Representantes del Estado, guerrilla y paramilitares pidieron perdón, entre otros crímenes, por la masacre de Bojayá.
Pedir perdón. Ese es, quizá, uno de los primeros pasos en el arduo camino de la reconciliación entre víctimas y victimarios. Unas veces por iniciativa propia, y otras por orden judicial, distintos actores de la guerra en Colombia han intentado disculparse por sus crímenes contra la población civil.
Durante 2015, un año decisivo para la paz gracias a los avances entre el Gobierno y las Farc en La Habana, las víctimas escucharon voces de arrepentimiento desde distintas orillas. Estos son los perdones más significativos que se escucharon a lo largo del año:
El arrepentimiento de los ‘paras’
En enero, los máximos comandantes del bloque Central Bolívar (BCB), la estructura más grande de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia, les pidieron perdón a sus víctimas. En una videoconferencia y ante el Tribunal Superior de Bogotá, Rodrigo Pérez Alzate, alias “Julián Bolívar”, dijo que “el dolor que les causamos a las víctimas nos obliga a manifestar remordimiento, perdón, una profunda pesadumbre y una inocultable vergüenza moral por todo cuanto hicimos en esta guerra fratricida”.
También se dirigió a la sala Guillermo Pérez Alzate, hermano de “Julián Bolívar” y excomandante del bloque Libertadores del Sur, adscrito al BCB. Pérez les pidió excusas a las víctimas de Nariño, donde operó el bloque que estaba a su cargo, y se lamentó por haberles ordenado a sus hombres que mataran a la religiosa Yolanda Cerón. Cerón fue asesinada en una calle de Tumaco en 2001, y era una defensora incansable de los territorios de las comunidades negras e indígenas.
En el acto también estuvo presente Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”, antiguo ideólogo del paramilitarismo. Duque aprovechó para proponerles a los negociadores del Gobierno y de las Farc la creación de una “comisión nacional de reconstrucción de la verdad histórica”, en la que participaran todos los actores del conflicto. Asimismo, sugirió la realización de un “foro nacional de desagravio a las víctimas”, en el que guerilleros, paramilitares y miembros de la Fuerza Pública pidieran perdón de manera pública y simultánea.
Sin saberlo, Duque se anticipó al consenso al que llegaron las partes respecto a dos asuntos que quedaron consignados en el acuerdo sobre víctimas y justicia transicional: la creación de la Comisión de la Verdad y la realización de actos de reconocimiento de responsabilidad.
La promesa de 34 exguerrilleras
“Es nuestro deseo pedir perdón a la sociedad por los daños causados y demostrar que hemos dejado atrás diferencias injustificables que en algún momento nos enfrentaron en una lucha cruel y sangrienta contra otras mujeres. Mujeres hechas de la misma carne, sentimientos, emociones, y premiadas por Dios como creadoras de vida, lo que en esencia nos hace a todas iguales”.
Esas fueron las palabras de Ladies Eusse, una exguerrilla recluida en la cárcel de Chiquinquirá (Boyacá), durante la graduación de un programa de resocialización que adelanta el Ministerio de Justicia con excombatientes detenidos en distintas cárceles del país.
Eusse pidió perdón en representación de 34 exguerrilleras del ELN y de las Farc, y de los desaparecidos EPL y Ejército Revolucionario Guevarista (ERG). Asimismo, las mujeres aseguraron que no volverían a tomar las armas ni a causarle daño a la sociedad. La mayoría dijeron que volver a casa y saldar sus deudas con la justicia eran sus únicas aspiraciones.
En desarrollo de otras graduaciones realizadas por el Ministerio, exguerrilleros y exparamilitares que delinquieron en distintos lugares del país también pidieron perdón durante 2015.
El mea culpa de un expresidente
Este año, el expresidente Belisario Betancur pidió perdón en dos ocasiones por los ‘errores que pudo cometer’ con la retoma del Palacio de Justicia, en 1985. La primera solicitud la hizo tres días antes de que se cumplieran 30 años del holocausto, durante un homenaje póstumo al exministro Otto Morales Benítez, que se realizó en la Casa de Antioquia, en Bogotá.
El segundo pedido de perdón ocurrió en la Universidad de Ibagué, en un acto de reconciliación organizado por los hijos del asesinado presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía. Betancur le dijo a Yesid Reyes, hijo del magistrado y hoy ministro de Justicia, que “quiero pedir perdón a Alfonso, a ustedes y a Colombia, y como en otros momentos lo he hecho acepto mi responsabilidad por el accionar del Estado en ese momento trágico en que fueron sacrificadas tantas víctimas inocentes e indefensas”.
Aunque ninguna investigación judicial contra Betancur ha prosperado, durante las últimas tres décadas la responsabilidad política por la retoma ha recaído sobre sus hombros, toda vez que era el comandante supremo de las Fuerzas Armadas cuando el Ejército “recuperó” el Palacio haciendo gala de un ‘uso desproporcionado de la fuerza’, según ha dicho el Tribunal Superior de Bogotá.
Perdón por orden judicial
El 6 de noviembre, en la sede del Palacio de Justicia y en cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2014), el presidente Juan Manuel Santos les pidió perdón a las víctimas de desaparición forzada, tortura, detenciones arbitrarias y “ejecución extrajudicial” ocurridas el 6 y el 7 de noviembre de 1985, durante y después de la retoma de la sede del poder judicial.
El presidente también declaró que “es mi deber reconocer la responsabilidad del Estado por la falta de esclarecimiento de los hechos, por el retardo injustificado en la administración de justicia, por las alteraciones a la escena del crimen, por las irregularidades en el levantamiento de los cadáveres y por los múltiples errores en la identificación y entrega de los cuerpos”.
Las Farc fueron a Bojayá
El 6 noviembre, “Pastor Alape” y otros guerrilleros de las Farc llegaron a Bojayá (Chocó) para reconocer su responsabilidad por la masacre ocurrida en ese municipio el 2 mayo de 2002, cuando la guerrilla lanzó un cilindro bomba que causó la muerte de 79 personas y dejó heridas a 110. “Alape” dijo que “nosotros también hemos llorado” por esos hechos y que “ojalá seamos perdonados”.
El acto fue organizado por el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, en un intento por resarcir a la comunidad. Ya en diciembre de 2014, esa vez desde La Habana, las Farc habían reconocido la parte de culpa que les corresponde por la masacre.
En el acuerdo sobre el punto 5 al que acaban de llegar el Gobierno y las Farc en La Habana, las partes se comprometieron a realizar nuevos actos de este tipo, como una medida simbólica de reparación.