetá fue donde más votos tuvo de estos tres departamentos, y fueron 1.674 para el Senado versus los 17.552 que tuvo el Centro Democrático.

Arriba a la izquierda: Félix Antonio Muñoz (Pastor Alape); arriba a la derecha: Rodrigo Granda (‘Ricardo Téllez’); abajo a la izquierda: Rodrigo Londoño (‘Timochenko’); abajo a la derecha: Luis Alberto Albán (‘Marcos Calarcá’). Las fotos son de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de mayo pasado.

 

Según nos lo contaron exguerrilleros de las Farc que ahora están involucados en procesos políticos, el enfoque del partido para las elecciones de este año no era llevarse una victoria arrasadora, sino ponerse en el mapa político colombiano como un movimiento en paz. Valentina Beltrán también nos dijo que “sabemos que no vamos a ganar, pero ha sido sorprendente ver que la gente nos escucha y cambia su chip cuando ve que somos de carne y hueso que vivió las circunstancias de la guerra y que ahora tiene una propuesta. Dejamos las armas, entramos a la política por las vías legales. Logramos la paz, eso no nos lo quita nadie”.

¿Y los 10 congresistas de la Farc?

‘Pastor Alape’, ‘Carlos Lozada’, ‘Pablo Catatumbo’ e ‘Iván Márquez’.

 

Como mencionamos, el Acuerdo de Paz le otorgó 10 curules a miembros de las Farc para esta y la siguiente legislatura. Esto quiere decir que tendremos congresistas de Farc al menos hasta 2026, y luego el partido podrá también capitalizar sus votos en curules. Los congresistas de la Farc no es que ostenten una figura ornamental o simbólica en el Congreso, tienen las mismas facultades, responsabilidades y derechos que cualquier otro congresista.

En las salas del Congreso, la Farc ha participado de manera activa en los debates y ha expresado sus diferencias evidentes con los sectores políticos de la derecha. También ha recibido comentarios sugestivos y denigrantes por parte de otros congresistas, pero hay que decir que se han visto episodios de encuentro y diálogo entre los líderes de la Farc y sus opositores. Las diferencias, antes irreconciliables, ya no son entre bandos sino entre partidos, y se resuelven por la vía democrática.

Álvaro Uribe y la viuda de Tirofijo, Sandra Ramírez. Foto: Twitter

 

De todas maneras la Farc no la ha tenido fácil en el Congreso en los casi  seis meses que lleva. Lo primero que hay que decir es que el equipo de la Farc no está completo: Luciano Marín ‘Iván Márquez’, quien encabezó la lista de la Farc al Senado, abandonó su intención antes de las elecciones por alegar falta de condiciones de seguridad óptimas. Abandonó el esquema de seguridad que le proporcionaba el gobierno, y aunque ha mandado cartas a la opinión pública en los últimos meses, nadie sabe dónde está en la actualidad.

Por otro lado,  ‘Jesús Santrich’ encabezó la lista de la Farc a la Cámara de Representantes para esta legislatura. El exguerrillero, sin embargo, fue capturado en abril por presuntas actividades de narcotráfico después de la firma del Acuerdo de Paz. Su futuro todavía está en veremos.

Con todo esto, la Farc tiene en este momento un equipo humano en el Congreso de 9 personas, cinco en la Cámara y cuatro en el Senado. Benedicto de Jesús González está ocupando el puesto de ‘Santrich’ en la Cámara, y la curul de ‘Iván Márquez’ la ocupó Israel Zúñiga (‘Benkos Biohó’). Los otros puestos de la Farc en el Senado le corresponden a Julián Gallo (‘Carlos Lozada’), Criselda Cobo (‘Sandra Ramírez), Jorge Torres Victoria (Pablo Catatumbo) y Judith Simanca Herrera (Victoria Sandino). Los de la Cámara son de Carlos Carreño (‘Sergio Marín’), Jairo González Mora, Omar de Jesús Restrepo (‘Olmedo Ruiz’) y Luis Alberto Albán (‘Marcos Calarcá’).

¿A qué le ha apostado la Farc? 

Así se veía la sede de la Farc en marzo, cuando Rodrigo Londoño aún continuaba con su aspiración presidencial. Foto: Lucía Romero.

 

Es evidente que la Farc son recién llegados en el Congreso y que les falta un largo camino para convertirse una fuerza política influyente. Sin embargo, según los mismos datos del Congreso, ninguno de los senadores o representantes de este partido ha faltado a las sesiones injustificadamente de forma repetitiva, así como ninguno de ellos ha dejado de votar leyes o proyectos, ni ha dejado de tomar la vocería en los recintos del Congreso.

Lo primero que hicieron los representantes de las Farc cuando llegaron al Congreso, el 21 de julio, fue proponer 14 proyectos de Ley que formularon frente al Mais, el Polo Democrático y los Decentes. Entre estos estaban “revivir” las Circunscripciones de Paz, apoyar la Ley de Víctimas, protección al medio ambiente, beneficios a deudores del Icetex y una propuesta de reajuste del salario mínimo.

Además, la Farc le ha apostado en estos meses a políticas de implementación del Acuerdo de Paz (como los PDET, el enfoque de género o los proyectos productivos), temas de mujeres, género y LGTBI, agenda anticorrupción, discurso por educación pública gratuita, y en contra de la Ley de Financiamiento del Gobierno y el asesinato de líderes y lideresas sociales. Su postura versó en la idea de ser oposición al gobierno y como acto de desacuerdo, sus miembros optaron por no asistir a la posesión de Iván Duque.

De cara al 2019, la Farc tiene el nuevo reto de enfrentarse a las elecciones locales. Aunque, según nos contaron, no le apuntan a ganar Gobernaciones o Alcaldías, sí quieren empezar a tener representación dentro de las Juntas de Acción Comunal, Concejos municipales y Concejos departamentales.